*Mini disclaimer personajes originales de Keiko Nagita, ilustraciones Yumiko Igarashi.
[preparen sus pañuelos, o bueno no tanto jaja]La neblina acompañaba al silencio de aquel colegio. No se veía ni se escuchaba a nadie, solo Terry absorto en sus pensamientos sentado a los pies de un enorme árbol.
Aun viendo más allá de lo que la bruma permitía escuchó una dulce y tierna voz...
-Hola Terry...-
-¿Candy? Como es posible que estés aquí, ¿acaso estoy soñando?. ¡Si seguro debe ser un sueño!-pensaba Terry con incertidumbre.
Sacando eso de su cabeza, solo abrazo a aquella figura que parecía ser Candy, pero al tratar de verla entre sus brazos ya no estaba abrazando a Candy sino a Susana...
Este inmediatamente se alejó...
-Hasta mis sueños me juegan una mala jugada...- dijo con sus normal tono sarcástico.
La vívida imagen de Susana, se desplomó, callando al suelo...
Terry escuchaba lo que parecían sus latidos, demasiado lentos para vivir, demasiado rápidos para morir...
-Terry vamos ¡rápido!, abre la puerta...-
Terry se levanto de un salto. ¿Qué es lo que pasaba?, apenas eran las 4:15 am...
-¿Pero qué pasa Jerry?, ¿por qué tocas de esa forma?- dijo el chico somnoliento y con muchas dudas sobre la inesperada visita de quien era su vecino de piso.
-Es Susana...- dijo el chico sin poder decir más, ya que un nudo en la garganta lo hizo callar...
Terry abrió los ojos dándose cuenta que, tal vez Susana estaba..., no ni siquiera quería pensarlo.
Corrió por un abrigo y salió rápidamente de aquel edificio, tomando un carruaje hacia ese lugar que tanto detestaba...
El hospital se encontraba en una atmósfera de pánico, todos parecían locos, ¿cómo es que tanta gente estaba allí a esa hora de madrugada?
Terry ya molesto empezó a empujar a aquellas personas que estorbaban su camino, así llegó lo más rápido que pudo...
Deteniéndose en la puerta, donde se encontraba Susana...
-Solo espero que no sea lo que estoy pensando, no no lo hagas Susana...- dijo para sus adentros.
Abrió lentamente aquella puerta, en el fondo la Sra. Marlow estaba envuelta en un mar de lagrimas, sentada en aquel sillón azul, que destilaba un tono sombrío al igual que el resto de la habitación.
Su mirada se dirigió a donde se encontraba Susana, esta parecía estar en un sueño profundo del que...¿nunca más despertaría?...
-Susana como puedes irte así, ¿qué fue lo que hice por ti? ¡Eh¡, dime Susana, abre tus ojos y dime si fuiste feliz a lado de este infeliz...- Terry se reprochaba en su cabeza, sintiendo un poco de culpa, combinada con impotencia...
Aquel chico solo miraba a Susana, sus ojos imploraban que ella abriera los suyos.
-¡No! nada de esto ser así...-decía sin cesar en su cabeza.
Lágrimas acompañaban sus reproches, lágrimas de rabia, rabia de nunca haber hecho feliz a Susana, pero como es que iba a hacerlo si su presencia fue la que lo separó de su dulce Candy, como iba a ser feliz a una persona que fue la que detonó que su vida se fuera al fracaso...,- ¡Pero esa fue mi maldita elección!-,se reprochaba Terry cada vez que le veía algo positivo a la situación, como podía siquiera pensar que sus problemas se habían acabado. Como podía ser tan cruel y ruin con la persona con la que había vivido los últimos años...
Como si sus piernas actuaran por voluntad propia, este camino así donde se encontraba la desconsolada Sra. Marlow, extendiendo sus brazos este la levantó y le dio un cálido abrazo, su yo de hace unos meses jamás hubiera imaginada tal situación...
Pudo sentir la desesperación de la madre de Susana por un momento...
-!¿Cómo puedes tener el cinismo de estar aquí?!, Terry todo esto es tu culpa no lo ves, todo fue tu maldita culpa...-dijo aquella señora en un sollozo y empujando al muchacho fuera de su lado.
Terry ya no tenía fuerzas, sabía que a Susana no le gustaría que el discutiera con su madre, menos en una situación así, simplemente agachó la cabeza y se dispuso a caminar hacia el otro lado de la cama...
Tomo la mano de Susana, a diferencia de hace unos días ya no se notaba ni un señal de vida...
Susana había muerto...
Terry se sentó al pie de la cama, ahí descanso su pesada cabeza, mirando hacia el techo de aquella habitación...
-Candy si tú pudieras estar aquí conmigo, si te hubieses quedado conmigo...-
-Me equivoqué..., que estúpido pensar que podía seguir sin ti, si tú fuiste la que me dio vida, desde el primer momento en que te vi en ese barco, con tu cara sorprendida, tus pecas y nariz chata haciéndote inolvidable..., ay Candy ¿cuándo eche todo esto por la borda?...-
Sus ojos se cerraron, las lágrimas que estaban ahí hicieron que sus ojos ardieran, haciendo fruncir el ceño de Terry.
-Estoy aquí Terry, estoy aquí contigo, acompañándote no te sientas solo, yo estoy contigo- una voz en casi susurro inundó los oídos de Terry...El sonido de la puerta abriéndose despertó a Terry, el cuarto se había iluminado por el cálido sol, hombres con trajes extraños se llevaron a Susana en la camilla, Terry sentía un vacío en su pecho, veía alejarse a Susana y de nuevo esas lágrimas que ardían en sus ojos se hicieron presentes...
Terry camino hacia la salida de la habitación...
-Debes de estar feliz, ¿no Terry?, se acabó tu atadura.-
Terry ni siquiera volteo en el momento, parando en el marco de la puerta volteó a ver a la madre de Susana. Terry con sus ojos rojos, sus mejillas llenas de aquella agua producida por las lágrimas, y sus cejas suplicando perdón por todo lo que las hizo pasar por su estupida presencia.
La madre de Susana lo vió con asombro, aquel chico que solo se la pasaba bebiendo y peleando por las calles, estaba llorando por su Susana, su hermosa hija, ella sabía que no era por amor, era por la culpa y ella lo sabía bien. Después de verlo unos segundos, bajo su mirada...
-Vete será lo mejor, le dire a Jerry que te avise cuando sea el funeral..., te espero ahí Terence- dijo en un tono más amable, sabiendo que ambos estaban sufriendo.
Terry siguió caminando saliendo del hospital, un impulso lo hubiera llevado a abordar un tren con destino a Chicago, pero...su cabeza lo detuvo...
-Como puedes ser tan egoísta Terry, no puedes regresar así como así, y quitarle esa linda sonrisa a Candy-, otra lagrima cayó por su mejilla..., cayendo en el denso pasto que se encontraba a las afueras de aquel hospital, su mirada siguió a aquella pequeña lagrima, que lo había atado de su tormento..., de la nada apareció un narciso para el ojo de Terry, arqueo de nuevo las cejas, y cayó dejando todo su peso en sus rodillas. Tomo en sus manos aquel narciso y cerró los ojos, sus lágrimas cayeron mojando los tersos pétalos blancos de aquella dulce flor que le recordaba a su linda pecosa...
-¿Qué será de mi ahora?, ¿que haré?- mil preguntas aturdían la mente de Terry por ahora solo tenía ese narciso...
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Nuevo capítulo todos los jueves y domingos :)
Espero que les haya gustado, si es así comenten , compartan y regálenme su hermoso sino voto...Nos leemos el jueves <3
Imagen:
Nagita, K. Igarashi, Y. (1975). Mnaga Volumen 8. Recuperadode https://candycandymania.wordpress.com/
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Olor a Narcisos
RomansPor mucho tiempo hemos hablado de ese misterioso hilo rojo que nos une con nuestra otra mitad, por más que se tense nunca se romperá... Esto es lo que me evocan estos personajes. Candy y Terry han sido un parteaguas para mi a la hora de ver el amor...