*Mini disclaimer personajes originales de Keiko Nagita, ilustraciones Yumiko Igarashi.
Estados Unidos- New York
La densa oscuridad invadía por completo el cuarto de pequeñas proporciones...
Por la pequeña ranura de la puerta se suscitó una tenue luz cálida.
Pasos pesados y con desgana se escuchaban a lo lejos...
Un joven de cuerpo atlético y alto, dejó caer su mano llena de un dolor inminente, con moretones y golpes de donde brotaban pequeñas muestras de sangre...
La puerta hizo un sonido que entró a lo más profundo del joven produciéndole una molestia. Este cayó como si una pluma se tratase, con la única diferencia de que se escuchó como si mil cañones cayeran.
Una sonara risotada retumbó por la habitación....
-Que me sorprende, ¿a caso en algún momento deje de ser ese chico borracho que solo busca peleas por las calles?- decía riéndose de si mismo.
Con los brazos temblorosos, este se levantó con dificultad, caminado de un lado a otro algo desorientado.
Abrió el cajón de la esquinera que se encontraba al fondo de la habitación. Ahí encontró papeles y facturas de un hospital, ese inhóspito lugar que vio sus sueños irse con la bruma...
Ahí mismo tanteo con sus manos una pequeña caja de madera, el color de esta no se divisaba debido a la densa oscuridad...
Al abrirla el chico abrió los ojos de golpe, como si mil y un memorias inundaran su mente con olor a narcisos...
La distorsionada imagen de esos momentos cegó su vista en una densa capa de agua...
Pronto sus mejillas chocaban con la brisa que estaba en el ambiente, provocando una sensación de frío inminente.
El joven tomó en sus manos un instrumento que dado al estado de ebriedad en el que se encontraba el chico ignoraba su nombre, pero ese olor impregnado de narcisos que le traían aquel recuerdo lejano de su felicidad...
Bruscamente cerró la cajita con el instrumento y lo depositó tiernamente en el cajón, seguido de una sensación de frustración...
-¿cómo hacerte feliz Su...?- pensó
-¿Que es lo qué haces? dijiste que no tar...
¡Pero que demonios! Terrence te fuiste a beber en este momento crítico para la vida de Susana...- dijo con un tono que irritaba por completo al muchacho- Que puedo esperar de ti si solo eres un asco de persona, que destruyó la vida de mi hija....-
-!¿USTED CREE QUE NO LO SÉ SEÑORA MARLOW?!-dijo gritando con desesperación, que hasta la Sra. Marlow dio unos pasos así atrás, con el miedo de ser golpeada por el muchacho de tal estado en el que se encontraba.
-Largase de aquí, en un momento estaré allá...- dijo con tono de completa indiferencia hacía la situación.
Camino hacia el otro extremo de la habitación y encima de un taburete divisó el sobre que estaba buscando, lo agarro y se dirigió al temible y frío afuera.
Con las piernas temblorosas y aún con ese extraño frío provocado por lo húmedo de sus mejillas, le hacía recordar a ese frío invierno que pasó por el impulso de ver a su madre, la famosa actriz Eleanor Baker.
Trayendo consigo ese amargo recuerdo. Pero su vida cambió en unos segundos dándole una felicidad que nunca imaginó vivir. El tener en sus brazos a esa linda chica llena de pecas, de cabello rizado color dorado como el sol, y que radiaba felicidad en cada sonrisa y palabra que divisaba.
-Nunca te merecí Candy, si no pude hacer feliz a Susana..., que estupido pensar que podría hacerte feliz. Ahora Susana está muriendo y se lo que esto conlleva, pero con qué cara regresaré contigo. Conociéndote seguro sigues llenando a los demás con esa inmensa felicidad que deslumbra a cualquiera. En cambio yo Candy solo soy un miserable, que no ha podido hacer feliz a la persona que lo ama. Y yo..., yo no importo en esto, como quisiera que todo...-
No termino de pronunciar palabras, ya que al levantar la mirada se dio cuanta que había llegado, si había llegado a ese lugar, ese hospital que vio a Candy irse y con ella el alma del joven.
Caminando lentamente se dirigió a la oficina de aquel lugar.
-Buenas noches Sr. Terence...-
El joven no respondió se dispuso a darle el sobre.
-¡Buena noche!-
Dijo aquella enfermera con una amplia sonrisa que lo llevó de nuevo a su pecosa, sacudiendo su cabeza quitó ese pensamiento.
Subiendo aquellas infames escaleras, este llegó a la habitación de Susana. Esta estaba sedada, atada a mil tubos alrededor de su cuerpo.
Aproximadamente dos meses atrás Susana había sido hospitalizada de nuevo, su situación había empeorado, no por que no pudiera curarse, si no por que ella no quería. Pensaba que si mejoraba Terry iría corriendo a los brazos de Candy...Ella nunca imagino que no cuidarse y aparentar tomar sus medicamentos la harían caer en un estado vegetal.
Terry sujeto con cautela la mano de Susana, no había nada, era como si de un maniquí se tratase...
-Susana..., si tan solo pudiera sentir algo por ti...Pero tú lo sabes verdad, que a la única que ame, amo y amare para siempre será Candy. Aun así decidí quedarme contigo..., cuestionando mi felicidad y la de Candy por ti...-
-Al fin llega Terence...-
Terry se propuso callar la boca, solamente volteo y se dirigió y salió de aquel lugar. Cerrando la puerta tras de si, se recargó en esa fría puerta blanca sumido en sus pensamiento, con una nube de culpa que le oprimía el pecho.
Que es lo que pasaría si Susana muere que será de él. Hacía tiempo que el teatro ya no lo llenaba lo veía solo como una fuente de dinero para vivir...
-Candy, acaso tu...¿ya eres feliz con alguien más?- cuando esas palabras cruzaron su mente, inevitablemente sus puños se cerraron, con tal fuerza que sus heridas producidas por la pelea de hace unas horas volvieron a abrirse.
Lagrimas de fuego y rabia llenaron la dulce cara del joven, transformándolo por completo.
Dirigiéndose hacia las afueras del hospital, este se encontraba de nuevo caminando por las calles de New York, a veces deslumbrado por los coches que pasaban y otras veces absorto en la obscuridad de la noche...
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Nuevos capítulos todos los domingos ;) <3P.d gracias a todas esas personas que me apoyaron es este nuevo proyecto y se tomaron el tiempo de leer y dar su revisión, GRACIAS!!
Imagen:
Igarashi, Y. (1977). Artbook II. Recuperada de
http://www.oasidelleanime.com/minisiti/candy/artbook/index.htm
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Olor a Narcisos
RomancePor mucho tiempo hemos hablado de ese misterioso hilo rojo que nos une con nuestra otra mitad, por más que se tense nunca se romperá... Esto es lo que me evocan estos personajes. Candy y Terry han sido un parteaguas para mi a la hora de ver el amor...