𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐘 𝐒𝐔𝐒 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒 || ShinKami

▫ Amistad ▫

Cayó al suelo y comenzó a llorar desconsoladamente. Asustó a los presentes al instante.

─ ¡Denki! ¿Estás bien?

─ ¡Se fue! ¡Realmente se fue! ─ se levantó de golpe y alzó ambos brazos ─ Osea, si puede regresar pero...¡¡SE FUE!!

Todos parpadearon al mismo tiempo atónitos.

─ ¿Kaminari?

─ ¡Ah perdón! ─ al darse cuenta de la atención, se encogió un poco ─ Se-seguro los preocupé...perdón...

Todos se miraron entre si. Shinso suspiró y lo abrazó de repente, sorprendiéndolo. Correspondió y hundió su rostro en el hombro del alto. Comenzó a escuchar sollozos de parte de su novio. Lo alejó lentamente para ver su cara.

─ ¿Estás...? ¿Estás llorando? ─ preguntó curioso.

─ ¡Idiota, me asustaste! ─ se limpió las lágrimas y volvió a abrazarlo. Denki rió. No era la primera vez que veía llorar a su novio. Aunque la última vez que lo vio llorando, fue porque estaba borracho y le había dicho que no estaba soltero cuando el alto le coqueteó. Pues, si, eran novios, pero el Hitoshi borracho no lo sabía. En fin, cosas de la vida ─ Tonto..

─ Shinso... ─ lo llamó Yaoyorozu.

─ ¿Que pasa?

─ ¡Por favor, déjame abrazar a Denki también! ─ exclamó con los ojos llorosos.

La pareja sonrió con ternura al ver a la pelinegra. Esta ya parecía haber caído en la angustia cuando ese hombre se fue.
Shinso le dejó el paso y la pelinegra abrazó al rubio con fuerza.

─ ¡Ay Momito! ¡Gracias por estar aquí! Aunque tu novio me matará por haberte dejado estar aquí... ─ murmuró a lo último, recordando la seria expresión que mostró Todoroki antes de irse.

─ Ay Denden, no digas eso ─ negó soltando unas bajas carcajadas ─ Shoto lo entenderá, yo lo se.

─ Si tu lo dices... ─ desvió la mirada y miró a su profesora de Artes. Sonrío ─ Muchas gracias profe Emi y gracias a ti también, profesor Aizawa.

─ De nada ─ fue lo único que dijo Aizawa, mientras que la pelimenta sonrió felizmente.

─ Me alegra poder haberte ayudado Denden, sabes que estamos para ti. Además...eres mi favorito ─ le susurró guiñándole un ojo. Kaminari rió y asintió. Emi también rió y le revolvió el cabello como muestra de afecto. Ambos crearon una buena relación, como madre e hijo. La mujer siempre lo ayudaba cuando se trataba de trabajos y lo escuchaba cuando necesitaba ayuda. Por eso se sorprendió al enterarse del abuso. El rubio nunca se lo había dicho, pero por otra parte, lo sospechaba. Lo hizo desde una clase, cuando Denki se la pasó todo el día callado y nervioso. Desde aquel día supo que algo malo estaba pasando ─ En fín, ya que todo se solucionó...creo ¿Porqué no vienen a casa? Podemos comer y hablar para despejar nuestras mentes ─ propuso con su característica sonrisa.