El diario de Alice Liddell [ Jeff The Killer X Alice Madness ] COMPLETADO

× Flores marchitas y el cementerio ×

Desde aquel día en el que Jeff y yo... Bueno, hicimos aquello. Casi no hablábamos, nadie se había enterado pero nuestro silencio dejaba unas sospechas más que evidentes para dos individuos bastante molestos.

Me encontraba en el bosque al lado de casa, sentada en la mesa tomando una taza de té junto al sombrerero y Cheshire. Por alguna razón ahora podía "invitarlos" a mi mundo, como una especie de invocación. Aún no podía con el resto, pero ellos dos sí.

-¡Más té, más té, Alice! ¡Sonríe! Quiero té sonriente, no me gusta el té triste, sabe diferente- Alzó la taza y se subió a la silla para hacer una reverencia y posar la taza frente a mi.

Me levanté y me subí a la silla como hizo él para servirle una taza -¿Dos terrones?

-El doble a ser posible señorita Liddell.

-Por supuesto señorito Sombrerero. -Coloqué cuatro terrones de azúcar.

-Me agradan estás tardes de té, aunque aquí siempre es denoche. ¿No echas de menos el sol, Alice? Allí sigue habiendo sol- Cheshire me miró sonriente.

-El país de las maravillas está corrupto, gato, no me intentes liar.

Sorbió un poco de su té. -Me gustan las pastas.

Toby se acercó a nosotros -P puedo? H hola a todos.

El Sombrerero se emocionó al verle-¡Adelante! ¡Cuantos más seamos mejor!- le sentó en una silla sin que pudiera reaccionar y Toby se quitó la máscara y las gafas.

-S se ve de delicioso. ¿Hay gofres?

-No, pero hay pastas- Dije ofreciéndole un plato.

Se puso nervioso y lo tiró -¡Q quiero go gofres! ¡Q quiero gofres!

-Vale, tranquilo... - Chasqueé los dedos y apareció un plato repleto de gofres. Le brillaban los ojos y sonrío amable.

-G gracias Alice.- Empezó a devorarlos.

-Oh, que entrañable una reunión de locos. -Jeff se sentó entre Cheshire y yo.

Alzó su taza y me miró -¿Hay té para mí?

-Claro que si, señorito Woods. -Le serví un poco de té.

Se podía notar la tensión entre nosotros. Y de un momento para otro, el sombrerero y Cheshire de desvanecieron.

-¿Se acabó tu poder? -Preguntó Jeff sorbiendo un poco de té.

-Si, no puedo traerlos demasiado tiempo, tengo que mejorar eso.

-¿Y esta comida es real?- Jeff intentó agarrar un gofre pero Toby le gruñó- E el último que que hizo eso a ahora está enterrado.

-Alice, ya se lo que vamos a hacer hoy. Ey, ¿dónde está Toby?

Tanto los gofres como Toby habían huido dejando un rastro de migas.

-Como sea, vamos a ir al cementerio, nunca has estado allí, ¿no?

Negué con la cabeza.

-Perfecto. -Me agarró de la mano -Hace frío allí, ¿no te pones una chaqueta?

Volví a chasquear los dedos y apareció una gabardina larga de color negro que me puse enseguida.

-Vamos entonces. -Volvió a sujetar mi mano y me llevó hasta allí.

Estábamos los dos en silencio, pero tenía que romper esa incomodidad -Oye, Jeff...

-¿Si? -Dijo sin dejar de caminar.

-Respecto a lo que sucedió aquella vez...

Se frenó en seco pero sin mirarme -Si te avergüenzas de ello, lo entiendo, no tenemos porque hablar de esto.

-No es eso...- Sentí lástima por aquellas palabras, se le notaba dolido.

-Enserio, no me dolerá si me rechazas. Hay más chicas en el mundo, ¿sabes?

-Te conozco lo suficiente para notar eso. Escucha. -Me enfrenté a él y le miré a los ojos -Sabes que te quiero, no digas esas cosas. Sólo... No sé cómo actuar contigo ahora, no sé si sientes lo mismo por mi o estoy haciendome una idea equivocada. Jeff... Yo no sé lo que quieres de mí.

Volvió a agarrar mi mano sin decirme nada y empezó a caminar más rápido hasta llegar al cementerio.

Buscó una lápida en concreto y se agachó "D.E.P Margaret y Peter Woods"

Había unas flores marchitas sobre ella.

Jeff parecía estar llorando, mantuve un poco la distancia -Toda mi familia está muerta, Alice, yo los maté. -Se río compasivo -Y el único que quedó vivo... Mi hermano Liu, quiere matarme. Lo entiendo, ¿sabes? ¿quién no querría acabar con quién mató a su familia? Se lo merecían, ellos no eran como tú, no me entendían...

-Entiendo lo que es la venganza Jeff, pero mira dónde nos ha llevado eso. ¿Valió la pena? Me lo pregunto cada día.

Comenzó a apuñalar el césped que había en la tumba en un ataque de rabia. -Sólo quería ser normal, yo no quería ser un asesino... Pero me acostumbré a la sangre, el olor, la textura, el color... Ese atractivo rostro de miedo en las víctimas. No sientas compasión por un asesino, ni lástima, es lo que soy.

Me agaché y posé una mano sobre su espalda para después abrazarle -Te entiendo mejor de lo que crees...

Se levantó y me dio la mano para devolvernos.

Cuando estuvimos más lejos de allí me habló. -No se como, agh, no se cómo decirlo. Pero, gracias.

-¿Estás mejor?- Pregunté.

-Eres como el frío en el infierno. Das calma y esperanza, Alice, y eso no cualquiera lo consigue.

Sonreí.

-¿Acabas de sonreír? Oh dios, debo tener algún tipo de don.

Me reí -No seas idiota, siempre me haces reír.

-Pero esa sonrisa ha sido diferente, tenía otra energía.

-Vamos a sentaros un rato, estoy algo cansada por usar mi poder antes.

Nos sentamos apoyados en un árbol. Posé mi cabeza en su hombro y me abrazó poniéndome contra él.

-No deberías excederte así.

-¿Estoy soñando o acabas de decir la palabra "excederte"?

-Muy graciosa, pero lo digo enserio. Cada día estás más débil. Debe ser una mierda sentirse así.

-Gracias por los ánimos -Cerré los ojos y comenzó a acariciar mi cabello.

-Para eso estoy.

Nos quedamos un rato sentados, me calmaba si él estaba cerca. Era algo inconcebible, la Alice que llegó aquí no creería que esto pudiera suceder.

-Te amo. -Susurró creyendo que estaba dormida.

Finalmente me dormí y cargó conmigo. Cuando desperté ya estaba en mi cama.