Mi Chico del Café 1° Temp My Boy || Kookmin ||

Capítulo 9: Lo quiero lindo

Jimin.

Nuevo día, otra mañana que me la pasó peleando conmigo mismo para despegarme de la almohada. Estire mi brazo y apague la alarma de mi teléfono, me senté en la cama y estire mis brazos por arriba de mi cabeza para dasperezarme, baje de la cama y caminé al cuarto del baño frotandome los ojos con mis manos.

Me di un baño rápido para terminar de despertarme, saliendo de esta solo con una toalla alrededor de mi cadera camine a mi armario elegi mi ropa interior que era de encaje, la verdad si utilizaba bóxer pero de vez en cuando utilizaba mi ropa de encaje, saqué una de color rojo y me la coloqué para después elegir unos Jeans negros que me quedaban como un abrazo de oso una camiseta del mismo color que el pantalón unas botas de charol negros y una chaqueta denim azul negro peine mi cabello con mis dedos y me coloqué un poco de maquillaje no muy exagerado. Salí de mi habitación y bajé a desayunar donde mi familia ya estaba en el comedor.

Mi madre estaba ayudando a mi nana a colocar la comida en la mesa mientras mi hermana estaba metida en su celular imagino que jugando en algún juego y bueno mi padre estaba un poco alejado hablando por teléfono se veía exaltado. Me acerqué a las dos mujeres mayores y besé sus mejillas, me acerqué a mi hermana y despeine su cabello, ayudé a colocar lo que faltaba de comida y me senté al lado de mi hermana. Mi madre y mi Nana se sentaron enfrente de mi y a los segundos mi padre volvió a la mesa y al sentarse dejó escapar un suspiro.

- ¿Pasa algo cariño? - mi madre le sirvió a mi hermana su desayuno mientras le preguntaba al hombre sentado en la esquina de la mesa.

- Me hablaron de la comisaría encontraron a dos hombres muertos en un callejón cerca de la pizzería ojos verdes - ese nombre del lugar sonaba raro ¿quién le pondría un nombre así? -Los identificaron y eran los guardaespaldas de Jimin - levante mi rostro cuando escuché mi nombre.

- Los hombres simpáticos que habías elegido - Dijo mi madre un poco shokeada, si supiera que tan simpáticos son.

- Si ellos mujer, tendré que buscar a otros para que te protejan hijo.

- ¿Para qué o que? - dije molesto - digo esos tipos eran unos estupidos por favor padre creo que hasta un niño de 5 años hace mejor su trabajo que ellos.

- Hijo sabes que es por tu seguridad acuérdate lo de la fiesta.

- Me vale un jitomate mi seguridad y sobre la fiesta me da igual.

- ¡Cuida esa boca jovencito! -Dijo un golpe a la mesa haciendo que no solo las mujeres de la casa dieran un salto si no yo también - ¡Creo que en esta casa te hemos educado de la mejor manera!

- ¡Yo hago con mi boca lo que se me da la jodida gana! - dije levantándome de mi lugar - estoy harto ¿por qué no te vas a tu jodido trabajo y dejas de preocuparte por mi? Que lo único que haces es arruinarme la jodida vida que tengo - Salí de ese, lugar directo a tomar mi mochila y las llaves de mi auto, sentía los pasos de el detrás de mi.

- ¡Mira jovencito creo que ya estás muy mayor para hacerte del rebelde en estos momentos!

- ¡Que hago lo que se me da la gana! - Grite volteando a verlo - no te interesa mi seguridad, no te interesa nada de mi vida lo único que te interesa es que en algún momento te dejara que habrás mis piernas para que hagas las cochinadas que siempre se te pasan por la maldita cabeza - el hombre enfrente de mi abrio los ojos como platos.

- ¿Co-como -Se aclaró la garganta - ¿Como sabes eso?

- No hay que ser bastante inteligente para saber que te masturbas en la ducha diciendo mi nombre papá- mi voz sonaba molesto - y sabes que es lo peor hacerca de saber de ti - me acerque a el para quedar cerca de su rostro - Que te escuche con uno de los hombres de la comisaría, no te basta con hacer lo que haces que ahora hasta me vas a vender a tus colegas - mi voz salió con burla - me das asco, eres un jodido depravado no mereces que te llame padre - Salí de ahí no me importaba que siguiera hablándome. Entre a mi auto y fui directo a la universidad