Luego de varias horas despertó dentro de un futón. Lo último que recordaba era estar con Ishida-kun, Yoruichi-san y... Ulquiorra. Se levantó y salió de la habitación. Reconoció de inmediato la tienda de Urahara-san. Caminó hacia la sala de estar, donde encontró a Ulquiorra atado por kido y a Ishida-kun enseñando a Ururu a tejer.
- Ishida-kun...Ururu-chan Ulquiorra...¿qué ocurrió? ¿dónde están Urahara-san y Yoruichi-san?
- Se fueron hace horas para participar en la batalla contra Aizen, exactamente hace cinco horas. Por cierto, la ciudad de Kurakara fue trasladada a la Sociedad de las almas. La batalla se realiza en una "falsa ciudad" para evitar la destrucción de la original.
- Entonces, no tenemos noticias de Kurosaki-kun ni de Sado-kun, ni de los capit...- Orihime no logró responder. Fue interrumpida por una gran presión en el pecho, por una sensación aterradora y agobiante. Ururu se desmayó por la fuerte presión espiritual, mientras Ishida-kun hacía un esfuerzo enorme por permanecer consciente. Miró a Ulquiorra que con su tono habitual dijo: Aizen-sama.
No...no...no. Si Aizen estaba ahí significaba que la batalla en la falsa ciudad había acabado de la peor forma. Debían hacer algo, no podían permitir que Aizen ganara.
- ¡Ishida-kun!
- Lo sé Inoue-san, no tenemos alternativa.
Ambos se pusieron de pie, listos para enfrentar a Aizen. Estaban cansados, no tenían sus fuerzas repuestas pero debían intentarlo.
- Mujer, no tiene sentido que intenten enfrentar a Aizen-sama. Ni siquiera podrán acercarse a él con su nivel de presión espiritual. Se desintegrarán inmediatamente.
- ¡Cállate! –su reacción lo impresionó- ¿Crees que Ishida-kun y yo no lo sabemos? ¿Crees que no somos conscientes de nuestra fuerza? –las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas- Yo sé que soy débil. Siempre me han protegido, y mi única habilidad consiste en sanar a los demás pero...aun así... debo intentarlo. La batalla se pierde cuando dejas de pelear. Pero mientras pueda sostenerme en pie, mientras sienta como late mi corazón, podré enfrentar lo que sea, especialmente junto a mis amigos.
- Estoy de acuerdo con Inoue-san. No somos los más fuertes ni tenemos sed de pelea como ustedes los Espada o los shinigamis pero al menos, podremos demorar a Aizen.
Ambos salieron de la tienda sin que Ulquiorra pudiese decir algo. Sólo los miró y luego cerró los ojos. Era absurdo pensar en que una humana con poderes de sanación y un Quincy pudiesen detener a Aizen-sama. Sacrificarían sus vidas en vano, sólo por seguir "al corazón". Sabía que los seres vivos tenían un corazón; era un hecho biológico que necesitaban uno para vivir. Su función era bombear sangre al resto del cuerpo. Pero no entendía esa ridícula idea del corazón de la que hablaba la mujer, eso de tener un corazón ligado a un alma.
Mientras corrían buscando a Aizen, sintieron la presencia de Gin Ichimaru. Ambos sabían que ese shinigami era temible. Se miraron y asintieron. Estaban preparados para lo que fuera. Cuando los encontraron, supieron de inmediato que definitivamente no estaban preparados para lo que vieron: Gin acababa de atacar a Aizen.
Tan solo unos segundos después, Aizen le devolvió el ataque con un golpe mortal, dejándolo tirado en el suelo. Con una siniestra sonrisa se giró hacia Orihime y Uryu, que casi no aguantaban su presión espiritual.
- ¿Por qué lo has atacado Aizen? ¡Es que ni siquiera respetas a tus compañeros! –gritó un descolocado Uryu.
- ¿Compañero? Sé que vieron cuando me atacó. Era cuestión de tiempo antes de que me traicionara, después de todo, sólo se unió a mí para vengarse del ataque que sufrió Rangiku Matsumoto cuando niña.
ESTÁS LEYENDO
No tengo miedo
RomanceLa Guerra de Invierno ha acabado, pero no es el fin, es sólo el comienzo de nuevos romances y nuevas oportunidades. Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo. Esta es una adaptación libre. Queda estrictamente prohibida su copia, distribución o...