Mi protegido

7. Purple Eye

Narra Oliver

~10 de septiembre de 2013, 20:30~

—¡Bajad a cenar! —gritó Lina desde la cocina. Hunter hizo caso omiso y me besó, yo le agarré por la cintura y correspondí su beso.

—Deberíamos ir a cenar —me dijo, separándose. Bajamos y nos sentamos en mesa.

—El señor Hillman me ha llamado y me ha dicho que quiere que asistas a los entrenamientos del equipo —me dijo Lina.

—Pues entonces iré —respondí como si no me importase.

Seguimos cenando tranquilos, pero de repente Xavier me echó una mirada pervertida y me puse un poco nervioso, acto seguido, Hunter puso su mano sobre mi pierna, muy cerca de mi entrepierna y me puse más nervioso, antes de que me diese cuenta la mano de Hunter ya estaba en mi entrepierna. Me levanté de golpe y salí del comedor.

—¡Oliver! —me gritó Lina.

Yo me hice el sordo y subí a mi habitación.

—Oliver, si no quieres ir mañana no importa —me dijo Lina, entrando en mi cuarto.

—Pero si sí que quiero —respondí.

—¿Y por qué te levantaste de la mesa así? —preguntó preocupada.

Evidentemente no le iba a decir que me levanté de golpe porque Hunter me estaba tocando la entrepierna.

—Yo... bueno... no sé, me dio un arrebato —le mentí.

—Pues intenta controlarte, que ya sabes que odio esos gestos —dijo poco convencida.

—Oye, Lina... ¿tú crees que podría adoptar una segunda personalidad como efecto secundario? Ya sabes por la intoxicación —le pregunté.

—Pues... no lo sé la verdad —respondió sorprendida—. ¿A qué viene esa pregunta?

—Pues como cuando me encontraron estaba violeta... a lo mejor me pasaba —le expliqué.

—Puedes estar tranquilo —me respondió—. Ahora duerme, que mañana te espera un día muy largo.

Me acosté en la cama y, cuando iba a apagar la luz, Hunter entró en mi habitación.

—Perdona si te molestó lo de antes —me dijo avergonzado.

—No es eso, el problema es que se me hizo raro —le respondí

—Entonces todo bien —dijo con una sonrisa de complicidad—, buenas noches.

Me metí en la cama y no tardé ni medio minuto en dormirme.

~Sueño de Oliver~

—Rápido, hay que salir de aquí —dijo el detective.

De repente, la piedra Alius apareció en mi mente.

—Hay que liberar la energía del meteorito o moriremos todos —me susurré a mí mismo.

Salí corriendo y no paré hasta llegar a la cámara del meteorito, intenté activar el transmisor de energía, pero lo habían volado por los aires. Entonces pensé en tocar el meteorito, porque si se toca también se absorbe energía, la única pega son las consecuencias, pero eso no importa.

Posé la mano sobre la piedra Alius y la energía del meteorito comenzó a fluir por mi cuerpo. Estaba fascinado ante aquella sensación, pero enseguida cambió por dolor, la mano comenzó a quemarme, vi cómo mi piel empezaba a coger un tono violeta y me desmayé.

~Fin del sueño~

Me desperté de golpe y con la respiración agitada. Me levanté y me lavé la cara en el baño, cogí el reloj, eran las 7:25, pronto vendría Lina a despertarme, así que entré en el baño para darme una ducha. Al abrir la puerta, me vi reflejado en el espejo, tenía los ojos violetas y un par de mechas del mismo color. Me metí en la ducha y me lavé el pelo, con la esperanza de que se fuera. Cuando salí de la ducha, seguía teniendo los ojos violetas y las dos mechas del mismo color. Me vestí con un vaquero azul oscuro, una camiseta cuello de pico blanca, unas zapatillas negras y una sudadera del mismo color, me sequé el pelo, me puse la capucha y bajé a desayunar.