El diario de Alice Liddell [ Jeff The Killer X Alice Madness ] COMPLETADO

× Rivales ×

Me senté en la cama, al final tuve que compartir habitación con aquel molesto chico.

Tan sólo llevaba conmigo una foto de Lizzy y yo y el vorpal. No me quedaba nada más de mi otra vida.

Geográficamente tampoco sabía dónde me hallaba. Nisiquiera parecía que estuviéramos en el mundo real. Ellos eran tan extraños como yo, muertos en vida, bestias. Casi diría que éramos monstruos.

Sujeté la foto y la puse contra mi pecho, si echaba de menos a alguien era a la reina roja. Me perseguía su recuerdo, ella, Cheshire, el sombrerero. Todos ellos ocupaban mi ahora corazón muerto.

-¿Qué haces? ¿Vas a llorar?- Preguntó irritante mientras entraba a la habitación -Aparta de ahí, esa es mi cama.

Puso sus manos en el bolsillo esperando a que me moviera.

-Cierra la boca- Volví a apuntarle con el vorpal.

Cerró la puerta -Aparta- se acercó a mí amenazante pero tranquilo.

Me subí encima de la cama, al menos para estar a su altura.

-Que pena, resulta que ahora esta es mi cama- Dije insolente.

El rió -¿De verdad quieres dormir ahí? ¿Estás totalmente segura? - Crujió su cuello -¿Que era aquello...? Desaliñado, si.

Era realmente molesto, pero desde luego no dormiría en su cama.

-No me gusta que me pisen la cama- Se quitó la capucha dejando ver una melena negra -Estamos perdiendo el tiempo- De su bolsillo sacó un pequeño roedor muerto y lo tiró encima de la cama- A veces como ahí sentado.

-Esta bien, tú ganas, eres repugnante- Río y me bajé de la cama para acostarme en la mia -Al menos está no huele a muerto.

-Al menos está no huele a muerto- Se burló de mi, simulando mi voz.

-Eres realmente insoportable, Jeffrey Woods.

Me miró sorprendido -¿Cómo sabes mi nombre completo?

-Tal vez haya mirado tus cosas.

Se acercó a mí y me agarró del cuello- No se te ocurra volver a hacer algo así. Y más te vale que no le digas esto a nadie. Date por muerta Annie.

-Es Alice- Puse el vorpal en su estómago- Suéltame si no quieres perder más sangre de la que ya pierdes, idiota.

Me soltó -No estoy para perder el tiempo. Un día de estos dibujaré una sonrisa en tu rostro- Se apartó riendo como un desquiciado -Quiero ver esa cara llena de sangre.

-¡Jamás te dejaré hacer algo así!

-Tsk, me voy a dormir.