× Confusión ×

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[Narra Alice]

Dargon me ayudó a volver a la cabaña con Jeff, no podía creer que yo le había hecho esto.

Por qué sucedió algo así? Casi acabo con su vida...

Dejé a Jeff recostado en su cama y me senté en el suelo a su lado, sujetando su fría mano.

-Jeff... Perdóname por esto. Yo no quería... Todas las cosas malas que te dije no iban en serio.

Al soltar todas aquellas emociones, rompí a llorar.

-Por favor no te vayas, quién me hará la vida imposible sino?

Miré su rostro un momento, era extraño verle con los ojos abiertos aún en ese estado.

-Si mueres... No quiero que mueras así. Todos se merecen morir con los ojos cerrados.

Fui rápido al salón y por suerte encontré a Jack.

-Jack, por favor, debes ayudarme.

Le expliqué que necesitaba unos párpados del tono de piel de Jeff, lo más cercano posible a ese tono pálido.

-Entiendo, guardó varios cadáveres en la nevera de abajo. En el sótano. Ven.

Bajé junto a él hasta el sótano, se notaba que era el que más frecuentaba ese sitio.

-Apesta a putrefacción.

-Si, el otro día se rompió el congelador, pero ya está arreglado- Lo dijo con gracia pero algo de seriedad en sus palabras -Fue un desastre, jajajajaja.

Abrió una de las neveras y con un cuchillo cortó los párpados de uno de los cadáveres.

-Aqui tienes, párpados humanos, fresquísimos. Invita la casa.

Se lo agradecí y corrí de nuevo a la habitación tras esperar a que se descongelaran los párpados.

-Aguja, hilos, párpados... Está todo. Te coseré como a uno de mis vestidos.

Comencé a coser y arreglar los párpados en los ojos de Jeff.

-Te ves más hermoso de lo habitual ahora, Jeffrey Woods.

Acaricié su rostro y con algo de magia que me había enseñado la reina roja, hice que los párpados parecieran suyos, que se unieran a él como parte de su cuerpo, tras coserlos.

-Ahora tienes los ojos cerrados... Ya no tendrás problemas para dormir.

Aún así, me sentía mal, no quería que se fuera. Quería que despertara de nuevo con su mal genio, con ese mal humor y desastroso carácter que le hacían ser quien era.

-Estás más frío de lo normal...

Me quité mi vestido y me acosté en la cama junto a él para transmitirle mi calor tapandonos con varias mantas.

-Por favor, no te mueras.

Me aferré a él como si fuera yo la que intentaba aferrarse a la vida.

-Ohh... Alice...

Despertó y me emocioné al verle.

-Jeff!!

Le abracé más fuerte por la emoción pero se quejó del dolor.

-Ahh, cuidado, cuidado princesa.

-Nunca había estado tan feliz de escuchar ese horrible apodo.

Jeff me abrazó con suavidad.

-Me alegra haberte recuperado, Alice... Sin duda eres la presa a la que nunca fui capaz de dar caza.

Empezó a pestañear bastante confuso -Oh... Y esto? Tengo párpados?

Se los tocó como si fuera un niño pequeño.

-No recordaba como era tenerlos.

Acto seguido me miró con una sonrisa algo pícara -Tengo párpados y una chica desnuda en mi cama, he despertado el día de Navidad?

Me sonrojé y me tapé enseguida con la manta -Estabas muy frío... Sólo se me ocurrió eso para que entraras en calor.

-Ajá, que ocurrencias. Como iba a pensar que Alice Liddell sería capaz de querer... Algo especial de mi.

Acarició mi rostro, nuestras caras estaban muy cerca, y me abrazó.

Me abrazó durante tanto tiempo que perdí la noción de este.

El diario de Alice Liddell [ Jeff The Killer X Alice Madness ] COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora