La duda invadía la mente de Candy, el ¿qué es lo correcto?, ¿qué debería hacer?, no dejaba que ninguna solución pasara ante la ella...
Candy seguía sin habla, una semana de aquella carta que había cambiado su destino, y aún nada...
Fue así que regresando de lo que parecía ser un día más de trabajo, donde intentaba aprisionar sus pensamientos...Pensó, si tan solo hubiera alguien con quien pudiera hablar sin tener que guardar detalle, si tan solo alguien más que tú y yo supiera nuestra historia...-Terry...tú has sido el único que me ha entendido completamente, sin juzgarme, sin importar mi clase...Simplemente me amaste por cual soy...
Pero que debo hacer Terry, no lo sé, te juro que no lo sé...- decía dejando caer las lágrimas sin temor a las miradas indiscretas.
-Necesito volver a respirar, esto me oprime con tanta fuerza el pecho que puedo sentir como me desplomo como una pluma- dijo tomando su pecho, y mirando hacia el horizonte...
-Debo ir a...-su mente por fin le daba respuestas. Caminando con rapidez esta se dirigió a su departamento...
Saco del armario una maleta que tenía algo de polvo; desde aquel viaje a New York, no había vuelto a ver la luz o siquiera sentir la fresca brisa...
Candy metió con rapidez algunas prendas y sin pensarlo dos veces, se dirigió a la estación de tren...
Llegando a esta se percato que ese lugar...ese lugar que la vio crecer...Era el único lugar que siempre le daba ese brillo de esperanza. Que le ayudaba a comprender él porqué de la situaciones. Y cómo es que iba a actuar...
Al llegar a la estación, se dirigió a comprar un ticket, con destino a Michigan...Un tren que venía desde Nueva York hizo una parada repentina...
Aquel muchacho de ojos verde azul, ni siquiera se mutó que pasajeros de Chicago abordarían aquel tren...El chico tenía la mirada fija al vidrio sus pensamientos lo absorbían por completo...Candy subió con cuidado a aquel tren que la llevaría a su lindo hogar...Esta estaría en el cuarto vagón del mismo...
Todo resultaba normal, parejas, familias, paraban por los pequeños pasillos que el tren tenía...En el segundo vagón, a la mitad de este un olor inundó su pequeña nariz respingaba, un olor característico, cómo el de aquella carta que había recibido hace ya unos días...Esta iba a ver de donde provenía ese olor. Pero una mujer de grandes proporciones empujó a la chica, haciendo que está avanzará sin dejarla ver de donde provenía ese olor...
Candy camino y simplemente dejo aquel olor en el olvido...La casa de Pony... siempre abierta no importa cuanto tiempo estés ausente, esta siempre te recibirá con los brazos abiertos...
Candy separa un segundo para observar aquella casa de madera color cabo, un poco gastada...
Paralela a esta al gran padre árbol, aquel que le enseñó que...bueno...digamos que no se puede volar, pero que puedes llegar lo más alto que quieras y tendrás una perspectiva completamente diferente...
Candy camino con pasos lentos...Pensando como es que estarían todos desde aquella linda tarde que pasaron juntos...El día que Candy descubrió quien era el Príncipe de la colina...Y compartió momentos inolvidables con sus amigos. Aunque faltaba alguien muy especial...Pero su cabeza le recordaba que habían prometido ser felices, a pesar de que las cosas fueran sumamente difíciles...
Recuerdos de Rockstone regresaron a la mente de Candy, aquel Terry que apenas podía mantenerse en sí... con la mirada perdida, arrastrando las palabras sin ningún desdén. Ella recordaba que su corazón le gritó a Terry que despertara, que si ella había podido sobrepasar la situación, él también podría...
Con ese último pensamiento Candy abrió aquella pesada puerta del hogar, que al instante produjo un crujido...
-Candy, pero que gusto tenerte aquí- dijo aquella dulce voz de la hermana Lane...Terry bajo de aquel tren, sin duda su cuerpo estaba algo adolorido, tanto tiempo sentado, escuchándose a sí mismo lo había cansado...Así que antes de ir al lugar que definiría el qué de su vida decidió dar un pequeño paseo por aquel pequeño pueblo que había a tan solo unos kilómetros del hogar de Pony...
Los tonos amarillos y naranjas del atardecer, le daban un cálido color al pueblo de blancas calles...
Parejas, niños, adultos disfrutaban de aquella linda tarde y del sonido del agua cayendo de la fuente , que se encontraba en el medio del pueblo...
Terry posó su espalda un faro de luz, viendo hacia el horizonte, donde podría divisar una montaña que le hacía un maravilloso escondite al travieso sol...
La luna empezaba a verse...-Candy es el sol, y yo soy la luna...Candy siempre tan sonriente y radiante...-El brillante sol caía en la blanca cara de Candy... Sus pecas apenas podían divisarse...
Esta se encontraba acostada en el pastizal, y a su lado había un joven que tenía un viejo libro de pasta dura en su cara...Esta para ocultarse del radiante sol...
-Pero Terry, ¿por qué te tapas la cara?, si sales se supone que será para tomar el sol, y no sé ponerle un poco de color a aquella escuálida cara blanquecina...- dijo Candy usando un tono irónico que había aprendido muy bien de su mentor...
-Te recuerdo que como noble inglés, no acostumbro estar así al intemperie asándome con este sol; Lo contrario, has visto lo lindo que es ver la luna por las noches, escuchando lo silencioso que es todo a tu alrededor...- dijo Terry quitándose aquel pesado libro de la cara y mirando a Candy incrédulo...- Y aparte..., hace demasiado calor- dijo quitando algunas gotas de sudor de su frente...
-Que te parece si vamos a refrescarnos al lago- dijo Candy embozando una bella sonrisa...
Terry no produjo palabra, tomó la mano de Candy y corrió junto con ella, por el amplio pastizal, verde como la primavera...
Ambos sumergieron sus pies en aquella fresca agua de lago...seguían aún tomados de las manos...Terry miraba a Candy fijamente y se acercaba con delicadeza a aquellos pálidos labios de la chica...
Sus respiraciones chocaban, pero Candy produjo una ligera risita...Terry se detuvo...Candy puso sus manos en el pecho de Terry y lo empujó ligeramente...Este comprendió todo pero no iba a caer solo, así que sujeto las manos de Candy y ambos cayeron al agua...
Esta al no ser tan profunda, permitió que estos se quedarán ahí por un rato...
Las risas y felicidad de ambos no cesaba...Terry tomo la cara de Candy con sus grandes y fuertes manos, tenía todo el pelo empapado y por ende algunas gotas de agua en ciertas partes de su cara. Acercó a Candy y ambos chocaron sus frentes...
Terry pudo sentir la agitada respiración de Candy, y su cuerpo encima del suyo...
El joven rozó ligeramente el labio superior de Candy, alimentándose de aquella pequeña gota que ahí se encontraba...Sus labios se encontraron en un tierno beso que les produjo una sensación de satisfacción, que les volcaba el corazón...-El destino ha hablado mi pequeña pecosa- dijo el Terry que posaba en aquel foro, mirando el horizonte con una gran sonrisa y notas de esperanza...
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Nuevos capítulos todos los jueves y domingos :)Se puso bueno el asunto...
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Olor a Narcisos
RomancePor mucho tiempo hemos hablado de ese misterioso hilo rojo que nos une con nuestra otra mitad, por más que se tense nunca se romperá... Esto es lo que me evocan estos personajes. Candy y Terry han sido un parteaguas para mi a la hora de ver el amor...