𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐘 𝐒𝐔𝐒 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒 || ShinKami

▫ Tensión ▫

─ ¡¿Tu qué?! ─ gritaron las chicas atónitas.

─ Si, no quería decir nada porqué sentía que no debía, pero bueno... ─ puso una mano en su nuca, como usualmente hacía su novio y desvió la mirada al piso
─ En fin, falta poco para las clases, así que..

─ ¡Wow wow! ¡Alto ahí! ─ le interrumpió agitando sus manos ─ ¡¿Tu padre?! ¡¿Ese...VIEJO DE MIERDA?!

─ ¡¡Me-Melissa!! ─ exclamó Momo sorprendida. Esta nunca había escuchado un insulto salir de la boca de la rubia.

─ Ya ya, me calmo...Denki, dime ¿Llamo a Bakugo?

─ ¡No! ─ las chicas se sobresaltaron un poco, provocando culpa en Kaminari ─ ¡Perdón, no quise asustarlas! Ah, mierda... ─ se rascó la cabeza con ambas manos, revolviendo su rubio cabello ─ Me siento como la misma mierda ─ tapó su rostro y volvió a llorar, preocupando a sus amigas.

Momo y Melissa cruzaron miradas penosas y la rubia se puso al lado de Denki, mientras que la pelinegra se acercó mas a este y le acarició el cabello. Melissa lo abrazó de lado, acariciando su hombro con la mano. Para la rubia, era la primera vez que veía a Kaminari llorando, mientras que para Yaoyorozu, no era algo normal, pero ya no era algo que la sorprendía.

Denki no era de llorar en público. Se sentía feo y molesto. Y molestar a sus amigos, con cosas que no eran bromas, no era algo que le gustaba hacer.

La primera persona que lo vio llorar, obviamente fue su padre. Pero la segunda, luego de mucho tiempo, fue Momo. Recuerda como la pelinegra lo encontró llorando en el fondo del salón, luego de haber tenido la última clase en el primer año de preparatoria. Recuerda cuando se abrió y le contó sobre la muerte de su hermana y sobre su madre enferma, que hoy en día también estaba muerta.

─ Denki, no te sientas así. No eres para nada una mierda ─ lo abrazó fuertemente, mientras decía esas palabras en un susurro. Gracias a esa tranquilidad, el llanto de Kaminari se calmó un poco. Sonrió levemente, aliviada.

─ Gra-gracias...a las dos  ─ se alejó del abrazo y sorbó la nariz con la manga de su camisa.

─ De nada Denden ─ asintió Yaoyorozu.

─ ¡Lo que sea por ti, Rayito! ─ exclamó Melissa.

Rieron suavemente y se dispusieron a salir del baño.

─ Vaya vaya vaya, pero si es el bello Denki.

─ Oh no ─ revoleó los ojos la rubia.

─ Y...Yaoyorozu y Melissa, por alguna razón ─ murmuró a lo último el muchacho que había aparecido. Kaminari se sonrojó levemente y Momo rió a lo bajo, tapando su boca en el proceso.

─ Shindo, ambos sabemos que no soy bello.

─ Pues-

─ ¡Soy hermoso! ─ posó ambas manos en su cintura, logrando hacer una de esas poses que hacía Aoyama de vez en cuando. Los demás rieron, mientras que Momo sonrió, aliviada de que la tensión ya se había ido.