Yoongi sintió un profundo alivio al ver la evidente confusión que se había dibujado en los ojos del joven. Al menos, podía estar del todo seguro de que él no formaba parte de un complot que le diera a la policía razones para clausurarle el salón.
Park Jihoon era amigo del alcalde y, entre los dos, habían empezado una campaña para librar a la calle Sexta de Daegu de todos los negocios que el último considerara «no adecuados para un ambiente familiar»
Específicamente, había mencionado el salón de Yoongi como la clase de establecimiento que le gustaría ver cerrado. No importaba que a la mayoría de los ciudadanos los preocupara más que se arreglaran los baches que el hecho de que negocios como los salones de tatuaje y los «clubes de caballeros» se quedaraan sin clientela...
-¿Qué quieres decir con eso de que mi padre te odia? -preguntó Jimin - Ni siquiera te conoce.
-Sí, claro que nos conocemos. Justo después de las elecciones, el alcalde y él se tomaron la molestia de venir por aquí, acompañados de la prensa, para afirmar que yo soy la clase de persona a la que les gustaría expulsar de la ciudad.
Aquel incidente había terminado mal, cuando Yoongi amenazó con echarlos a los dos de su salón. Aunque no había vuelto a ver a Park Jihoon en persona desde entonces, estaba seguro de que el jefe de policía no lo había olvidado.
Yoongi había tenido que enfrentarse a un montón de inspectores buscando infracciones y de policías que lo habían llegado a acusar de todo, desde vender drogas a realizarles tatuajes a menores de edad. Cuando no pudieron encontrar nada, se habían quedado tranquilos por un tiempo.
El que el hijo del jefe de policía hubiera aparecido por su salón era justo lo que se necesitaba para volver a revolver el asunto.
-¿Por qué iba a odiarte mi padre?
-A los tipos como él no le gustan las personas que, como yo, no son como los demás.
-Si -dijo el peli rosa, después de pensarlo un poco - Supongo que tú no eres el tipo de persona que tiene la aprobación de mi padre. Lo siento.
-Bueno, no es culpa tuya -afirmó Yoongi. Las sinceras palabras del joven le habían provocado un nudo en la garganta.
-Gracias... Yoongi - le dedicó una tímida y dulce mirada que provocó que el pelimenta sintiera deseos de agarrarlo y meterlo detrás del mostrador. ¿Quién habría pensado que la dulzura y la luz podrían ser tan excitantes? Jimin firmó el recibo y se dispuso a marcharse. Al llegar a la puerta, se volvió y se despidió de él con la mano. Antes de que Yoongi pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, le devolvió el saludo. Jimin ya se había marchado cuando bajó la mano.
Las carcajadas de Irene resonaron en el silencio. -¡No me lo puedo creer! Te ha gustado mucho ese chico, ¿verdad?
-¿Ese mojigato? –replicó él mientras guardaba el recibo en la caja registradora. -Ni hablar - añadió, aunque evitando mirar a su hermana. Ella siempre era capaz de distinguir cuando Yoongi estaba mintiendo. .
-Tal vez eso sea exactamente lo que te ha llamado la atención. Además, es muy guapo.
-Si a uno le gusta el pan tostado y el azúcar.
-No sé... –dijo Irene, observándolo muy atentamente-. Creo que ese joven es mucho más que eso.
- Te lo estás imaginando.
-¿Quieres decir que no te interesa volver a verlo otra vez?
-Si no vuelvo a ver al hijo de Park Jihoon, seré un hombre muy feliz.
ESTÁS LEYENDO
Sexy Tentación - Yoonmin
FanfictionDespués de tantos años de ser un chico bueno, Park Jimin estaba listo para cambiar. Su primer deseo era hacerse un tatuaje, el segundo podría ser el tatuador y vestido de cuero negro... Badboy!Yoongi