Narciso verde jadeita

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-¡Cuidado Candy!, atrás de tí- gritó uno de los chicos del hogar.
Candy esquivó con gran habilidad a aquel pequeño niño que la seguía desde hace un tiempo ya.
Las horas en el hogar habían sido fantásticas.
Candy radiaba en una sonrisa de oreja a oreja. Jugando con los niños, y sintiendo su corazón latir con aquellas rápidas pisadas que se producían al correr.
La hora del desayuno había llegado. Los niños del hogar corrieron como si de eso su vida se tratase.
Candy no tenía mucho apetito, así que, se quedo afuera...
-Candy ¿no vienes?- preguntaba uno de los niños con preocupación.
-No deben preocuparse por mí, en un momento estaré ahí- dijo Candy mirando a aquel chico tiernamente.
Este entró sin más demora a aquella casa.
Candy miraba hacía el horizonte, analizando la nada. La sensación de la fría brisa, rozando sus mejillas. Y aquel característico olor a yerba inundaba sin dudas su ser. Todo era tan característico en aquel pintoresco lugar.
Esa colina wje guardaba sus secretos desde que tenía memoria. La vio crecer, y hacerse cada vez más fuerte ante aquellas tormentas que pudieran atormentar su mente.
Unos ojos azules como el mar, tan agitados y profundos, que podían verse en ellos barcos surcando en aquellas gigantescas olas marinas.
Aquellos ojos miraban con asombro, pegados en aquella chica de tez blanca con adorables pecas que adornaban esta. Esa chica que tiempo atrás lo había salvado de ese tormentoso despecho...
Ella, que le había dado ese tono rosa y rojo a su vida, llenándola de pasión. Que con cada sonrisa o carcajadas compartidas, un cacho de su corazón se suavizada haciéndose más dulce...
Candy absorta, contemplaba el panorama hasta que...
Sus ojos verdes como jadeitas se mezclaron con unos lejanos ojos que la observaban fijamente.
Sus ojos contemplaron aquella borrosa figura, ¿a caso se estaba volviendo loca?, ¿cómo podía ser?, ¿cómo es que él sabría que ella se encontraba ahí?
Los cuerpos de ambos no podían realizar ningún movimiento. Ni siquiera hablemos de gesticular.
Y aún que sus cuerpos y caras no demostraban ninguna devoción, en sus corazones una llama hacia arder su pecho. Provocandoles una respiración entre cortada. Sus almas parecían saliese de sus cuerpos, pero algo las mantenía ahí, ¿acaso era ese ego?, el sentimiento de haber cometido un error, escudándose en Susana. Pero cuando esa gélida figura desapareció del panorama... solo quedaba bajar la guardia. Pero ¿cómo comenzar?...
A paso lento y doloroso que calaba hasta los huesos. Terry se fue acercando a Candy con cautela.
Candy no quería moverse, parecía como si esa barrera fuese más fuerte de lo que ella podía imaginarse. Cuanto tuvo que convencerse a si misma, que Terry debía estar con Susana. Esa fortaleza se derrumbó sin ningún reproche, en cuando vio a unos cuantos pasos a aquel galante muchacho.
Terry se acercaba con cuidado y con cierto miedo ante la respuesta de Candy.
Sus brazos se levantaban lentamente frágiles ante cualquier caricia, o tacto. Sus dedos comenzaban a sentir aquellos brazos que algún día tocó con la esperanza de ser feliz sin su luz...-Pero que estupidez- se repetía Terry, en sus pensamientos.
Apunto de rodear ese lindo cuerpo pero...
-¡Alto!, Terry- dijo Candy sujetando de las muñecas a aquel chico, mirandolo a los ojos dijo- yo... yo necesito tiempo, no tienes idea de cómo es wue mi corazón se aceleró, ante esa corta, pero clara nota, Terry yo...
Candy no acabó esas palabras, unos labios gruesos de antaño rozaban nuevamente sus finod labios. Estos le imploraban que cesara esas palabras. El tener que esperar un segundo más, quemaba vomo flama al papel, el corazón del joven, sentía como lo traspasaba y ahogaba su corazón. El amarillo quemaba y provocaba un dolor inminente. Mientras que el naranja traspasaba barreras y se transportaba a esos gruesos labios rojos llenos de pasión, que dejaban a la rubia de ojos verdes...

El calor de la chimenea los envolvía en un ambiente parecido al de Navidad. Las risas lejanas de los niños horneando galletas hacían pensar en un futuro.
Aún que en realidad eran solo ellos y el fuego...

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Nuevos capítulos todos los jueves y domingos. ♡

Hola bbs de verdad una disculpa por no actualizar la historia, últimamente no he tenido mucho tiempo y por ende no hay inspiración que me haga viajar al mundo de estos dos enamorados...
Este fin de semana fue un lío, después de muchos meses regrese a mi casa y bueno se imaginarán sin servicios ni nada, así que este capítulo que es el inicio del por que todos estamos aquí tiene su propia historia...
Este capítulo lo escribí ayer a la luz de una tenue llama de vela, si no había luz en mi casa y era muy muy noche...
Se que es muy corto el capítulo y lo lamento por eso, pero el próximo les auguro que será largo y lleno de pasión...
Mientras disfruten de este capítulo...

~Chanty

Olor a Narcisos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora