Narciso Violeta

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Ambos ojos se miraban intensamente. En ellos se podía ver más allá del color de sis iris, se podía visualizar el amor; que con el paso de los años no cambió. Se intensificó haciéndolos sentir un cúmulo de emociones que les dificultaban la respiración a ambos.
Estos chocaron sus frentes sin importar ya cualquier distracción que pudiera perturbar aquel cálido momento.
Terry rozó los labios de Candy con los suyos lentamente como si de un antecedente se tratase...
El calor que recorría de arriba a abajo el cuerpo de Candy no tenía palabras ante aquellas personas que pecan de soledad.
Terry estaba deseoso de besar aquellos labios de nuevo. Aun que ya lo había hecho anteriormente en un acto de arrebato.
La distancia se acortaba...los segundos parecían minutos y los minutos horas...

-¡Candy!, Terry, ya están las galletas- dijo la Hermana Lane, al uníso se escuchaba como una serie de pisadas se acercaba a su locación.
Estos agitados y acalorados, se separaron rápidamente. Dejando aquellas gotas de sudor en la frente, de lo que pudo haber sido un momento de locura...
La Hermana Lane llegó a la estancia, aquellos dos jóvenes se encontraban con la mirada abajo. Apenas podía distinguir sus facciones ya que el poderoso color naranja del fuego cegaba por completo la vista...
-Y bien, estaremos en la cocina esperándolos, se que tienen muchas cosas que hablar- dijo esta para después caminar devuelta a la cocina.

El momento se había vuelto algo tenso, Candy no dejaba de pensar en lo que las caricias y miradas de Terry podían provocar en ella...
Este se levantó de aquel sillón parando justo a la par de Candy, este le extendió la mano...
Candy miró unos segundos aquella mano, de finos y largos dedos, como los de un buen pianista debía tratarse. Y con algunas venas alzadas de si.
-Vamos Candy, jajaja, te confieso que no he comido nada en todo el día- dijo el muchacho poniendo su otra mano tras su nuca.
-¿Pero qué dices Terry?, ¿de verdad no has comido nada?...-Dijo Candy con un tono de preocupación en su voz.
-Bueno si que he comido de la más dulce y suave miel, que hacía unos años no probaba y...-
-Si quieres puedes comer mis galletas si no te es suficiente con las tuyas- dijo la chica haciendo caso uníso a lo que Terry estaba diciendo hacía unos momentos...
Este sonrió débilmente, tenía miedo de que Candy simplemente lo tratase como un amigo y no más allá como el deseaba y anhelaba.

Estos llegaron a la cocina con unos cuantos pasos. Los niños se veían conmocionados...
El olor que emanaba de aquel lugar era delicioso, sin duda podría robar más de una sonrisa y está no fue la excepción para Terry que al sentir aquel aroma en su ser, su estómago rugió como se tenía contemplado al no ingerir ningún alimento en las últimas horas.
Candy al escuchar aquel rugido rio levemente escondiendo aquella risita en sus manos. Fue entonces que tomó la mano de Terry para llevarlo a aquella barra donde se encontraban las galletas.
Ambos tomaron su debida cantidad de galletas, y salieron de ahí, sin percatarse que múltiples miradas los observaban irse, sorprendidos ante tal escena.
Terry sentía que su corazón saltaba, Candy sujetaba con tanta fuerza su mano, era como si esta se estuviera aferrando a aquel candado de su corazón como hacía unos años...

Estos volvieron al lugar anterior, ante la penumbra de aquella habitación. Ambos se sentaron y Candy llevó a su boca un trocito de galleta...
-¿Qué pasa?, ¿acaso no tenías mucha hambre?- dijo Candy con un tono juguetón.
Terry parecía absorto en sus pensamientos, mirando fijamente aquella chimenea que evocaba un calor apabullante.
Candy volvió a mirarlo con cierta preocupación. Esta se levantó de si y fue hacia donde estaba Terry...
-Terry ¿estás bien?- dijo esta sentándose en el regazo del joven y tomando con sus manos su fina mandíbula...
El joven transmitía una vibra de melancolía, como aquella vez en el barco.
-Vamos, al menos come un trocito- dijo Candy tomando entre sus manos una galleta y partiéndola a la mitad para chocar esta en los labios de Terry.- vamos Terry no eres un bebé, ¿acaso tendré que hacerte el avioncito?- dijo esta entre cerrando sus ojos...
-De verdad Candy, no se te ocurre otra forma para darme esta galleta- dijo Terry, mientras sujetaba a Candy de las muñecas y se encontraban a unos cuantos centímetros de sus bocas.
Este tomó con delicadeza la galleta con su boca, sujetando está con sus dientes, para posteriormente alzar su cabeza y encontrarse con los labios de Candy. Este apoyo la galleta en sus labios...
Candy arqueó las cejas confundida, y con miedo tomó la galleta lentamente. Al terminar ese bocado, miró a Terry quien tenía su típica sonrisa de lado. Esta también sonrió sutilmente y apoyó su cabeza en el pecho de Terry.
Este al sentir a Candy volver a él, por fin pudo relajar su espalda y acomodar está a la par del sillón.

Parecía que el tiempo no pasaba para estos dos...Tan atados en su sueño de amor juvenil, todas aquellas espinas que les impedían estar juntos hace unos momentos poco a poco se convertían en capullos de narcisos de todos los colores.

-Escúchame Albert, esa muchachita sea lo que sea es parte de la familia Ardlay, y tiene responsabilidades. Una de esas es asistir a la cena pre celebración navideña- la tía abuela Elroy, dijo sin ningún tipo de sentimiento...
-Lo entiendo- asintió Albert. Sintiendo algo de decepción al saber que no podría salvar a su hija adoptiva de esta.- Bueno al menos solo tendrá que asistir a esta cena y no a las del resto del mes- dijo para sus adentros.
Este camino hasta la salida de aquella gran mansión de Lakewood, donde el olor de las rosas había desaparecido debido a la temporada en la que se encontraban.
Este subió a su coche y se dirigió a donde sabía que Candy se encontraba.

El viento chocaba fuertemente en las narices de ambos, tornándolas a un color rosa como el algodón...
El cielo se adornaba de una bella escala de estrellas abordadas por una bruma violeta que daba un toque especial al oscuro cielo.
-¿Sabes lo que le pedí a las estrellas Candy?-dijo Terry con una voz suave y dulce...
-¿Qué fue?- dijo Candy volteando a ver al chico con suma curiosidad en sus ojos.
-Que el destino nos haga justicia. Creo que ya aprendimos la lección. Nos hizo darnos cuenta qué tal vez un hilo no es tan fácil de romper como parece-dijo Terry mirando fijamente al cielo y recargándose en aquella pequeña barda que dividía el hogar de pony con el resto del campo.
-Yo pedí por la felicidad de nosotros y mis amigos- dijo Candy mirando el cielo por igual.
-Nosotros- repitió Terry...
-Nosotros- dijo Candy con cierto tono de afirmación...

-Ca...¡Terry!..¿Pero qué haces aquí?- dijo una voz que los chicos no lograron identificar debido a la oscuridad....

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Nuevos capítulos todos los domingos.

Hola a todos, espero que se encuentren sumamente bien y sus familias también.
Les traigo este nuevo capítulo lleno de momentos sumamente lindo de nuestros bellos personajes. Espero les guste. Si es así voten comenten y compartan...

Gracias por estar aquí <3
~Chanty

Olor a Narcisos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora