𝐄𝐍 𝐓𝐔𝐒 𝐑𝐄𝐂𝐔𝐄𝐑𝐃𝐎𝐒 (𝖫𝗎𝗂𝗆𝖾𝗅𝗂𝖺)

XIII. Fin del contrato

El toque de sus labios era rápido, intenso y con deseo.

La había acompañado hasta su piso y me había besado nada más al ingresar.

Mi cuerpo no reacciona a sus toques, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve con alguien.

No se necesariamente lo que quiero. Tal vez quiero que me toque. O tal vez quiero tocarla.

Quiero que me toque solo si sus manos son tan suaves como los tuyos, y quiero tocarla solo si su piel es tan tibio como el tuyo.

Pero...

¿Amelia o Amelí?

"Me pones muchísimo", me dijo mientras me empujaba a la pared más próxima. Y el sonido de su voz quitó la áspera neblina que se había estado formando entre mis recuerdos y realidades.

Amelia no era. Tampoco era Amelí.

Tuve que detenerme. Y la mujer de mi lado se dio cuenta

- ¿Sucede algo?

- Yo no...

Ni siquiera sé como se llama, estoy segura que me dijo su nombre cuando nos presentaron en el bar, quizás fue cuando me invitó un trago, o tal vez incluso cuando me sacó a bailar. Pero no puedo recordarlo

Estaba demasiado concentrada viendo a Amelí riendo a lo lejos con sus amigos y su prometido.

La celebración del aniversario de la empresa lo hicieron en el bar de la ciudad, así que había tragos por doquier. Tomé muy poco, pero la chica a la cual estaba besando pareciera que se había excedido, porque sus labios sabían a eso mientras que su cuerpo transmitía solo el olor de los cigarrillos.

En estas últimas semanas ya nada olía al perfume de Amelí...

Y el conjunto de emociones entre la ira y los celos viéndola reír junto a Hugo, me hizo tomar la estúpida decisión de acompañar a una mujer que no tenía ni idea de quién era

- ¿Te pasa algo? - Me preguntó dejando de besarme

Esta claro, que esto es un error.

- Lo siento, pero me tengo que ir - Dije sin más separándome de ella

- ¿Qué?

Di media vuelta, ignorando sus llamados y salí del lugar.

El ambiente está frio, las aceras de las calles están húmedas, llovió ayer. Mi paso se hace cada vez más lento...

Los besos de la mujer sin nombre se me olvidan rápidamente, y vuelvo a pensar en la forma en cómo los labios de Amelí se movían junto a los míos bajo la lluvia. 

Mi piso queda cerca. El camino que tomo, hace que vuelva a pasar por el bar. Este tenía grandes ventanas que podías visualizar fácilmente a las personas dentro celebrando. 

Y no pude evitar buscar rápidamente a Amelí con la mirada. Sus amigos seguían ahí, pero ella ya no estaba... 

Bajo la mirada y sigo inundada de pensamientos

¿Por qué me besas un día y luego pasas los siguientes tratando de evitarme?

No he dejado de escuchar su voz retumbando en mis pensamientos: "(...) no quiero que te vayas... No te vayas"

Pero fue ella la que se fue.

Después del beso, Amelí no apareció al día siguiente. Tampoco las siguientes semanas. La llamé y le envié mensajes, pero ninguno fue respondido.