Incognito: Memoria Abyssi || BOOK 2#

47. Dificultades e impaciencia

Los exámenes pasaron con más gloria de la que pensaron que tendrían. Resultó muy extraño como lograron notas casi perfectas a pesar de quedar en el mismo estado de apenas sé cómo escribir mi nombre. Teniendo notas buenas pudieron desinflarse con alegría y satisfacción.

Antes de que anunciaran que las clases del tercer periodo incidirían dos días después, ya que el tiempo de reposo era innecesario. Ya perdieron mucho de ello al regresar de vacaciones navideñas y nadie podía darse ese lujo. Lo cual significó un sobre calentamiento cerebral general.

Sobre todo en los estudiantes de quinto años, quienes apenas caminan sin llorar por tener los TIMO'S encima.

Sin embargo, hallándose en la calma tras la tormenta, los temas que están viendo resultan menos destructivos para sus estabilidades mentales. Incluso Trasformaciones se siente fácil. Un milagro más grande que la venida de Jesús en la opinión de todos en este pequeño grupo.

Por otro lado, y en temas privado, Jin consiguió hacer las protecciones para todos. Hoseok tuvo que perforarse para llevarla, pues Jin no sabía cómo demonios podía hacer una protección de este estilo sin que fuese a perforar la piel. Consecuencia de esto, se sabe lo sobradamente unidos que son, llegando al punto de la rareza.

— ¿Tienes algo con... alguno de ellos? Y no me has dicho.

Jimin mira a Yoongi un instante, quien se encoge de hombros, comiendo su sopa sin importarle nada lo que Wonho pueda interrogar.

—Sí, estoy Yoongi. Él es mi novio. —Señala al Slytherin que acaba ahogándose con la sopa. Golpeándose en el pecho.

—Eso explica mucho. —silba una estudiante frente a Jimin.

—Que buena suerte—Resopla otro—. Ya quisiera yo compartir habitación con mi novia. Al menos podía echarme sobre ella cuando hace frío.

—Hay gente afortunada en el mundo ¿Qué puedo decirte? —Bromea un Slytherin, chasqueando la lengua con gesto pícaro. Jimin ladea la cabeza, divertido por la forma en que se lo toman. Wonho dirige una mirada a Yoongi, quien no dice nada al respecto.

~ * * * ~

— ¿Son aretes de pareja? Vi que Yoongi usa unos como estos. —comenta Jisoo, dando cuenta del arete de Jungkook. Él sacude la cabeza.

—Es una protección. Así las energías malas no nos harán nada.

La profesora entreabre la boca, sin idea de cómo tomarse eso. Si bien o mal ¿Quién puede querer hacerle daño a siete niños? Sacude la cabeza, decidiendo dejar el tema así. Jungkook se aproxima a uno de los cuadros que hay en la pared.

— ¿Es ella? Su esposa. —Señala uno de los cuadros. La chica en él guiña un ojo antes de agitarse, con el cabello rosa y piel pálida junto a las mejillas sonrojadas.

—No, no es—Jungkook saca los labios y gruñe entre dientes. Disgustado de no haberlo conseguido al primer intento—. Cambie los cuadros de lugar para que no sea fácil adivinar—admite sonriente—. Sino, no tiene casi diversión.

— ¡Es trampa!

—Claro que no. —Jungkook toma asiento a un lado, aun viendo el cuadro de la chica de pelo rosa que continúa con sus sonrisas tímidas y divertidas.

— ¿Entonces quién es?

—No te voy a decir, porque le contarás a Jimin y sabrán quien es quien. Así no cuenta. Deben adivinarlas todas—Anuncia Jisoo y Jungkook se estira en su sitio con gesto enfurruñado—. Acabo de recordar cuando la conocí... estaba perdida en Seúl. Fue hasta allá sin saber hablar coreano, se alejó de su familia y todo fue para un futuro tan incierto... Era una niña muy linda. Ambas éramos muy pequeñas cuando eso paso—comenta jugando de manera distraída con su pluma de escribir—. Aun así, ella lucia tan feliz.