11. Fuego y hielo

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Narra Oliver

~17 de septiembre de 2012, 7:30~

Cuando me desperté, vi a Cammy en frente mío, que estaba acariciándome el pelo con suavidad.

—Buenos días —me dijo con una sonrisa.

—¿Te has pasado aquí toda la noche? —le pregunté con curiosidad.

—No toda —me respondió, dándome a entender que se había pasado la mayor parte de la noche en mi habitación.

—Bueno, será mejor que me arregle —le dije, incorporándome—, nos espera un largo día.

—Sí... bueno, te dejo solo para que te vistas —me dijo, levantándose de la cama.

—No hace falta que te vayas, no me molestas —le respondí sonriente.

—Es que... me da mucha vergüenza —me dijo sonrojada.

—No tiene por qué —le respondí, cogiendo la ropa del armario—. Somos amigos y esto no tiene que avergonzarte.

Narra Cammy

Al final me quedé, aunque me da muchísima vergüenza.

Comenzó a desvestirse, dejando así ver su muy bien esculpido torso, sus fuertes brazos y piernas, su culo redondo... y su... su miembro, hay que ver qué grande la tiene... No me puedo creer que me haya fijado en eso, pero es que no he podido evitarlo, está tan bueno...

Se vistió con un pantalón negro muy ajustado, de hecho, se la marca bastante, una camiseta del mismo color, unas zapatillas blancas y una sobrecamisa también blanca.

—Ya estoy, ¿vamos? —me dijo, sacándome de mis vergonzosos pensamientos.

—Vamos —le respondí sonrojada por aquellas cosas que había pensado.

Se sentó en la silla y comencé a caminar hacia el comedor.

—Debe de cansarte muchísimo estar todo el día empujando la silla —me dijo sin apartar la vista del frente.

—Solo tengo empujar, no me canso tanto —respondí con una sonrisa.

—Oye, hoy vienen los de periodismo, ¿no? —me preguntó, esperando que la respuesta fuera un no rotundo.

—Así es —respondí como si nada.

—Buff... ¿y ahora qué diré si me preguntan por qué voy en silla de ruedas? —se preguntó a sí mismo, seguido de un largo suspiro.

No sabía que contestarle, así que me quedé en silencio y seguimos nuestro camino hacia el comedor. De repente, vimos a Axel besándose con ¡¿Shawn?!

—Axel, ¿qué haces con Shawn? —le preguntó Oliver algo dolido.

—¿Eh? ¡Oliver! Esto no es lo que parece —le respondió​ Axel, separándose de Shawn de golpe.

—Yo creo que sí es lo que parece —le dijo de una forma fría y desagradable—. Cammy, vámonos.

Seguimos caminando en silencio, aunque era capaz de oír como Oliver intentaba no llorar.

—¿Estás bien? —pregunté preocupada.

—Sí, sí—me respondió sin mucho ánimo—. Cammy...

—¿Qué sucede? —le pregunté con una voz dulce.

—Si alguien te pregunta, tú diles que tengo unas molestias en el pecho —me pidió sin dejarme muy claro a qué se refería—, que ahora mismo es bastante normal.

—¿Preguntar el qué? —le dije un poco confundida.

No pudo contestarme, porque enseguida llegamos al comedor y todos se giraron hacia nosotros. Todas tenían sus miradas clavadas en nosotros, más bien en Oliver.

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