"El niño"

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Suelo ver a la gente de una forma diferente a la que ellas me ven.Diré que soy un chico buscando desesperadamente la manera de no verlos. Cada día tratando de dormir, pero no puedo. Mi madre está preocupada por mi salud mental, dice que tengo problemas y que pienso mucho más allá de lo que una persona puede ver normalmente. Mi abuela está sentada en el sillón del rincón de mi habitación. Advierte cosas, aun luego de muerta. Comienza a hablar:-La noche aun no acaba, las estrellas están alerta, y la luna será testigo de los actos atroces de esta noche.Confundido, la miré en su aspecto astral y su cara estaba muy seria y algo desfigurada con la mueca de horror que continuaba.-¿Quién diría que un niño es capaz de semejante acto atroz como el de su abuelo?-¿Quién es el niño? Puedo hablar con él y hacerlo reflexionar sobre su acto.-Toma el medicamento Tom. – Se limitó a decirme.-Sabes que no puedo abuela. Mamá no me permite tomarlas. -Yo te doy permiso Tom. Cuando ella no esté tómalas.La miro muy confuso. Sabe que mi madre me odiara por tomarlas, pero la abuela nunca se equivoca en lo que dice. Me levanto para ir a buscar en la habitación de mi madre pero cuando estoy a mitad del camino escucho a mi abuela decir:-Detente, no vayas, ella está ahí.-Ahora iré de todas formas abuela, ya me has dicho que vaya.-Tom, si vas ahora, perderás todo.-Me arriesgaré, no quiero que ese niño sea igual a su abuelo.-¡Tom!La ignoro y sigo mi curso hacia la habitación. Todo estaba oscuro, apenas lograba divisar la silueta de mi madre por la luz del pasillo de donde venía. Me observó durante unos minutos y me preguntó:-Tom, ¿Qué haces despierto a esta hora?-Lo mismo digo mamá.Me mira sorprendida.-¿Qué quieres? – Dijo secamente luego de una pausa de un minuto.-La medicación, la abuela dice que pasará algo trágico si no me la das.-Sabes que no puedo dártela Tom. Dios se enojara si te doy drogas.-¿No crees que desde que te has metido en ese culto asqueroso, mi salud ha bajado hasta el punto de ver a la abuela nuevamente?-¡CUIDADO COMO ME HABLAS TOM!-¡Algo horrible pasará mamá! Ella lo dijo.-Tu abuela está muerta ¡MUERTA TOM! La miro enfadado y estallé en cólera. La golpeé con la lámpara que estaba a mi lado encima del cajón de ropa de mi padre, fuerte en la cabeza, del lado derecho. Perdió el conocimiento.Comencé a perder el control y la arrastré al jardín, tal vez un poco de aire le devolvería la conciencia.-El niño perderá todo. – musité en voz baja.-"La noche aun no acaba, las estrellas están alerta, y la luna será testigo de los actos atroces de esta noche".-Mire hacia la ventana de mi habitación, donde se encontraba mi abuela parada de pie. Oh no.-¡¿PORQUE NO ME DIJISTE QUE ESE NIÑO ERA YO?!-La pista era que su abuelo había hecho lo mismo ¿Verdad? Me sonríe, con esos labios deformes, su ojo izquierdo de vidrio, y esa cicatriz que recorre la mejilla hasta el cuello. Ella que era tan bonita en su juventud, ahora anciana, desfigurada... muerta.Por culpa de mi abuelo.Y esa noche, como ella dijo, La noche se me hizo eterna, las estrellas estaban mirándome desde el jardín, y la luna, tan llena y pálida, por lo atroz de mis actos. Debo de parecer un loco, arrastrando el cuerpo muerto de mi madre por el jardín, gritándole a una ventana donde no hay nadie. Antes de que mi abuela desapareciera, sonrió por última vez, y vi una figura extraña detrás de ella. Era algo, no humano, ni animal, algo más deforme.-Discúlpame niño tonto, debo seguir con mi trabajo.Y desapareció de mi ventana, dejándome con el cuerpo de mi madre a mi lado. Con la lámpara en el suelo de su habitación, mientras ella se llevó la inocencia del criminal.

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