capítulo 18

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Val y yo caminamos por los pasillos hasta la sala de historia —que era la materia que nos tocaba—.

—Entonces... ¿cuando tienes la reunión con el director?— le pregunté a Val

—Mañana en la mañana—me dijo mientras abría la puerta de la sala.

—¿Qué tan en la mañana?—pregunté porque Val era la chica que siempre llegaba tarde a todas partes.

—Media hora antes de que empiecen las clases.

—Wow—hice una mueca y puse mi brazo derecho en su hombro a modo de compasión.

Seeeh—Soltó una risita.

Fall in love in fall.
Vaya, que nombre más interesante.

Sin poder evitarlo a mi mente llegó una persona : Lucas. Queria invitarlo al baile.

Pero quité ese pensamiento tan rápido como llegó a mi cerebro.

Me senté al lado de Val, saque mis cuadernos y llegó la profesora.

La profesora nos empezó a pasar materia.

Mi mente estaba volando en alguna parte del universo, solo escuché algunas cosas como Revolución Francesa y Revolución Industrial.

¿Qué habrá de cena hoy?
¿Quién soy?
¿Somos humanos o vivimos en una simulación?
¿Me gusta Lucas?
¿Existen los ovnis?
Esas preguntan no me dejan dormir por la noche.

Psss, Grace—Val me dio un codazo.

—¿Huh?—le respondí algo desconcertada.

—La profesora te está...—

—Parisi—me habló la profesora, yo la miré—¿en que año empezó la revolución francesa?

—En 1789—respondí segura.

Era una fecha simple de recordar entonces no necesité mayor esfuerzo para saber la respuesta.

—Muy bien—le di una pequeña sonrisa y volví a fijar mi atención en mi cuaderno.

—¿Cómo rayos sabías eso si tú parecías estar en otra dimensión?—me susurró Val.

—Val, querida, estamos pasando revolución francesa desde primer año de secundaria.

—Ya pero se me olvida en las vacaciones—dijo lanzando la mirada al cielo.—No soy buena con la fechas, y lo sabes. Mejor me quedo en estadística, por cierto ¿sabes a quien vas a invitar para ir al baile?

—No—Mentí—podría ser buena idea que viniéramos las cuatro juntas.

—Si, de hecho si sería una buena idea. Pero—hizo una pausa—, yo creo que Molly conseguirá una pareja, entonces solo seremos tres.

Pero y si yo invitaba a Lucas y el me decía que si, las abandonaría.
Oh-Oh ¿en que me metí?

En seguida me arrepentí de haberle mentido.

Como si Lucas te fuera a decir que si.

Calla, conciencia. Soñar no cuesta nada.

Sacudí mi cabeza para quitar esos pensamientos.

—¿Grace Parísi?—dijo la enfermera desde la puerta.

—Aquí—levanté mi mano para que me viera— y es Parisi no Parísi—la corregí.

—Ven conmigo.

Asentí, ordene mis cosas y salí siguiendo a la enfermera. Cuando llegamos a la enfermería, ella me pasó una pastilla, una cosa de gel azul y un vaso.

Cleaved originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora