•Capitulo 46 ~¿Es Amor?~

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•Calle
-¿Es Amor?. - me preguntó mi mamá después de que Poché, Juan Carlos y Vale se fueran de la casa de mi papá
-Claro que lo es. – le respondí al segundo ya que de eso yo no tenía dudas.
-Dani, te entendemos y te creemos , solo te pedimos que también nos entiendas, Te Amamos y de eso no hay duda. – me dijo mi papá y me abrazó.
Ha pasado un rato y hablando con Juli, se le soltó decirme que desde hace tiempo ya tenía planeado mudarse a otro departamento y que quería que mañana por la mañana la acompañará a arreglarlo ya que lo quiere amueblar y mañana llegarán unos muebles y me pidió también invitar a Poché.
-Dani entre nosotras nada ha cambiado y no va a cambiar, mis padres lo deben procesar y todo estará bien. – me dijo Juli mostrando su apoyo.
-Lo sé hermana, gracias por todo. – le dije y la abracé.
Justo ahora le mandé un mensaje a Poché diciéndole que la veo mañana. Se que ahora está pasando tiempo con su familia pero no puedo esperar a verla.
Me encerré en mi antiguo cuarto, tomé mi teléfono, mis audífonos, puse música.
Literalmente lloré hasta quedar dormida.
Esta mañana me desperté, con los ojos un poco hinchados y con el celular completamente descargado.
Y claro…. Dormí una eternidad, después de escuchar música hasta donde dió la batería de mi celular y llorar.
Te espero en el departamento.
Decía una nota pegada en la nevera. No había rastro de mis papás.
Tomé mi bolsa, salí, subí a mi auto y manejé hasta llegar a al departamento, necesitaba ducharme, cargar mi celular.
Cuando llegué Juli no estaba así que supuse que… el departamento al que se refería, era a su nuevo departamento. Me apresuré ya que vi que casi daban las 9 am. Se me olvidó conectar mi celular, me duché lo más rápido que puse y salí hacia el nuevo departamento de Juli.
Al llegar todo pasó tan rápido.
Sus nuevos muebles llegaron y tuve que subir para ayudar.
Se me fue la noción del tiempo no cargué mi celular y solo le dejé dicho al portero que una chica de cabello con puntas azules iba a llegar y que la dejara pasar dándole el número de departamento, recordé esto cuando desde el balcón la alcancé a ver sentada frente a un árbol del pequeño parque de enfrente y también recordé que nunca le especifiqué en dónde exactamente la veía, solo le si una hora y una dirección.
Después de analizar mi estupidez y de que seguro lleva horas esperándome y marcándome, baje corriendo, solo espero que no se vaya.
-Creí que me dejabas plantada. – me dijo justo cuando salía del elevador y ella entraba al edificio.
-Perdón, pasaron mil cosas que no me creerás y se me fue la noción del tiempo.
Subimos y en el trayecto del elevador le expliqué todo sobre este departamento y Juli.
-Por fin tendremos el departamento para nosotras. – dijo y ambas reímos.
Al decir esto no pude evitar pensar en tantas cosas y seguro no fui nada discreta al pensar y sin querer mordí mi labio, esto provocó una mirada intensa de Poché y después de esto salté a su boca y empezó una gran locura en el elevador.
Antes de que el elevador se abriera ambas recuperamos la cordura, se abrió y salimos. Inconscientemente tomé su mano y ambas caminamos hacia el departamento.
Pasó la mañana y llegó la tarde y nos lo hemos pasado de lo mejor.
Le conté todo, bueno casi todo….
Dijo Poché en referencia a qué le había contado a Vale como se enamoró de mí, me hizo recordar muchas cosas, que algunas me dan culpa, otras tristeza y muchas otras más…. Alegría.
Siento que aún tengo pendientes por hablar con Poché, pero no quiero arruinar el hecho de este paso que dimos, mejor dicho… que nos obligaron a dar.
Ver a Poché tan concentrada en abrir las cajas me da mucha ternura y me trae un gran recuerdo a la mente.
No recuerdo con exactitud la fecha pero era una tarde muy lluviosa, nos encontramos en la sala de mi casa abriendo una caja que mi papá me había dado como regalo, fue cuando me regaló un teclado y ambas estábamos muy emocionadas por abrirlo y tocarlo, aunque no supiéramos, al abrirla Poché se enfadó ya que la abrí muy brusco y rompí un pedazo de la caja, que para mí era insignificante, pero para Poché siendo tan perfeccionista, fue una atrocidad, me enojé también yo, le reclamé por lo exagerada que estaba siendo al enojarse y porque me arrebató la navaja para ella abrirla con zumo cuidado. Para ella abrir cajas parecía ser cosa seria.
Aquel día la observé mientras abría la caja, y noté algo muy particular en ella, cuando se concentrada siempre hacer eso…. Primero se humedece los labios para después mordérselos suavemente, después se toca la punta de la nariz y baja sutilmente su dedo índice desde la punta de su nariz, atravesando con el dedo sus labios hasta llegar a su barbilla y morderse el labio inferior, y así repitiendo lo mismo para el siguiente corte. El día que abría la caja del teclado, sentí mariposas en mi estómago al presenciar esa escena y sentí la gran necesidad de besarla ese día, así que me levanté del suelo caminé hasta quedar justo detrás de ella, le di un beso en el cuello, con mi mano derecha tomé su barbilla y giré su cara hasta quedar en una posición donde nuestras narices quedaban a nada de tocarse, le mire los labios, ella solo respiró fuerte y……
Me arrepentí.
Al recordar esta escena, sentí la necesidad de hacer exactamente lo mismo y terminar por fin una de las escenas de casi beso que yo misma empezaba cuando estábamos en el colegio. Así que me levanté del suelo, caminé hasta quedar detrás de ella, le di un beso en el cuello, giré su cabeza tomándola de la barbilla, nuestras narices se rozaron sutilmente y la besé.
La besé con una gran necesidad, con un deseo más grande que pesa más que el pasado, y este beso se sintió más como un perdón de parte de mi hacia ella por todo lo que empezaba en el pasado y jamás me permitía terminarlo, y seguro ella lo sintió así.
-Por fin terminaste algo que empezaste. - me dijo y me sonrió.
Yo no quise decir nada, solo quería seguir besándola, la besé hasta quedar de rodillas frente a ella, como una cosa lleva a la otra, sin notarlo ya nos encontrábamos recostadas en el suelo, por suerte Juli había salido por algo para comer, y aunque no sé cuánto tardaría, a ninguna le importaba eso.
Dejé de pensar cuando Poché metió su mano bajo mi camisa y justamente bajo mi brasier y después bajó hasta desabrochar mi pantalón y mis pensamientos explotaron.
Si esto no es amor, entonces no sé qué sea.

A Un Milímetro De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora