¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se despidió de cada uno de sus compañeros de trabajo con un saludo desde la distancia, la mayoría en la empresa había terminado sus labores desde hace un tiempo pero la gran parte de los trabajadores solían ir a fiestas después de su trabajo laboral aunque el era la excepción desde hace mucho, no era por la falta de compañerismo tal vez por motivación.
—¿Aun no te vas?— la pregunta me hizo alzar la cabeza de mi computadora.
—Usted aún sigue aquí, tengo trabajo que realizar— hablé claro.
Al pelirrojo siempre le había molestado las personas que balbucean ante él además de las indirectas de cualquier tipo, sin duda era él tipo de personas que deseaba que todo fuera directo.
—¿Es por Virgo?
La pregunta me hizo dejar de teclear y mantener la vista en el formato contable que realizaba. Era Virgo mi problema, no lo sabía en realidad, era un buen esposo en todo momento pero siempre faltaba algo como si fuera un rompecabezas donde las piezas se esparcen y no sabes dónde va cada pieza. Faltaba algo o solo no podía colocar bien cada pieza.
—No- respondí. —Es por el trabajo.
Mi respuesta le hizo sentarse sobre el borde de mi escritorio, movió la cabeza observando a su alrededor hasta que finalmente se desciso de la máscara que cubría por completa su cara, se quitó el caro chaleco negro doblando lo a la mitad y dejándolo en una parte de mi escritorio, se quitó la corbata y desabotono tres botones de su camisa blanca.
Sus ojos verdes me analizaron mientras dejaba al descubierto la variedad de tatuajes en su rostro, podían dar la impresión de que se trataba de un verdadero vándalo y no del líder de Zooidion; el fantasma.
—Zorro— me llamo tan fríamente que mi pulso se aceleró.
Aquella palabra era una advertencia, una marca. No necesitaba seguir para entender que me tenía en la mira como una presa a la cual iba a degollar sino obtenía lo que quería. Eso era algo ya de rangos, uno donde el pelirrojo era superior.
Cruzó sus pierdas y alzó la cabeza como siempre dejando su mirada a un solo punto de la oficina.
—¿Quién es el impostor que investigas?— me interrogó.
Baje la mirada hacia mis manos que temblaban ante la gran perspicacia del dueño de Zooidion, ya entendía que todo era por un posible fraude de alguno de sus empleados; sin duda algo que admirar.
—Es tan impresionante como siempre- mire un escrito en específico —Sin duda lo que se esperaba de un Lobo.
Sus ojos verdes se dirigieron a mí, entendía que aquel termino en el era muy ostentoso para alguien aunque le quedaba como anillo al dedo. "Lobo" un cazador nato, inteligente y audaz como el fantasma estaba a la altura de él, solo un Lobo podía controlar las grandes masas, aniquilar a sus presas y emitir el completo peligro.
