× El regreso de Liu I parte ×

112 9 0
                                    

Un día todo se torció. Y acabé aquí, siendo prisionera de Liu, con la angustia de pensar que Jeff creyó que yo le había traicionado. Pero mi mente, confusa, se hallaba bajo un hechizo.

No podía controlar mi cuerpo.

[Narra Jeff / Semanas antes]

Se que estaba mal, que era una mierda que leyeran su diario sin permiso, pero ese libro rojo sobre la cama de Alice me llamaba demasiado la atención.

No aguanté la curiosidad. Lo abrí.

Me acosté en mi cama y empecé a leerlo. Alice escribía muy raro, con palabras... Emmm, difíciles de entender. Pero en general podía leerlo.

Escribía mucho sobre mí, eso me halaga. Es normal, soy alguien interesante. Tal vez no debí seguir leyendo porque no estaba preparado para saber que Alice me amaba tanto. ¿A mí?

Alice entró en la habitación y me miró muy enfadada, más de lo que había visto nunca —¡Jeff! ¡Que haces leyendo eso! No tiene ninguna gracia, es algo privado.... Tú...

Me quitó el diario y me siguió mirando con... Desaprobación, creo que se diría así.

No sabía si disculparme, parecía muy decepcionada conmigo. Pero tampoco era algo tan malo, ¿no?

—¿Tan malo es que lo lea? La mitad de lo que hay ahí escrito lo he vivido contigo.

—¿Y eso que importa? Si, vale, lo hemos vivido, pero no me podías leer el pensamiento, esto es como si te metieras en mi cabeza. Agh... No, no quiero... — Estaba muy nerviosa, al parecer si era muy importante para ella.

Me levanté e intenté disculparme —Alice, maldita sea lo siento, no sabía que te pondrías así. No lo hice para molestar. Sólo me aburría.

Comenzó a llorar. Joder, ahora sí que no sabía qué hacer —Jeff, no tiene ninguna gracia lo que has hecho. Te he dejado pasar muchas cosas pero esto...

—Alice... Yo...

—Necesito estar sola —Me tiró su diario y lo capté al vuelo —Leelo si quieres, ya que más da. ¿No?

Salió de la habitación corriendo. Dejé el diario sobre su cama y rápidamente agarré mi chaqueta para ir tras ella. Algo tenía que hacer. A lo mejor había sido un capullo. Tsk.

Salí detrás de ella, era muy rápida cuando usaba eso de teletransportarse a corta distancia.

Y muy escurridiza, podía hacerse pequeña y esconderse. No podía perderla de vista o me sería muy difícil encontrarla.

—¡Espera, Alice!

Siguió corriendo, pero se tropezó y cayó al suelo.

Me agaché junto a ella. Estaba muy triste. Demasiado. —¿Esto no es por el diario solamente, no? —Maldicion, me volvía muy sensible si ella estaba cerca.

Tenía las manos en su cara limpiándose las lágrimas. Negó con la cabeza.

—No puedes hacerte la dura siempre.

Me miró, tenía una cara tan bonita, a veces me pregunto por qué le gusto tanto. Ella podría tener a cualquiera.

—Jeff... —Me abrazó, ahora sí que no se entendía nada, pensé que estaba enfadada conmigo.

Le abracé de vuelta —Perdóname. ¿Que te ocurre, princesa?

Tenía la voz rota —Yo... Aunque matase a la persona que me arrebató a mi familia... Nunca me sentí bien. ¿Sólo soy una persona rota? ¿Debí haber muerto en ese incendio? Mi vida nunca tuvo sentido, y ahora he resucitado con el cuerpo de cuando tenía 20 años en un bosque con asesinos. ¿Qué significa eso?

Ni yo sabía que hacíamos aquí, era preguntarse más cosas de las que podía pensar. —Yo que sé, no todo tiene por qué tener sentido, ¿no?

Se rió un poco —Si te dedicaras a consolar gente serías tan paupérrimo.

—¿Que se supone que significa eso?

—En tu idioma, que mal se te da consolar.

Acaricié su cabello —¿Cuánto tiempo te lo has guardado?

—Más de una vida.

—¿Por eso me has hecho todo un drama? Se cómo te sientes, pero no vale la pena pensar tanto. Sino te volverás loca como yo. Aún conservas algo de cordura.

Una voz familiar habló acercándose cada vez más —Vaya, vaya... Veo que estás ocupado. Hermanito.

Me levanté rápido y puse a Alice tras de mí —¿Qué coño quieres ahora?

Liu sonrió —¿Recuerdas cuándo me arrebataste al amor de mi vida?

Reí —Si, aún recuerdo sus súplicas. ¿Por qué? —Se acercó a mí rápidamente agarrándome del cuello de mi camiseta —¿Quieres probar mi cuchillo?— Sonreí —Seguro que aún tiene su aroma.

Me dió un empujón y frunció el ceño —No te hará tanta gracia lo siguiente. —De su bolsillo sacó una esfera de luz azul —No creas que no te he estado observando todo este tiempo, ¿tan sedado te tienen los ansiolíticos? Antes me olías a kilómetros.

Debí dejar de ponerme hasta arriba de todo lo que pillase.

Me quedé observando su siguiente movimiento.

—¿Y a quién matásteis hace poco? No tengo pruebas, pero tampoco dudas. Jane no desapareció sin más. Y a la única persona que ella quería matar era a ti. Jeff.

—Eso, culpame de todo lo malo que te pase. Empiezo a aburrirme y me han entrado unas ganas salvajes de matarte.

Saqué mi cuchillo y atenté contra él. Sabía defenderse bien. En una pelea estábamos demasiado igualados.

En cuanto pudo, pillándome de improvisto, agarró a Alice. Por suerte ella podía valerse por sí misma. A menos que se desmayara.

Y eso hizo. Estaba tan débil que se desmayó.

Tenía que sonar despreocupado. Ahora me tenía entre la espada y la pared —¿Qué? —Me reí —¿Crees que esa chica me importa? Sabes que puedo tener a quien quiera, debes estar bromeando.

—Se cuando mientes, hermano. Admito tus dotes de actor, pero conmigo no funciona.

Hizo un movimiento rápido, la esfera entró en el pecho de Alice y ahora ella brillaba.

La soltó tirándola al suelo y salió corriendo.

No podía ir tras él, aunque le tuviera unas putas ganas increíbles.

Cargué con Alice en brazos. Después de unos instantes dejó de brillar.

¿Qué demonios la habrá hecho? De todas formas, el único que podría saber lo que era...
Dargon. Joder.

Fui lo más rápido posible a la mansión. Aporreé la puerta y grité. Realmente estaba desesperado.

Sally abrió la puerta.

—¡Dargon! ¿¡Dónde está Dargon!? ¡Joder!


El diario de Alice Liddell [ Jeff The Killer X Alice Madness ] COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora