4. El partido del Caos

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AVISO: El capítulo contiene escenas varias de lemmon y muy fuertes.

Narra Axel

—No puede ser verdad —me decía a mí mismo—. Él jamás se uniría a la Academia Alius.

De repente, recordé que había estado en su casa, seguro que allí había algo que me dijese que no era verdad.

—Thor tenemos que ir a su casa —pedí, intentando no echarme a llorar.

—Ya me he pasado por allí y no hay nada —dijo entristecido—. Solo quedan tus cosas, no hay ni los muebles.

Cuando oí aquello, lo único que se me ocurrió hacer fue tirarme al suelo. Todos decidieron irse, pero Mark se quedó porque decía que yo era su mejor amigo.

—Axel... lo siento mucho —dijo Mark, intentando animarme.

—No tienes por qué disculparte —respondí triste.

—No debes sentirte mal por él —dijo Mark, sentándose conmigo—, alguien que te aprecia jamás te mentiría.

—Yo pensaba que él me quería —dije entre sollozos.

—Vamos, Axel —dijo, cogiéndome de la mano—, tienes que olvidarle.

—¿Y si no puedo? —pregunté.

—Si no puedes, yo te haré olvidarle —dijo, acariciando mi rostro.

Iba a preguntarle cómo, pero antes de que pudiera, me besó.

—Si tú no eres capaz de olvidarle, siempre estaré yo para ayudarte —dijo antes de volver a la caravana.

Una vez Mark se fue, rompí a llorar. Cuando conseguí calmar mi llanto, me sequé las lágrimas y volví a la caravana. Los días pasaron, ahora Mark y yo salimos juntos y ya he superado lo de Drake, o Oliver, o como se llamara. Cuando estábamos entrenando en la Royal Academy, apareció el Caos y nos retó a un partido y ahora estoy en el vestuario, preparándome para salir al campo.

El partido dio comienzo, el Caos dominaba el juego al completo. Poco a poco comenzaron a marcar goles, al final de la primera parte perdíamos 1 a 10. Pero el ritmo de juego del Caos cambió y se rompió el equipo. Nosotros aprovechamos la situación y les marcamos otros seis goles más, dejando el marcador 7 - 10. Todo parecía ir a nuestro favor, pero de repente Torch y Gazelle unieron fuerzas y rompieron las manos infinitas de Darren y nos marcaron un gol más.

El partido iba a continuar, pero aparecieron Xene y Oliver.

—Ya es suficiente —dijo Xene.

—Sois patéticos —añadió Oliver—, medís vuestras fuerzas con los mediocres del Raimon para intentar demostrarle a Padre que vosotros deberías ser Génesis.

—Pero la decisión ya está tomada, Padre eligió al Gaia para ser Génesis y una pequeña revuelta no le hará cambiar de opinión —continuó Xene.

—¿Nos has llamado mediocres? —dijo Hurley, echando humo.

—Perdona... igual fui demasiado generoso —respondió Oliver.

—Maldito.

Hurley iba a echársele encima, pero Darren lo detuvo.

—Hurley así no conseguirás nada —le explicó.

—Mi Lord será mejor que nos vayamos —le dijo Xene a Oliver.

—Cierto hermano... —respondió Oliver—. Instituto Raimon, pronto os enfrentaréis a Génesis.

—Y cuando llegue el momento, entenderéis por qué nosotros, Génesis, somos el equipo más fuerte —completó Xene la frase.

—¡Esperad! —gritó Mark con la esperanza de que le dijesen el significado de aquellas palabras.

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