Capítulo 10

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–       Eres linda- dijo Logan acercándose a mí.

–       Gracias - contesté, prestándole más atención a comerme la manzana que a él.

En aquel momento me encontraba con el “grupo’’ en el comedor, ya que habíamos decidido reunirnos para pasar el rato.

–       ¿No te gustaría que hubiese algo entre nosotros? - me preguntó. Le miré o más bien, miré a Abril, que estaba sentada a su lado mirándome decaída y mirando a Logan con ojos desolados.

Y no me extrañaba, sabiendo que su novio flirteaba con otras delante de sus narices. Los demás allí presentes miraban la escena recelosos, intentando que no se notara su interés por lo que estaba pasando, excepto Jul, Betty y Kile, que no se molestaban en ocultarlo ni lo más mínimo.

Volví a mirar a Logan, que permanecía ajeno al sufrimiento de su novia y a la curiosidad del resto.

–       Sí, por supuesto Logan - contesté con una sonrisa -, me encantaría - a él se le iluminaron los ojos.

–       ¿A sí? - preguntó interesado - ¿Algo como qué? - yo sonreí más ampliamente.

–       Algo como una pared, por ejemplo.

Su cara se quedó blanca, y todos los que presenciaban nuestra conversación rieron a carcajadas. Los chicos reían a más no poder, y cada vez lo hacían con mayor intensidad. Jul no podía contener la risa mientras que Betty se reía por lo bajini y Kile me miraba con una sonrisilla.

Pero a mí quien me interesaba era Abril.

Ella por su parte estaba seria y miraba a algún punto de la mesa fijamente. Sentía pena por ella, ya que, por cómo me la había descrito Jul antes de yo conocerla, era una chica alegre y entusiasta, y sin embargo, desde que había comenzado lo suyo con Logan, se había convertido en una chica sumisa y amargada.

–       Abril, vámonos - ordenó Logan mientras se levantaba y comenzaba a alejarse.

Ella le obedeció, e inmediatamente se levantó y comenzó a seguirle, pero justo cuando pasó por mi lado, la sujeté por la muñeca y la miré seriamente.

–       No tienes por qué seguir con esto - le susurré.

Durante un momento sus ojos se iluminaron, y comprendí las tremendas ganas que ella tenía de llorar, pero tan solo me dedicó una débil sonrisa y se encogió de hombros.

La solté y vi cómo se marchaba.

En ese instante se escuchó un carraspeo a través de los altavoces situados en las esquinas del comedor y supe que la directora iba a hacer un anuncio.

–       Atención, alumnos - dijo la imponente voz de la directora -. Reuníos todos inmediatamente en el comedor.

Y como si del mismísimo ejército se tratara, el comedor comenzó a plagarse de gente ansiosa por encontrar un buen sitio para sentarse y en menos de cinco minutos ya todo el mundo estaba allí dentro. En cuanto todos entraron, varios guardias se colocaron esparcidos por la estancia y la puerta principal fue cerrada. Ambos directores entraron en ese preciso momento, y se situaron en sus respectivos asientos, seguidos por un total de diez vampiros más.

Vampiros que yo conocía.

Me tensé y abrí los ojos de par en par ante la sorpresa. Aquellos vampiros eran los que me habían pedido que me uniera a ellos, y reconocí a su líder en cuanto piso la sala. Él me miró y sonrió al ver que yo parecía reconocerle. Rápidamente miré a la directora, que mantenía su mirada fija en mí, por lo que supuse que aquel tipo le había contado el trato que me había ofrecido tiempo atrás.

Herida. Wounded. [INTERRUMPIDA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora