Capítulo 9

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Cuando despertó, supo de inmediato que era ridículamente tarde. Miró su reloj y ya era mediodía. Eso le pasaba por quedarse hablando hasta las 6 de la mañana con Ulquiorra. Se estiró con pereza e hizo un esfuerzo sobrehumano por salir de la cama. Al salir de la habitación sintió un aroma extraño desde la cocina. Se acercó y vio a Ulquiorra cocinando, en el pijama que ella le había comprado, un short que dejaba expuestas sus tonificadas y pálidas piernas y una camiseta con el logo de batman.

¡¿Ulquiorra-kun está cocinando?! Debo seguir dormida.

- Ul...Ulquiorra-kun... ¿qué haces?

- Supongo...que el desayuno –miraba con desconfianza la mezcla extraña y grumosa que estaba en el sartén –Ichimaru Gin me explicó cómo preparar panqueques y...algo salió mal.

- Oh...por cierto, ¿dónde está Gin?

- Dijo que debía ir a trabajar.

- Cierto, olvidé que hoy le tocaba turno.

Entonces...Ulquiorra-kun estaba preparándole el desayuno.

- Déjame ver qué tienes ahí. Al parecer agregaste los ingredientes de forma desproporcionada. Prepararemos una nueva mezcla.

- Lo siento –Gin le había dicho que cuidara los ingredientes ya que la chica estaba haciendo un gran esfuerzo económico para mantenerlos a todos y no podían desperdiciar comida –Yo...no quería...

- No te preocupes Ulquiorra-kun. Pero luego tendrás que acompañarme a la tienda a hacer las compras.

- Está bien.

En ese momento, Ulquiorra notó que la chica llevaba puesto un pijama bastante...revelador. Era un short y una delicada polera de tirantes. Con esas prendas, podía apreciar sus largas piernas, sus delicados brazos y hombros...

- Gracias por intentarlo, Ulquiorra-kun.

- ¿Ah?

- El desayuno. Imagino que para ti esto debe ser extremadamente difícil.

- Francamente, lo es –de golpe, tuvo un montón de ese polvo blanco llamado harina sobre la cara. Instintivamente iba a atacar pero se detuvo de inmediato al notar que la chica reía -¿Qué es tan gracioso?

- ¡Estás cubierto de harina! Lo siento, no pude resistirme, te veías tan serio que tuve que hacerlo.

Así que eso era una broma. No entendía por qué le causaba tanta gracia a la mujer pero se había comprometido a intentarlo. Tomó un montón de harina en su mano, midió su fuerza y se la arrojó a la chica.

- ¡Ulquiorra-kun! ¡Me has llenado de harina! –Orihime sólo reía, en ningún caso estaba molesta.

Me gusta escucharla reír. Me gusta cómo se ve en pijama. Me gusta...está cubierta de harina.

Ulquiorra comenzó a reír. Él mismo estaba sorprendido por su reacción pero no podía controlarla. Por alguna razón, le parecía divertido ver a la chica cubierta de harina.

- ¡Te metiste con la chica equivocada! –Acto seguido, Orihime le arrojó más harina y corrió.

- ¡Regresa o me harás entrar en segunda fase! –Corrió tras ella con harina en la mano, listo para atacarla.

Nunca lo había escuchado reír. Me gusta.

Mientras se arrojaban más harina y forcejeaban, sintieron el timbre y ambos miraron hacia la puerta.

- Tsk...¿quién se atreve a interrumpir nuestra batalla? –la verdad es que sí le molestaba que interrumpieran ese momento.

- No lo sé pero te aseguro de que sea quien sea se sorprenderá al vernos así.

No tengo miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora