Capítulo 5

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- Entonces...me están diciendo...que Inoue-san...

- Sí...

- No sólo trajo a Ulquiorra de vuelta, sino que también selló su agujero.

- Sí.

- De acuerdo. Bien. Sí. Creo que necesito una paleta.

- ¡Kisuke! ¡No puedes consumir paletas cada vez que te pones nervioso!

- Mi querida Yoruichi, por supuesto que puedo hacerlo –el shinigami salió de la habitación seguido por Yoruichi.

- ¿Soy la única que cree que entre ellos...?

- Absolutamente –dijo Uryu.

- Definitivamente – dijo Gin.

- Sí –afirmó Sado.

Los cuatro comenzaron a reír. Les parecía demasiado obvio que Urahara y Yoruichi eran pareja, aunque ellos nunca habían dicho nada al respecto. Cuando ambos volvieron con paletitas para todos, Orihime no se controló y preguntó/gritó: ¡¿Ustedes son novios?!

-¡¿Qué?! ¡¿Novios nosotros?! – Urahara estaba rojo, y reía nerviosamente tras su abanico - ¿Puedes creerlo Yoruichi? Inoue-san cree que somos novios.

- Sí, somos novios hace unos cien años Orihime –Yoruichi sonrió, mientras Urahara se atragantaba con su paletita – ya era tiempo de confesarlo, ¿no crees Kisuke?

- ¡Que romántico Yoruichi-san! ¡Ya me lo imaginaba!

- Era bastante evidente, para ser sincero – Uryu miraba a Urahara con una expresión divertida- lo que no entiendo es por qué mantenerlo en secreto por ¡cien años!

- Eso también es bastante evidente, Ishida-kun – todos miraron a Gin- para protegerse de la Sociedad de las Almas. Al mantener su relación en secreto, ambos estaban más seguros, ¿o me equivoco?

- De hecho, estás en lo cierto Gin-san –Urahara se quitó su sombrero mientras contemplaba a Yoruichi con expresión triste- luego del episodio de Hollowficación de los Visored...no sabía cuándo vendrían por mí o por Yoruichi. Ambos éramos considerados traidores, así que lo mejor fue mantener nuestra relación en secreto.

- Lamento mucho todo lo que ocurrió.

- No es tu culpa Gin-san. Tenías tus motivos para actuar cómo lo hiciste. Ahora sabemos que no estabas del lado de Aizen.

- Tampoco estoy del lado de la Sociedad de las Almas.

- Lo sé. Estás del lado de Matsumoto-san y eso es lo que importa.

- Sí.

La verdad, luego de haber escuchado la historia de Orihime, Gin no sólo estaba del lado de Rangiku. La vida de la chica era un verdadero horror y aun así, era amable con todos y hacía lo mejor que podía. Ahora que tendría que pasar una temporada oculto en el mundo humano, la protegería para devolverle el favor y para asegurarse de cuidar a alguien tan valiosa para Rangiku.

- Bien, creo que lo mejor que podemos hacer es crear un gigai para ambos – todos miraron un poco extrañados a Urahara. Entendían que Gin necesitaba un gigai pero... ¿Ulquiorra?- ¿En serio tengo que explicarles todo? A veces olvido lo difícil que es ser un genio incomprendido –dijo con fingido dolor mientras Yoruichi levantaba su puño de forma amenazante- Ulquiorra tiene una máscara con cuernos en un lado de su cabeza, marcas que parecen lágrimas y es tan pálido que parece un cadáver. Nadie, absolutamente nadie, podría pasar desapercibido con esa apariencia.

- ¿Hay algún problema con mi apariencia? –todos miraron hacia la puerta donde estaba Ulquiorra con una leve expresión de molestia.

- ¡Espada-san que gusto verte! ¡Por supuesto que no, tu apariencia está de moda en Hueco Mundo y quizás, incluso en Europa! – Reía nervioso tras su abanico- pero comprenderás que aquí en Karakura, la gente no está preparada para tu look trasgresor, querido Espada-san.

No tengo miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora