epílogo

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Habían pasado unos meses desde los sucesos del último capítulo. Para ser más específicos mueve meses, un hijo prácticamente.

Ya era septiembre y nuestra queridísima protagonista, Grace Parisi, se encontraba en la entrada de su nueva universidad en Vancouver, si se había quedado en la
ciudad donde creció.

No tenía muchas ganas de alejarse de sus padres y también le encantaba esa ciudad. Si bien, no iba a la misma universidad que June, podían verse cada tarde y eso la alegraba demasiado.

Val, fue a Toronto a estudiar medicina y Molly si logró ir a Nueva York a estudiar diseño.

En sus manos traía las cajas para poner en su nueva habitación dentro del campus, sus papás la estaban acompañando, principalmente porque ella no podría llevar cinco de esas grandes cajas al mismo tiempo.

—¿Nos vemos hoy en Day's?— le preguntó June, se encontraban hablando por videollamada, su amiga había decidido no irse al campus por la misma razón por la que no había querido irse de Vancouver. Su tía.

—Claro. Bien, te voy a cortar, estoy a punto de llegar.

—Vas a tener que mostrarme tu nuevo cuarto

—Está bien, nos vemos, June.

—Adiós.

Abrió la puerta al momento de cortar, en la habitación habían dos camas, al parecer su compañera de cuarto no había llegado aún y estaba muy indecisa de cuál cama elegir.

—¿Izquierda o derecha?— le preguntó a sus padres.

—Derecha.

Y si, tenían razón, convenía bastante, la cama del lado derecho estaba al lado de la ventana y eso le gustaba. Por eso en los autos pedía siempre estar al lado de la ventana.

Acomodaron todas sus cosas y bajaron a explorar el campus, era bastante grande.

Luego de un rato, sus padres se fueron y nuestra querida protagonista volvió a su cuarto, ahí estaba su nueva compañera que se presentó como Reny, no convivió mucho con ella porque se fue y Grace quedó sola en su cuarto.

Era su primera semana en la universidad, una nueva experiencia.

¿Mencioné que decidió estudiar?
Creo que no, bueno, si decisión fue estudiar ciencias de la comunicación.

Volviendo al momento en el que ella salió de su cuarto... No iba a quedarse su primer día encerrada en el cuarto.

No, no, no.

Habían muchos estudiantes —Lógicos, era el primer día, pensarás. Y estás en lo correcto— También habían algunos puestos con comida iba a pasar por ahí para comer algo, pero antes debía ir a buscar su horario.

Y de paso se compró un agua.

Su celular comenzó a vibrar, miró el nombre en la pantalla y sonrió antes de contestar.

—Holaaa— saludó.

—Hey ¿Dónde estas?— la voz de Lucas sonó por los parlantes del celular.

—Estoy justo al lado de la administración.

—Está bien, voy para allá.

Se me había olvidado mencionar, Lucas también fue a las misma universidad, solo que él decidió estudiar pedagogía en matemáticas, no sé por qué no me sorprende.

Al cabo de unos segundos, apareció nuestro otro querido protagonista.

Grace se lanzó a sus brazos y se dieron un corto pero apasionado beso.

¿Tampoco dije que ya eran pareja? Perdón, las cosas se me están olvidando mucho últimamente.

Bueno si, ahora eran pareja, Lucas decidió que no quería hacer a Grace esperar más y se dio cuenta de lo que en realidad quería. Bien por él —ya era hora—.

Sus padres si se terminaron divorciando, pero es mucho mejor para él que estén separados que juntos. Bien por él, de nuevo.

Los protagonistas de esta bella historia caminaron juntos de la manos y se sentarían en un banco bajo la sombra de un árbol. Se pusieron a hablar de trivialidades y a darse más besos, porque esta gente es apasionada. He dicho.

—¿Me das agua?— le pregunto él.

Ella iba a dársela, pero se le ocurrió la fantástica idea de vestir toda la botella sobre él hasta que quedar completamente empapado.

—¿Por qué siento que es como la primera vez que nos conocimos?— él se refregó la cara para poder ver tras las gotas de agua.

—Porque lo es— dijo ella— Y por todos los cafés que asesinaste.

—Te devolví casi todos los cafés.

—Sigues siendo un asesino de cafés para mi— Grace se cruzó de brazos enojada falsamente, él se comenzó a reír y ella le siguió.

—Aun así  te gusto.

—Te quiero— corrigió ella.

—Te quiero— respondió él.

Ugh, ya déjense de sus cursilerías, queridos protagonistas.

Fin.



n/a: No. puedo. creerlo.
en unos momentos subiré los agradecimientos, ahí diré todo.

Cleaved originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora