El diario de Alice Liddell [ Jeff The Killer X Alice Madness ] COMPLETADO

Peor Que El Manicomio

Decidí seguir al señor Hellboy, no me quedaba de otra. Era eso o congelarme en este bosque.

Tras un largo rato caminando y disfrutando de una conversación totalmente trivial en la que él me contaba sus vivencias aquí, llegamos hasta una pequeña cabaña de madera un poco derruida pero habitable.

-Es aqui- Expresó parándose en seco a una distancia considerable de la casa.

-Esta cosa. ¿Esto es la cabaña? ¿Pretendes que yo viva aquí?

-Wao, disculpe señorita de la alta nobleza.

-Solo de la pequeña nobleza, terratenientes- Mascullé.

-Como sea, te presentaré a quien quiera que haya allí dentro. No te asustes.

-¿Por qué debería asustarme?- Pregunté sin respuesta mientras le seguía hasta la entrada.

Pateó la puerta y gritó -¡Encontré a una no humana!

Era un increíble panorama. Un extraño joven encapuchado con una máscara azul apartada en la cabeza comía una especie de órgano o algo parecido, crudo, llenando todo el suelo de sangre. Lo peor de esto, es que lo hacía con total normalidad. También era sorprendente... Su notable falta de ojos y su piel gris.

Con mucho ánimo dejó de comer y sonrió. Una sonrisa llena de sangre, como no -¡Bienvenida! ¡Mi nombre es Eyeless Jack! Pero puedes llamarme Jack -Con una mano en el bolsillo m extendió la otra.

No sabía si tocarle, dudé hasta que era evidente que no quería.

Apartó su mano -¿Eres tímida? -Preguntó algo incómodo.

-No, es que no pienso tocarte.

Metió su otra mano en el bolsillo y comenzó a hacer una especie de drama -Doy asco, lo sabía. Hellboy. ¡Así jamás conseguiré una novia! -Lloriqueaba de manera cómica.

-¡Me da igual!- Gritó Hellboy mientras se encendía un puro.

-¡¿Qué es este escándalo?! ¡Intento escribir una estrategia para ser tan fuerte como Jeff!- Una joven bajó las escaleras gritando.

Llevaba una falda y una chaqueta, unas medias de rayas y el pelo recogido en una coleta. Unas cicatrices recorrían las comisuras de su labio creando una sonrisa.

-¡Nina! ¿¡Serás mi novia!?- Le preguntó Jack lanzándose a abrazarla.

-¡Jamás!- Gritó intentando sacárselo de encima.

-¿He oído mi nombre?- Un chico que al parecer estaba acostado en el suelo, tras el sofá, se levantó. Estaba encapuchado, era alto y se encorvaba un poco.

-¡Jeff te mataré!- Amenazaba Nina con Jack aún abrazándola.

-Admiro tu energía, Nina, pero no lo conseguirás. A demás, se que si llegas a ser tan fuerte como yo, no podrás evitar resistirte a mis encantos y no me asesinarás.

El chico, aún medio dormido me miró y después miró a Hellboy -¿Quién es ella? No me traigas más monstruitos aquí- Rió.

-Es Alice Liddel- Dijo aún fumando.

-Alice, ¿Eh?- Se acercó a mí, mirándome de cerca, se agachó un poco para ponerse frente a mi- Tienes los ojos de una loca.

-Vete al infierno. Especie de humano deforme- Su piel era pálida y al igual que Nina, tenía una sonrisa en su rostro sin cicatrizar.

Me sujetó la barbilla y movió mi cabeza -Tal vez si nos sirvas.

Apunté a su cuello con el vorpal -No se te ocurra volver a tocarme sin mi permiso, escoria.

Sonrió y se alejó de mí -¿También quieres matarme? No sería nada nuevo para mi. Tienes agallas...

-Dejala en paz, chico, y dale una habitación donde dormir.

-Maldita sea, Hellboy. Tsk. Sabes que ya no me quedan habitaciones. Esto está petado de gente- Rió de nuevo y crujió su mandíbula, era un tic que hacía a menudo.

-Aún hay una cama sin usar- Añadió Nina.

Jack sonrió con picardía -En la habitación de Jeff.

-Oh no, no, no. No pienso compartir mi habitación con nadie.

-Yo tampoco querría dormir contigo, me repugnas- Expresé frustrada.

Hellboy se rió -Apañaos como podáis. Tengo que ir a cazar un par de bestias.

-¡Hellboy no me dejes con esta chica!- Gritó Jeff enfadado.

-¡Lo mismo digo, no pienso quedarme aquí!- Frente a Hellboy apunté hacia atrás con el vorpal en dirección a Jeff -No me fío del desaliñado.

-¿¡A quién llamas desaliñado!?- Gritó enfadado.

-¡Desde luego, a ti! ¡DESALIÑADO!- Apreté mis puños enfrentándome a él. Desde luego no quería quedarme con ellos.

-Ya veremos qué opinas de mi en unos meses, loca- Rió de nuevo y crujió su cuello.

-Mi opinión hacia tí, no cambiará.

Cuando quisimos darnos cuenta, Hellboy ya se había ido dejándome con ellos.