Condesa Phantomhive (Marinette x Sebastian) (Terminada)

Capítulo 5-Amor demoníaco

Marinette se encontraba en el patio de la mansión sentada mientras bebía una taza de te y pensaba en todo lo que haría ahora, su trabajo es importante para la reina pero también quiere venganza contra aquellos que le hicieron daño.

–¡Sebastian!–grito Marinette.

Rápidamente Sebastian apareció enfrente de ella una vez que lo llamo.

–¿Si mi señora?–pregunto Sebastian.
–Te tengo otro trabajo–respondió Marinette.

Marinette se levantó de la silla y le susurro al oído de Sebastian el trabajo que tenía que hacer para ella.

–Está bien mi señora–dijo Sebastian.
–Bien–dijo Marinette.

Marinette se acerca a Sebastian para luego besarlo que según ella es su...beso de la suerte, Sebastian sonrió y se fue de ahí, en París, Francia, dónde Adrien se encontraba en su casa aún tratando de saber donde está la mansión Phantomhive para ver si podía ir ahí para hablar con Marinette pero...

–Adri-...–hablo Plagg hasta que fue interrumpido.
–¿Qué pa-...Plagg!–iba a preguntar Adrien hasta que lo vio.

En frente de el estaba Sebastian quien sujetaba a Plagg con una de sus manos hasta parecía que con tan solo apretar su puño un poco más podría matar a Plagg.

–Eres tu! El quien atacó a Lila!–dijo Adrien asustado.
–Ah si es, hola Plagg–afirmo Sebastian para luego ver a Plagg.
–Ca-Calla Se-Sebastian–habla Plagg pero entre cortado debido a que Sebastian lo apretaba.
–¿¡Lo conoces!?–pregunto Adrien alterado.
–El Kwami del señor Vincent Phantomhive, si lo conozco pero...¿Y el Kwami de Rachel?–dijo Sebastian hasta que preguntó por Tikki.
–¿Hablas...del Kwami de Ladybug?–pregunto Adrien.
–Si, era el Kwami de mi señora–respondió Sebastian.
– Ma-Marinette...–dijo Adrien.
–Exacto, pero ahora debo decirte algo, y es un mensaje de mi señora–dijo Sebastian.
–¿De Marinette?–pregunto Adrien.
–Si, ella dice que...no la busques–dijo Sebastian.
–¿¡Eh!?–exclamo Adrien.
–No la busques, no la hables y no piensa volver aquí...nunca–dijo Sebastian.

Sebastian soltó a Plagg para luego invocar un poco de fuego color morado y lo dirigió hacia la computadora de Adrien haciendo que se rompiera para luego desaparecer en un símbolo demoníaco, Adrien no sabía que hacer pero Plagg si, así que fue con el maestro Fu para explicarle todo y una vez que llegó le dijo todo.

–Y eso paso–dijo Plagg después de contar todo lo que pasó.
–Entiendo...–dijo el maestro Fu.
–Así que...Marinette era hija de Rachel–dijo Tikki.
–Si, creo que ella no lo recordaba pero creo que ese Sebastian le regreso los recuerdos–menciono Plagg.
–Debemos tener cuidado, ahora que descubrimos que Marinette es una Phantomhive, es peligroso ir por ella–dice el maestro Fu.

En la casa de Alya quien aún seguía buscando información sobre los Phantomhive veía una foto de ella y Marinette en donde empezó a recordar los mejores momentos que pasó junto con ella.

–Marinette...–dice Alya en un tono triste.
–Mi señora no está contenta con usted–habla Sebastian.
–¿¡Eh!?–exclama Alya.

Alya volteo y vio a Sebastian en su cuarto intento gritar para llamar a su hermana Nora o a alguien pero Sebastian la callo antes de tiempo.

–Calla niña–dice Sebastian.
–Tu eres el mismo hombre que lastimo a Lila–menciona Alya.
–Ah sí es pero ahora te tengo un mensaje de mi señora–dice Sebastian.
–¿Eh?–exclama confundida Alya.
–No se te ocurra buscarla, no se te ocurra pedirle perdón porque ya no hay vuelta atras por lo que hiciste, lo hecho, hecho está–dice Sebastian.

Sebastian invoco otro poco de fuego morado para luego dirigirlo a la computadora de Alya y así que se dañará de ahí se fue. De vuelta en Londres Inglaterra, Marinette estaba en la sala cuando apareció Sebastian enfrente de ella.

–¿Cómo te fue?–pregunta Marinette.
–Entendieron el mensaje–responde Sebastian.
–Bien, mañana sigue el resto–dice Marinette.

Marinette se acerca a Sebastian para besarlo en la boca dónde el lo corresponde sin importar nada, el quería sentir sus labios más y sentir ese cuerpo suyo con el de el, se tuvieron que separara por falta de aire.

–Mi señora, sabe que a la única a quien amo es a usted–menciona Sebastian.
–Lo se muy bien Sebastian–dice Marinette.

Sebastian llevo a Marinette a su habitación para que ella pudiera dormir, mañana sería otro día más para Sebastián dónde el tendría que hacer que aquello quienes le hicieron daño pagarán y aparte...tenía que saber dónde estaban los prodigios.