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Me levante con unos nervios horribles, hoy iba a ver a Freddy, y también le iba a ayudar a buscar el regalo de la chica que le gusta. No se porque me meto en estas cosas, ah no si se por buena gente y ser tan ingenua y creer que él podría sentir algo por mi.

Comienzo a ser una lista rápida, la verdad no me faltan cosas ya que había ido hace unos días, pero tenia que ir a ver a freddy, se lo había prometido o más bien lo había ganado en el juego de la otra noche.

Comencé a buscar que ponerme, aún estaba en pijama, encontré unos jeans azul marino y una sudadera grande, amaba las sudaderas grandes y como ya comenzó el frío tenia que usar cosas calientes. Me maquille y arregle mi cabello, aveces odiaba mi cabello por que era demasiado lacio y se me enrredaba muy fácil y también me despeinaba demasiado fácil. Después de arreglarme, tome mis llaves, mi celular y el cubrebocas y me dirijo al súper mecardo, aun los nervios me comían, no sabia como iba a reaccionar, parecía que iba a conocer a abraham mateo, mi cantante favorito, iba igual de emocionada o hasta más.

Cuando llego le mando un mensaje de que estaba en la zona de salchichas él me pone que ya iba llegando y se iba a dirigir allá. Al leer ese mensaje mis manos comenzaron a sudar y mi estomago no dejo de doler por los nervios y no hablo de la horrible electricidad que sentía en mis piernas, brazos y en todo mi cuerpo. Si esto no son nervios no se que sea. Comencé a caminar para que la chica que atendía la salchichoneria no se me quedara viendo extraño y pensándolo bien ya no tenia salchichas así que compre jamón y salchichas. La chica me da la bolsa y volteo a dejarlo al carrito cuando alguien se acerca, levanto la vista y era él, todas las sensaciones que tenia hace un momento estaban al triple de intensidad.

–hola –sonrie y yo me quedo helada, no se que decir ¿tal vez un simple hola, no crees? Odio a mi conciencia aunque aveces me ayuda
–¿vienen juntos? –nos dice la empleada de la salchichoneria
–no, es mi vecina, solo nos topamos por coincidencia –le dirige una sonrisa a la empleada
–si les encargo la distancia, es que no pueden ingresar de dos al lugar
–si claro –él comienza avanzar y yo lo sigo con el carrito del súper –¿no vas a saludarme?–sonríe
–no podemos, sana distancia –rio, las palabras salieron solas, creo que debo dejar que todo fluya
–no va pasar nada –pasamos por una sección donde hay galletas y todo tipo de gusgueras, no había nadie cuidando y él se acerco –hola –me da un beso en el cachete, y deseguro estoy roja, no puedo verme pero es lógico además porque él me lo dijo –pareces un tomatito –rie
–suelo hacer eso –sonrio
–dime algo que más te guste
–¿cómo que?
–lo que quieras y haya en este súper mercado
–veamos –dejo el carrito y comienzo a buscar en las galletas y él me sigue pero hace como que esta buscando algo para que no nos regañen los de
seguridad –listo –le muestro las galletas Canelitas y sonrío
–pues vámonos –camina hacia el carrito
–¿no vas a comprar el regalo para la chica que te gusta?
–ya lo hice –sonríe
–creí que yo te iba ayudar –agarro el carrito y empezamos a caminar
–pero ya lo hiciste –sonríe y toma mi mano, me pongo roja de nuevo, no estoy entendiendo nada 'claro que lo haces, solo no quieres aceptarlo'
–¿en qué momento? –frunzo el ceño
–en el que agarraste las galletas
–¿crees que le gusten? –¿es en serio aime? ¿Sigues dudando? Ya déjame yo no me emocionare
–pues por eso te pregunte –damos vuelta en donde hay todo de limpieza, no había nadie, recuerdo que tengo que agarrar un fabuloso y lo hago, cuando lo hecho en el carrito, él toma mi mano y nos quedamos mirando –alguien me dijo que me arriesgara y eso haré –me toma de la cara y me besa, si me beso, no se que esta pasando, toda la electricidad comienza a recorrer mi cuerpo y yo le correspondí ese beso, se comenzaron a escuchar voces cercas y nos alejamos, ninguno de los dos dijimos nada y seguimos caminando apartados. Giramos en un espacio de pastas, ahí estaba él mirándome mientras tomaba unas dos pastas
–¿no piensas agarrar nada? –lo miro y él sonríe
–yo solo vine a darle el regalo a la chica que me gusta –sonríe y me pongo roja, él se acerca y me iba a besar pero llega el de seguridad
–solo puede venir uno por familia
–no venimos juntos, simplemente me estaba ayudando a bajar una pasta de ahí arriba porque no la alcanzaba
–bueno, si les molesto con la distancia por favor
–aquí están tus pastas
–gracias –sonrió y camino con mi carro, él se queda ahí buscando algo y el de seguridad sigue caminado, ya no tenia cosas por comprar y me fui a formar, después el llego y se pone atrás de mi, pero con la distancia que se necesitaba.

Cuarentena⚓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora