Tk miró a su hermano mientras preparaba el desayuno. Eran las ocho de la mañana y Matt parecía estar a punto de asistir a un funeral. Todo él desprendía un aire depresivo y mortificado que no podía ocultar.
—¿Estás seguro de que puedes ir al trabajo? —preguntó.
—Tengo qué. Dentro de un mes comienzan los conciertos programados. Luego hay que ensayar para la presentación en el Palacio por nuestro aniversario, y desde ahí hasta diciembre habrá cuatro conciertos para promover nuestro nuevo álbum. Uno para él cual esperaba que Taichi me ayudara y ahora...
Tk apretó los labios, sin saber que decirle a su hermano. Se veía tan derrotado por la situación.
—Al menos me hubiera gustado... —y suspiro cansado. —Ni siquiera sé lo que me hubiera gustado. Es decir, no teníamos una gran amistad, apenas nos estábamos conociendo, y no entiendo porque me angustia tanto la idea de no poder verlo. Me irrita y me enoja pensar que ese estúpido americano pueda estar hablando con Tai en este momento, que él si pueda...
—Matt, a eso se le llaman celos.
Yamato se mordió los labios, luego golpeo con la palma de las manos la isla de mármol blanco de la cocina.
—No pueden ser celos —negó casi gruñendo las palabras. —Porque significaría que estoy... que estoy enamorado de Taichi Yagami —lloró Matt tapándose la cara.
—¿Y eso es tan malo? —preguntó Tk apagando la estufa para acercarse a su hermano. —Matt. ¿Qué es lo que realmente te asusta? ¿Qué Tai es hombre? ¿Qué este casado con la madre de tu hijo?
—No —tajó Matt mirándolo con los ojos húmedos.
Tk no agregó nada, esperando tranquilamente a que Matt continuara.
—Lo qué me asusta es darme cuenta que por primera vez estoy dispuesto a renunciar a todo. —Matt peinó sus cabellos de la frente a la nuca con aire desesperado. —¡Dios! ayer cuando regresamos, estuve a punto de llamar a Mimi para pedirle que organizara una rueda de prensa. Pero no para hablar de Yoshino. Sino para anunciar mi retiro de la música. Puedo vivir sin poner un pie en el escenario de nuevo, pero no puedo vivir sin Yoshino, ni quiero imaginarme un futuro sin Tai. —Matt jadeo y negó con la cabeza. —Joder. No hemos tenido ni un solo acercamiento romántico y yo...
—¿Pero no se trata de eso el amor? Matt. Cuando el amor es amor no se pide nada. Te rindes ante esa persona por convicción propia, le entregas tu vida para que haga y deshaga a su antojo. El amor no pide, se entrega sin condiciones. Y es lo más hermoso y maravilloso de la vida.
—No cuando debes esconderlo por miedo.
—Bueno, entonces sólo queda un camino.
Matt elevo una ceja, esperando por cómo iba a terminar esa declaración.
—Deshazte de aquello que te estorba y lucha por lo que realmente quieres.
—Se que voy a arrepentirme, pero quizás siga tu consejo.
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Koushiro Izumi era un hombre que disfrutaba en demasía su trabajo, para él el sinónimo de una tarde perfecta podía resumirse en una sola palabra, computadora. Sus manos eran una extensión de ese aparato, y a veces creía que entendía mejor el código binario que una conversación con cualquier ser humano, bueno, casi cualquier ser humano.
—Mira lo que te traje —exclamo Taichi entrando con total libertad a la oficina del pelirrojo. Al menos una vez a la semana el publicista se presentaba en su despacho para compartir la comida y ponerse al tanto. —Deberías abrir una ventana, o esto comenzará a oler a cripta —mencionó dejando los recipientes con alimento sobre el escritorio.
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KARMA
Fanfic"Las decisiones tomadas, ya sean malas o buenas, te siguen para siempre y afectan a todos en su camino de una forma u otra". J. E. B. Spredemann.