Capítulo 14

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Yoongi pasó toda la semana bajo una nube gris. Realizaba su trabajo todos los días y luego conducía su moto durante horas, pasando por delante del apartamento de Jimin. Nunca entró. Se mantuvo alejado del teléfono y se negó a ceder a la necesidad de llamarlo. Ya se habían dicho lo que tenían que decirse. No había razón alguna para decir más. Lo mejor era armarse de valor y seguir adelante, del mismo modo en el que había conseguido superar el resto de las desilusiones de su vida.

-Yoongi, despierta.- Levantó la vista de su cuaderno de dibujos y vio que Irene lo estaba mirando con el ceño fruncido por encima del hombro de un corpulento motero llamado Gordo.

- Te he pedido que me traigas el espejo de mano. - Yoongi tomó el espejo y se lo llevó a su hermana. -¿Qué es lo que te pasa, hombre? -le preguntó Gordo-. ¿Estuviste anoche de juerga?

-No te preocupes por él -dijo Irene-. Lleva así varios días. O está dibujando o mirando por la ventana.

Yoongi le dedicó una mirada de reprobación, pero como siempre, Irene no le prestó atención.

-Pero ¿tiene que ver con un hombre? -insistió Gordo. -¿Qué te hace pensar eso? -le espetó Yoongi.

-Bueno, hombre, yo también he pasado por eso. Cuando mi chica me dejó el año pasado, creí que me iba a volver loco. Hice toda clase de cosas, que me había prometido que no haría nunca. No se lo digas a nadie, pero hasta limpié la casa.

-¿Qué ocurrió? -preguntó Yoongi, tratando de no imaginarse a Gordo con delantal y plumero en la mano.

-Bueno, ella se había ido a casa de su hermana y, aparentemente, lo estaba pasando tan mal como yo. Por eso, su hermana me llamó y me dijo que si no iba a llevármela, no era responsable de sus actos. Fui y le dije que había ido a llevármela a casa. Ella hizo la maleta y se fue conmigo. Supongo que los dos aprendimos la lección.

-¿Y que lección es esa? –preguntó Irene.

-Que, a pesar de todo lo que nos molestaba sobre el otro, estábamos enamorados y nos necesitábamos, lo que a veces resulta difícil de admitir. ¿Qué ha ocurrido entre ese hombre y tú, Yoongi?

-Es algo complicado...

-No lo es.

-Tú no sabes nada al respecto -le espetó Yoongi.

-Sé que no es complicado. Sea lo que sea lo que ha ocurrido entre ustedes, se reduce a dos cuestiones muy sencillas. ¿Lo amas? ¿Te ama él a ti? Si la respuesta a esas dos preguntas es «Sí», hay que olvidarse de todo lo demás.

-Gordo, no sabía que eras un filósofo del amor- comentó Irene.

-Bueno -susurró el hombre, sonrojándose hasta la calva-. Con la edad no se puede evitar aprender un par de cosas. La verdad es que la rutina de águila solitaria cansa después de un tiempo. Si se encuentra a alguien que lo soporte a uno, lo mejor es tratar de no dejarlo escapar. - Irene apagó la máquina y le entregó a Gordo el espejo.

- Ya está ¿Qué te parece? - Él estudió el corazón con el hombre de Delores escrito en la cinta que lo rodeaba.

-Es precioso -susurró.

-¿Delores? ¿Se llama así tu esposa? -preguntó Yoongi.

-Sí. Mañana es nuestro vigésimo quinto aniversario. Quería regalarle algo muy especial.

Cuando Gordo se había marchado, Irene comentó,

-¿Quien habría pensado que un tipo tan grande fuera un romántico?

Sexy Tentación - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora