Narciso Morado

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*Mini disclaimer personajes originales de Keiko Nagita, ilustraciones Yumiko Igarashi.

Era un día como cualquier otro. Candy se dispuso a comer algo rápido y salir del departamento hacia la Clínica Feliz.
En el camino vio a un tumulto de gente en lo que parecía ser un puesto de periódicos...
Candy se acercó con cautela...Un señor que aparentaba tener ya varios años, le alcanzó un periódico para que así está se enterara el porque del alboroto...
Candy vio la primera página nada especial, noticias de como finalizaba la guerra, algunas cosas de ciencia, pasaba página y página hasta que...
Se puso todo negro para Candy, solo estaba esa página del periódico y ella, con lo ojos abiertos como platos y con una dificultad para leer aquella pequeña nota...
Susana Marlow HA MUERTO...
-No puede ser- pensó Candy, las lágrimas empezaron a caer por su bello rostro, al igual que mojaban aquel fino papel periódico...
Se dice qué pasó sus últimos años de vida escribiendo obras de teatro, y trabajando en backstage...
Vivía junto con el famoso actor Terence Graham, no hay comentarios de su parte...
-Terry, ¿cómo estará Terry?, es cierto que nunca se casaron...hacían bonita pareja- a Candy le dolía como espinas decir aquellas palabras, pero era la verdad, era el rumbo que decidieron tomar esa fría noche de invierno en New York...
Candy recordó cuando salvó a Susana de que se aventara del techo de aquel hospital, descubriendo la falta de su extremidad, ahí lo entendió todo, y por más que a Candy le doliera, Susana merecía ser feliz. Candy sabía que pasará lo que pasará ella siempre encontraría la felicidad...Si se pierde una esperanza siempre se puede empezar desde cero...
La voz de un hombre corto con sus pensamiento llevándola de nuevo a la realidad...
-¿Va a llegarse ese periódico?- dijo en tono molesto, ya que varios se habían llevado aquel periódico sin pagar....
-Emmm yo no...-interrumpiendo sus palabras simplemente saco del bolsillo que se encontraba incorporado en el vestido, algunas monedas con las que pago dicho periódico...
Candy comenzó a caminar hacia la Clínica, ¿por qué había comprado aquel periódico?, ¿para que lo quería?...
No volvió a ver más la noticia, solo tenía aquel periódico doblado en su mano y su vista estaba hacia adelante...
-¿Será que Terry al final logró sentir algo por Susana?..., Terry ¿qué habrá sido de ti en esos años?, he visto que te fue muy bien interpretando a Hamlet...-
Candy recordó aquella carta que le había llegado junto a un boleto de aquella gran función..., de la afamada actriz y madre de Terry, Eleanor Baker...
-Por más que quisiera ir corriendo a verte No puedo Terry..., después de separarnos simplemente seguí adelante y tu también..., no podemos olvidarnos de Susana así como así, sé que tu también lo sientes ...pero siempre hay una esperanza no importa lo difícil que sea la situación...-
Dicho esto Candy pudo ver que su corazón volvía a latir con naturalidad, entrando así a aquella linda clínica donde se divertía tanto.
El cielo comenzó a tornarse en tonalidades moradas y rosas, con un pequeño toque de naranja y amarillo...
-Que lindo atardecer...- dijo Candy para sus adentro... sin que ella quisiera la llevo a otra memoria...
El atardecer se hacía presente en ese bello país, donde las largas amplitudes de pasto daban la sensación de estar en un mundo mágico...
Candy tocaba con torpeza aquel lindo piano, tocando sin cesar las mismas notas que con anterioridad Terry le había enseñado.
Este la miraba recargado en una de las columnas que se encontraban a los costados de cada contraventana del lugar.
Pensativo y cerrando un poco los ojos mirando fijamente a Candy le dijo...
-Mmm, no, no, jajaj, esto de ser una dama no te va...- dijo haciendo algunas pausas dramáticas como si del teatro se tratase.
-Pero ¿qué dices Terry?, estoy tocando las notas que me dijiste y a mi parecer no suena nada mal...- dijo cruzando los brazos y girando indignada...
- Jajaja yo nunca dije que tocabas mal las notas que te enseñe, es solo que...no toques de esa manera tan brusca, mira...- caminando hacia donde ella estaba, se sentó a su par. Candy apenas estaba sentada en el filo de aquel banquito forrado de lo que parecía ser piel color negro...
Terry al sentarse atrás suyo hizo que Candy tratara de pararse de inmediato...
-Candy a donde vas vamos, voy a ayudarte recuerdas que ahora seré tu maestro...-
Candy no reprochó más y se sentó en la orilla del banco evitando tocar el pecho de Terry con su espalda...
Terry rodeo con sus brazos a Candy y poniendo sus manos sobre las de ella empezó a tocar las teclas con delicadeza...
Candy estaba completamente ruborizada y sentía el calor de las palmas de Terry en sus frías y delgadas manos...
Terry sentía cómo si mil ardillas le corrieran por el cuerpo y una sonrisa ladeada adornaba su cara..
Candy se hizo un poco para tras ya que con tal sensación de fuego en su pecho sentía que podría caerse en cualquier instante, Terry al sentir su espalda en su pecho detuvo sus dedos sin dejas las manos de Candy, que aún estaban recargadas en aquellas delicadas piezas de lo que parecía ser un mármol blanco como las nubes...
Terry quitó sus cálidas manos de las de Candy...su corazón solo le decía que quería estar así toda la vida...
Poso sus manos en la cintura de la joven sintiendo la tersa tela de aquel vestido rosa con motitas amarillas, la distancia entre sus cuerpos era mínima y Terry corto esa distancia en un dulce y tierno abrazo... El olor de sus lindos rizos dorados, la brisa entrando por la ventana y los cálidos colores del cielo de Escocia, hacían el momento tan irreal...
Candy no podía producir palabra, simplemente estaba atónita hacia la calidez del pecho de Terry y sus dulces manos rodeando su cintura...
Candy llevada por una fuerza mágica puso sus manos sobre las de Terry, este abrió con ligereza las separaciones de sus dedos, como si de un engrane perfecto habláramos los dedos de Candy se dispusieron a entrar en aquellas separaciones...Terry pudo sentir los lindos y delgados dedos de Candy entrelazándose con los suyos...
Ambos querían que ese momento durara para siempre, no necesitaban decirse nada sus cuerpos y manos hablaban por sí solos...

Candy sentada a los pies de un árbol miraba al horizonte visualizando ese momento, tan perfecto como la luna que ahora daba brillo a la ciudad de Chicago, sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas, y en la gran pregunta ¿por qué nos hicimos esto si es que nos amábamos tanto?
Su cabeza solo rondaba en esa pregunta pero en respuesta, su cabeza solo estaba en blanco...
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Nuevos capítulos todos los Jueves y Domingos <3
Lo prometido es deuda y aquí les traigo este bello capítulo, que me provoca una sensación en el corazón cada que la leo, espero que lo disfruten...Voten, comenten y compartan :)

Imagen:

Igarashi, Y. (1977). Artbook II. Recuperado

de http://www.oasidelleanime.com/minisiti/candy/artbook/index.htm

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