× Problemas en Wonderland ×

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Para muchos, el país de las maravillas era mi mayor delirio. El lugar de mi mente donde lo que nada tenía sentido cobraba un sentido abstracto y menos confuso.

¿Pero qué veían los demás en mi, cuando ya no estaba en la tierra y caminaba tranquilamente por aquellos caminos de hadas y luces?

—Alice, Alice... ¡Alice!— sentí que tiraban de mí, despertando de repente.

Grité de terror, asustando un poco a Jeff.

—Maldita sea, Alice. ¿Qué demonios hacías? —Parecía enfadado, pero denotaba algo de preocupación

Palpé mi cabeza, tenía una herida llena de sangre —¿Cómo ha pasado? ¡Ah! ¡Fueron esos residuos de nuevo!

—¿Residuos? ¿Estabas teniendo una pesadilla?

—No, Jeff, ellos... Ah, ellos son... Productos de mi mente pero, reales, son reales— Me levanté aún estando mareada.

Jeff me sujetó —Vi como la herida de tu frente se abría sola, como si te lo hubiera hecho alguien invisible.

—Cuando alguien me daña en el país de las maravillas, también me daña aquí.

—Suena jodido. Estás loca— Se rió algo compasivo y acarició mi cabeza —Ese lado tuyo si suena interesante— Palpó mi herida— Deberías hacer algo con eso.

Empezó a rebuscar entre sus cosas e hizo un ruido de aprobación —Ah, esto es lo que buscaba.

—Quedate quieta, te va a escocer un poco— Limpió mi herida —Voy a tener que... Coserlo.

—¿Tan grave es?

—Has sangrado muchísimo, estabas dormida o en un estado inconsciente y yo estaba viendo cómo salían heridas de la nada en tu piel. Cuando vi esa me... Tuve que avisarte de alguna manera. Joder. —Sacó una aguja e hilo de debajo de su cama— No se te ocurra llorar con esto o me enfadaré.

—Descuida— Era reconfortante que me ayudara, a pesar de su extraña actitud.

Comenzó a coser mi herida, tenerle tan cerca no me desagradaba por primera vez —¿Por qué te ocurre esto, Alice?

—No lo sé, mi mente siempre ha sido mi mayor enemigo desde el día del incendio... La muerte de toda mi familia, mi querida hermana Liz— Me quejé un poco por la aguja.

—Si algo tenemos en común es la condición de orfandad— Se rió— Pero mi hermano sí sigue vivo y me quiere asesinar, por venganza y bla bla. Una larga historia.

—No parece afectarte la muerte de tus padres.

—Ya, yo los maté. Bueno, ya está, te quedará una preciosa cicatriz en esa cara de muñeca insípida que tienes.

Palpé la costura, era impecable. —¿Por qué no coses tus heridas?

—¿Para qué? Cuando se curan vuelvo a abrirlas. Eso hacemos los masoquistas, volver a abrir las heridas. — Se apartó de mí y se dirigió a la puerta de la habitación —Ehm, si tienes hambre o... Cualquier cosa que te pase dímelo, pero tampoco me molestes mucho o me...

—Te enfadarás, si, lo he captado. Y si que tengo hambre.

—Ahora te traigo algo, no te muevas mucho ni te duermas.

Hice caso a sus indicaciones, aunque me aburría mortalmente y parecía tardar demasiado en traerme algo de comer.

Me acomodé en la cama, ya llevaba en esta casa más de un mes. Increíblemente con el que mejor relación tenía era con Jeffrey Woods. Parecía un arrogante y narcisista con complejo de adolescente, pero tenía algún que otro buen sentimiento.

—Me disculparía por tardar, pero no va con mi personalidad. —Entró por la puerta con dos cajas de pizza —Los demás están durmiendo así que es todo para nosotros dos.

Cerró la puerta de la habitación y colocó las pizzas en la mesa.

—Espero que no tengas mucha hambre, así habrá más para mí— Comenzó a comer— Estás poco habladora. Sueles quejarte más.

—Supongo que es por el golpe— También comencé a comer.

—¿Te pasará de nuevo? No puedes morir, no tendré a quien molestar sino, los demás están demasiado acostumbrados a mi.

Le miré y no dije nada.

—Oh, no te vayas a enamorar de mi, Alice, soy lo que dicen un fuckboy.

Me reí —Dudo mucho que eso vaya a pasar, idiota descerebrado. Y tú no eres ningún fuckboy, no he visto que hayas hecho nada con ninguna chica en meses.

—Eso es porque he estado ocupado y ... Porque tengo un terrorífico aspecto, suelen salir corriendo cuando saco el cuchillo.

—Desde luego no es forma de conquistar a una dama.

Nos reímos —¿Tú te asustarías de mí sí me vieras por la calle?

—Tengo la mente tan enferma que creería que eres parte de mi imaginación, pero sí, mi antigua yo se asustaría sin dudarlo. Es decir... —Me acerqué a él y le miré a los ojos —Mira esos ojos sin párpados— Acaricié la comisura de sus labios —Y esas cicatrices que nunca se curan... Una piel pálida y sin vida.

Noté cómo sus mejillas se enrojecían —¡Alice! Me vas a hacer sonrojar con tanto halago. —Rió nervioso y volví a sentarme en mi cama a comer.

—Desde luego estoy hecho una mierda.

—¿Que ha ocurrido? ¿Se te ha escapado todo el ego de repente? Ha sido aterrador.

Se rió —Pensé que sólo eras una molestia, pero aparte de eso también es divertido estar contigo.

Hice un gesto de humildad —Así soy.

—Suerte que mi cabello es mucho mejor que el tuyo, sino me ganarías en belleza.

—No puedo creer que admitas que alguien más pueda hacerte la competencia.

—Soy hermoso, el más guapo, pero algunos tontos como tú creen que pueden serlo más que yo.

—Calla y come.


El diario de Alice Liddell [ Jeff The Killer X Alice Madness ] COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora