So-cia-li-zan-do

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"Nunca te imagines que eres distinta de lo que a los demás pareciera que lo que fueras o pudieras haber sido no sería sino distinto de lo que habías sido si hubieras parecido a los demás que eres distinta."
Lewis Carroll (Alicia en el
país de las maravillas.)

Las pisadas sonaban con las suelas de los tacones bajos de sus lustrosos zapatos. Esto, y las amenas charlas, ambientaban el salón de baile

-Kozume.-

-¿Te gusta tu nombre, Kenma?

El dulce tono de su amante lo distrajo de su pequeño cúmulo de pensamientos.

-Si.-

Deslumbrantes, los vestidos de las bellas mujeres de la clase alta adornaban la fiesta en su honor. Durante su ceremonia, por los nervios, no habia notado este detalle.

Yaku-san habia guiado a las sirvientas para que lo vistieran con delicadeza y atención. Observó sus pies, y un poco de su ropa albina (con unos detalles de amarillo crema y escarlata), durante el largo trayecto del camino al altar del evento. Le mojaron la cabeza, con lo que él quería creer que era agua, y luego decidió ignorar el resto de lo que estuviera pasando, pensando en como debía actuar durante la fiesta que seguía.

Distraido, para colmo ya en su fiesta, Kenma pensaba con pena el porque no habia prestado mas atencion a la ceremonia. Ni siquiera observo bien a los Reyes anfitriones, tan solo vio un poco el intimidante aspecto del Rey de Karasuno, Tobio Kageyama Sawamura.

Aunque trato, no logro discernir el rostro de la Reina. Habia algo, como una especie de niebla translucida, que camuflaba su cara. Lo unico que podia reconocer era su baja estatura.

La alta sociedad, como se esperaba, no lo recibio tan bien: Las costumbres ameritaban que en su primer baile, en este caso su ceremonia, entablara relaciones sociales que miembros de este circulo le ofrecieran. Pero los dichosos prefirieron ser espectadores, simples observadores, mientras charlaban entre ellos ¿De qué? Pues claramente de él, ya que habia sido el tema de conversación desde hace dias. Especialmente de las señoritas.

A pesar de ello, no requería compañía inmediata. A su lado, observador y su compañero de charlas , estaba su Rey, de quien colgaba de su brazo, bien escoltado. Yaku-san, como se acostumbraba en la etiqueta, los seguia unos centimetros mas atras, esperando alguna orden o inquietud de su Reina. Yamamoto, junto con otros guardias, se ubicaron parados en fila en los extremos del salón, vigilando la seguridad de sus correspondientes autoridades.

La musica rondaba al compas exacto, mas no molestaba en la labor social.

-Kenma.- Dicho su nombre, levanto la vista para mirar a su acompañante.- ¿Que te gustaria hacer? ¿Quieres comer o te gustaria bai-.?

El menor observo con confusión como la mirada de su Rey se centraba en un puñado de gente. No supo a quien con certeza, pero al ver como una expresión de disgusto adorno su rostro, Kenma quiso saber el "quien".

Su pequeño cuerpo fue atraído con viveza a un dulce beso de su amor. Se excusó con una pocas palabras y prometió volver a su lado, dejándolo al cuidado de Yaku-san. Se esfumó entre los otros.

Una vez solo, Kenma vagaba sin ánimos de intimar. Su laborioso sirviente le ofrecía comida y conversación.

-Por allí se encuentra el viejo Ukai-san. Es el jefe del Consejo de Karasuno. Es un tanto estricto pero muchos claman que solo busca el bien de su reino.- El rubio estaba atento a los murmullos de su vasallo.- Por alla estan los reyes de Tokonami. Son cercanos a Karasuno. Igualmente la realeza de Wakutani. En Nekoma, habitualmente, comerciamos con reinos a nuestro alrededor, excepto Fukurodani. Aquellos territorios aun estan en conflictos. Ese joven, quien esta rodeado de un montón de señoritas, es el principe del Imperio del Este, Tooru Oikawa. No busque compañía con él, es algo inmaduro y presumido.- Él asintió obedientemente.

La mirada del joven rubio se desvio, al igual que la mayoría de los presentes, ante la misteriosa llegada de un cuervo negro.

-¡HINATA-SAMAAA!.- El sirviente de ayer, Yamaguchi,  ingreso despavorido al salón.

-¡CUIDADO, KENMA-SAN!.-

¡TAM!

Un impredecible "ZAS" hizo el magnifico cuervo cuando se hizo humo a su alrededor, y un pequeño cuerpo cayo sobre del susodicho.

-¿Qué?.-

-¡Eres tu!.-

Tumbado en el suelo, Kenma levanto la mirada y quedo asombrado por lo que vio.

Brillante como el sol, adornado con joyas naranjas deslumbrantes en un fino vestido negro de encaje, esa pequeña persona que cayo sobre él era realmente bella.

Yaku-san, ademas de su Rey y Taketora, llegaron corriendo, desesperados por su bienestar. Otros presentes tambien se acercaron, por mera cortesía o curiosidad.

-¡Hola!

Sonriente y radiante, asi era la Reina de Karasuno. Y, como noto Kenma, era un hombre. Algo desconcertado, el rubio respondio a su efusivo saludo:

-H-hola. Soy Kenma.

-¡Yo soy-!.

-¡HINATA BOKE!

El pequeño individuo sobre él fue cargado por sus sobacos. Los fuertes brazos de aquel intimidante Rey fueron los que lo alzaron.

-¡HINATA-SAMA!/¡SU MAJESTAD!

-¡ALTEZA HINATA! ¿SE ENCUENTRA BIEN?

Su sirviente y varios guardias tambien llegaron a la escena.  El valeroso caballero, Noya-san, lo reviso de pies a cabeza. Lo mismo hicieron con él, para saber si estaba bien.

-¡KENMA!

-Jajajajaja...

Absorto en la confusa sensacion, comenzó a sentirse mareado. Lo ultimo que recordó fue la mención de su nombre en boca de su preocupado Rey, y la risa traviesa de Hinata.

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2021 ⏰

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Magia y Realeza (Haikyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora