Yamato sujeto la guitarra con fuerza, sus ojos azules se encontraban perdidos en un punto inexacto de la estancia, y de hecho las voces de sus compañeros eran apenas un murmullo de fondo. La idea de que Taichi le estuviera siendo infiel a Sora era algo para lo que no le encontraba lógica, no cuando hubiera jurado que el subdirector de d'Xim era un hombre bueno y honesto.
—Matt... Yamato —gritaron en su oído.
—¡Demonios! Akira —gruñó Matt mal mirando al tecladista.
Su mal humor estaba escalando a niveles exorbitantes, y comenzaba a desquitarlo con quien menos debía. Estaba claro que todo el asunto no lo dejaría en paz hasta no aclararlo, por eso decidió ir a verlo apenas terminara el ensayo.
Aunque reclamarle de frente no parecía la mejor opción, porque ¿Quién era él para reclamar? No era nada de Sora, cuanto menos de Taichi, aunque ser el padre de Yoshino debía valer de algo.
—Matt —volvió a llamar Akira tirando del hombro del rubio para que regresara a la realidad. Una vez que lo logro dijo —Basta, te necesitamos aquí, en dos días es el concierto y tu...
Matt chisto con los labios, sabía eso, también que las ultimas dos canciones necesitaban los arreglos correspondientes. Trabajo que le correspondía a él como arreglista y compositor.
Pero simplemente no podía concentrarse.
—Lo lamento —se disculpó, luego miró a los que por tanto años habían sido sus amigos más cercanos. —Necesito salir a arreglar un par de asuntos y luego...
—Y luego regresaras dispuesto a ensayar —tajo Koji sonriéndole comprensivamente.
Yamato asintió mientras recibía el permiso silencioso de sus compañeros.
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Matt condujo hasta d'Xim, se estaciono al frente y medito un par se segundos antes de decidirse a entrar.
Esta vez la recepcionista lo reconoció de inmediato y se apresuro a informarle que en ese momento se encontraba llevándose a cabo una sesión importante, por lo que no había nadie para atenderle.
Yamato agradeció la información, para luego asegurarle que no llevaba prisa y esperaría el tiempo necesario a que el subdirector Yagami estuviera disponible.
Y aunque dijo que esperaría, Yamato nunca imagino que estaría ahí por dos largas horas.
Con un golpe sordo la puerta se abrió de un empellón, Taichi llevaba la vista clavada en la tablet mientras daba instrucciones por la radio. Todo un gánster financiero. Su gesto serio y las cejas levente fruncidas le hacían lucir intimidante. Atractivo pero amenazador, peligroso; un rasgo que Yamato sin duda encontró excitante. Pero lo que sin duda le alegro el día fue ver el reloj que adornaba su muñeca.
—Y bien Señor Ishida ¿Qué lo traer por aquí esta vez? —preguntó Tai con demasiado formalismo para el gusto de Matt.
—Creí que habíamos decidido usar el nombre —recrimino Yamato con un tono demasiado sugerente.
—Cierto —concedió Tai mostrando al fin una sonrisa un poco más relajada. —Sora me conto que han llegado a un acuerdo, eso es bueno. Me alegro por ustedes.
Matt se mordió los labios, por un segundo al contemplar a Taichi casi había olvido el motivo por el cual estaba ahí, pero ahora que Tai trajo a colación el nombre de la pelirroja era imposible hacerse de la vista gorda.
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KARMA
Фанфик"Las decisiones tomadas, ya sean malas o buenas, te siguen para siempre y afectan a todos en su camino de una forma u otra". J. E. B. Spredemann.