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Perrie's POV

Llevábamos poco más de dos meses siendo novias y todo parecía perfecto. Nuestras respectivas madres ya sabían acerca de nuestra relación, por lo que no era necesario ir a la casa de la otra y fingir ser solo amigas. Jade se encargó de decirle a su madre para, días después, presentarme formalmente como su novia. Por el contrario, mi madre se enteró de una manera bastante... peculiar.

Fashback.

Las piernas de la morena rodearon mi cintura con firmeza y de inmediato posé mis manos bajo sus muslos para sostenerla. Nuestros labios seguían bailando en sintonía, cada vez con mayor intensidad.

Doblé un poco mis rodillas para sentarme a la orilla de mi cama con su pequeño cuerpo sobre mí. Luego de unos segundos, comenzó a dejar besos húmedos desde mi mandíbula hasta la parte inferior de mi cuello, haciéndome soltar pequeños gemidos de placer.

- Jade... - susurré entrecortadamente.

La morena se separó de mi cuello y me sonrío picaramente antes de volver a atacar mis labios.

- ¡Oh por Dios! - un agudo grito nos hizo separarnos con brusquedad. Miré hacía la puerta de mi habitación y vi a mi madre con los ojos bien abiertos y una mano cubriendo su boca - L-lo siento, y-yo... - tartamudeó antes de dar media vuelta y salir rápidamente de ahí.

Fin del flashblack.

No tuve el valor de mirarle el rostro durante una larga semana, me sentía completamente avergonzada. Pero ahora todo está bien, ella dijo que el hecho de estar con una chica no cambia nada.

Nuestro grupo de amigas se encontraba sentado bajo la sombra de un árbol en el patio frontal de la escuela. Jade y yo nos dirigimos a ellas con nuestras manos entrelazadas y una pequeña sonrisa en nuestros rostros.

- ¿Cómo están las tortolitas? - habló Jesy apenas estuvimos sentadas en el pequeño círculo que habían formado.

- No molestes, Jesminda - respondí en un tono burlón, sabiendo que odiaba ese apodo.

- Vete a la mierda, Edwards - gruñó mostrando su dedo corazón. Todas reímos ante esto pues amábamos molestar entre nosotras.

Seguido de eso, surgió una extraña conversación acerca de ombligos que nos entretuvo todo el segundo receso. Lamentablemente, la siguiente clase no la compartía con mi novia, por lo que tuvimos que separarnos con un largo abrazo. Suena algo dramático, pero realmente odiaba estar alejada de ella por demasiado tiempo.

Cuando al fin llegué al salón de geometría, me dirigí rápidamente a los asientos del fondo, pues ahí la profesora no llamaría mi atención por estar ignorando su clase.

Todo estaba tranquilo hasta que, a mitad de la clase, alguien se sentó bruscamente en el lugar vacío frente a mí, lo que me llevó de golpe a la realidad. Levanté mi vista para ver de quién se trataba, rodando los ojos al descubrir a Alex mirándome con una estúpida sonrisa en el rostro.

- Hola - saludó casi en un susurro, para no llamar la atención de la maestra que seguía explicando un tema no tan desconocido para mí. Esto último me hizo sonreír internamente, pues tenía una pequeña oportunidad de pasar esta materia.

- ¿Qué haces? - pregunté en un tono de voz neutro.

- Solo quería hablar contigo - explicó con un encogimiento de hombros.

- ¿No puede ser en el receso? Sabes lo pesada que puede ser la Señorita Miller - dije cruzando los brazos sobre mi abdomen. En realidad no me importaba ser castigada por mantener una conversación en medio de la clase, pero no me apetecía hablar con el moreno.

- En el receso siempre estás con tus amigas, así que prefiero decírtelo ahora - le hice una seña para que continuara hablando, a pesar de mi desinterés por el chico - ¿Quieres salir conmigo? Ya sabes, tener una cita y eso.

- Alex, yo... - estaba por rechazarlo, pero él me interrumpió.

- Hace tiempo me gustas y en serio quiero conocerte más... Tal vez con el tiempo seamos algo más que amigos - me miró de forma coqueta y estuve apunto de vomitar ahí mismo. Ese chico realmente creía tener una oportunidad conmigo... sentí lástima por él.

- Alex - le sonreí con ternura fingida mientras posaba una de mis manos sobre su hombro - Es que ni siquiera somos amigos, solo hemos hablado un par de veces - no era mi intención decirlo de esa forma, pero quería dejarle las cosas claras.

- Pero... me gustas, ya te lo dije - repitió, mirándome con incredulidad.

- Lo sé, lo oí perfectamente - asentí - Pero tú a mí no me gustas.

Su ceño se frunció y la ilusión en sus ojos desapareció rápidamente. Me sentí un poco culpable por eso... pero solo un poco.

- Además - continué - Tengo novia - admití, sonriendo triunfalmente al ver que sus ojos se abrieron con exageración. 

- ¿Qué? - preguntó elevando el tono de voz debido a su sorpresa. 

Mala idea.

- ¿Disfruta hablar en mi clase, señor Chamberlain?- la profunda voz de la profesora llamó nuestra atención. Ni siquiera dejó que el moreno se defendiera, simplemente siguió hablando - Pues tendrá mucho tiempo para hacerlo después de la escuela... en detención.

Alex me miró con los ojos bien abiertos pidiendo ayuda silenciosamente, pero opté por encogerme de hombros y fingir que escribía algo en mi libreta. A él se le ocurrió hablarme en medio de la clase ¿no es así?

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Buenaaass, ya sé que el capitulo está medio corto pero honestamente no sabía que más escribir.



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