13. Hasta siempre

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Narra Yo

~20 de septiembre de 2012, 04:45~

Las sirenas de las ambulancias se oían en toda la zona, la policía buscaba al tirador y los enfermeros atendían a los chicos de Dark Dragon. A escasos kilómetros de allí, una ambulancia atravesaba las calles de Tokio a máxima velocidad.

—Tenemos que llegar antes de que sea tarde —se decía a sí mismo el conductor.

En la parte trasera de la ambulancia, unos enfermeros trataban de mantener con vida a un joven que tenía un disparo en el pecho.

Llegaron al hospital y metieron al chico en quirófano, mientras le operaban la enfermera llamó a sus conocidos más cercanos.

—¿Hola? Llamo del hospital, ¿es usted Lina Schiller? —se oía a la enfermera desde el mostrador.

Lo siguiente que se oyó fue un grito desde el otro lado de la línea, y, en menos de cinco minutos, Lina ya estaba en el hospital. La enfermera le explicó lo sucedido y a Lina casi le da un ataque.

—Oiga, ese chico tiene problemas de corazón muy graves —dijo una desesperada Lina.

Al no responder la enfermera, Lina, pasó de ella y llamó a Travis, en el equipo debían saber lo sucedido. Enseguida llegaron los chicos, todos hacían preguntas sin respuesta, estaban muy alterados.

Las horas pasaban y nadie salía del quirófano. De repente se oyó un fuerte golpe y un joven rubio y trajeado entró en la sala de espera.

—Lina —la llamó desesperado —. ¿Dónde está? ¿Dónde está Oliver?

—Hunter, tranquilo, siguen en el quirófano... —le respondió Lina, tratando de mantener la calma.

Hunter había venido en helicóptero desde Italia en cuanto se enteró de lo que le había ocurrido a Oliver, por alguna extraña razón pensaba que no sobreviviría. Sentía como si algo le quemara por dentro, sentía que se ahogaba.

~20 de septiembre de 2012, 7:55~

Eran sobre las ocho de la mañana cuando los médicos salieron del quirófano, habían pasado la noche despiertos para salvar a Oliver, pero... ¿y si era una causa perdida? A esas horas tan solo Hunter seguía despierto.

—Doctor —lo llamó, levantándose.

—Ha sobrevivido, pero ha entrado en coma —le respondió el médico.

En ese momento, Hunter sintió como todo su mundo se iba a pique y rompió a llorar.

—Hicimos todo lo que pudimos, pero no conseguimos evitar el coma —le explicó el doctor apenado.

—Está bien... muchas gracias por intentarlo —le respondió Hunter, tratando de mantener la compostura.

El doctor se retiró y unas enfermeras prepararon una habitación para instalar a Oliver allí.

Serían sobre las diez cuando Lina despertó y Hunter tuvo que explicarle todo.

—¿Y qué vas a hacer? —le preguntó Lina, secándose las lágrimas.

—Voy a quedarme aquí hasta que Oliver se recupere, dalo por hecho —le respondió Hunter con decisión.

—Hay un problema... —le interrumpió Lina—, el padre de Oliver va a llegar en menos de veinticuatro horas.

—Así que ya salió a luz... pues que venga, pero a Oliver no le pondrá un dedo encima —le respondí Hunter de nuevo—, no le dejaré que vuelva a hacerle daño.

—Espero que todo salga bien —suspiró Lina.

—No te preocupes. Voy a acercarme al Raimon, tú quédate aquí con Oliver —le dijo Hunter—, ya me enfrento yo a los periodistas.

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