Incognito: Memoria Abyssi || BOOK 2#

15. Sueño profundo: Stigma

 — ¿Vas a dejarte ver?

Una risa es respuesta suficiente.

— ¿Por qué necesitas verme?

—Es cortesía. Lo normal.

—Estar aquí ¿te parece normal?

—Considerando que hice lo que Jin dijo, sí, es normal. Yo lo provoqué.

Toma la taza de té que hay en la mesa y mira a la silueta tan amorfa y apenas consistente frente a él. El lugar es lúgubre. Oscuro y que da una terrible vibra de inframundo. Da un sorbo y lo molesta el que esté tan frío. Levanta una ceja por escuchar la risilla con tanto eco.

—Había olvidado que eres uno de los que mejor manejan la presión. El miedo. El pánico... muy natural, a pesar del entorno desconocido, del cambio en tu cuerpo, de todo, eres capaz de beber té tan tranquilo.

Taehyung permanece casi indiferente a esas palaras. Con un aspecto de hombre a sus veinticuatro, ropa cara y aristocrática al igual que todo el entorno. Dando la impresión de que él combina y pertenece a un espacio como este.

—Viniste buscando algo, veamos si lo encuentras.

Taehyung deja la taza y se levanta, anda hasta aquella nube negra y toma lo que se extiende hacia él: Una mano de piel lechosa, con uñas negras y algunos anillos de plata. Aparte de ello, en la muñeca tiene el símbolo que tanto investigó Namjoon. Toma su mano, del mismo tamaño, del símbolo sale una curva.

— ¿Por qué...?

—Descúbrelo tú.

Pierde el aire.

— ¿Rezaste lo suficiente?

Asiente con la cabeza, levantándose y sacudiendo su ropa por la poca tierra que quedó en esta. Sonríe a la persona junto a él. Un monaguillo. Tal como él. Recibe un gesto suave, una caricia en la cabeza y anda a su lado. Ambos vestidos de blanco pulcro y pequeños crucifijos colgando de sus cuellos.

—Taehyung—llama el otro y él lo mira fijamente, sin saber qué exactamente estuvo raro en ello. La forma en que movió los labios—. ¿Has notado que han surgido más brujas últimamente? —Asiente con la cabeza—. He pensado... ¿Realmente deben morir?

— ¿Por qué piensas en algo como eso? —Increpa curioso.

—Porque... sí Dios me ama a mí con mis imperfecciones y a todos quienes hemos pecado ¿Por qué anhelaría el sufrimiento y muerte de alguien que también es su hijo? Cuando su único pecado, es el de tener magia. —medita pensativo.

—No lo sé—admite dando pasos largos y saltarines—. Tal vez porque así van con él más pronto.

—Um... aun así...

Taehyung desconoce cuál es la duda en él. Lo toma de la mano y vuelve a sonreír, animándolo al menos un poco.

Días pasan en calma, una hermosa y enorme quietud donde es monaguillo en una gran catedral inglesa. Venido de Italia y a su vez, una tierra oriental cuyo nombre nunca le han dicho. La quietud es rota un día cualquiera, cuando ve por primera vez –pues nadie lo evita-, como queman a una mujer acusada de brujería.