[Twisted Wonderland] Como el sol (Floyddle)

★Amarillo; Tick tack: Tu amor es un juego, el mío es verdadero★

Si había algo de lo que Floyd estaba seguro, es que el pequeño cangrejo definitivamente llevaría al pececito dorado a Mostro lounge. Era algo que le convenía, al fin y al cabo, y ¿qué mejor excusa que un cumpleaños en el que no estaba interesado en lo absoluto?

-Floyd, sé lo que estás pensando, y te pediré que por favor lleves tus asuntos fuera de la celebración de Jack. Nos pidieron que sea una fiesta decente, y sabes que los tratos no pueden fallar, ¿no? -Bramó Azul con tono imperativo, provocando una queja audible en el más alto.

-Pero Azul~ no será divertido.

-No tiene por qué serlo para ti, menos esta vez. -Se quejó el muchacho de gafas-, ayuda a Jade a terminar de ordenar. Al final, mandé la invitación a Heartslabyul. Considera esto como una deuda saldada. -Señaló, e inmediatamente sintió la puerta cerrarse.

Bueno, Floyd fue el que pidió organizar las listas de música y lo demás. Tendrían que atenerse a las consecuencias.

No sabía por qué los peces olorosos de Pomefiore habían pedido temática de máscaras en un cumpleaños, pero si algo estaba completamente en su juicio crítico, era que detestaba usar corbatas ajustadas. El azul no le combinaba tan bien como el morado en sus ropas, de eso estaba seguro.

Mientras organizaba las cosas, pensaba en qué podría hacer para matar el tiempo, ¿y si el prefecto de Heartslabyul no asistía? de todos los días, justo ese no podría salir a buscarlo hasta que fuera tarde, muy tarde, y no le molestaría romper unas cuantas reglas, pero necesitaba dormir.

Suspiró sintiendo el mal humor emerger, por algo tan básico como un desliz de sus manos.

El ambiente era demasiado sintético. Mascarillas de plástico, música aburrida, lenta, y aunque le gustaba muchísimo la música, estaba seguro de no querer dormir por el momento.

Hasta que lo vio entrar, prístino, elegante, como si buscara algo con una dignidad mal simulada que le causaba diversión.

Bueno, Azul dijo que debía atender a los invitados, ¿no? De cualquier manera, él siempre obedecía la parte de la orden que le convenía.

Cuando se acercó a Riddle, fue lento, con una presencia ordenada e incluso juguetona. El pelirrojo alzó una ceja en cuestión.

-¿Vienes por mí? -Indagó el muchacho, y Floyd extendió una de las bandejas de comida que contenían algunos dulces.

-Oh~ ¿qué crees tú? -Contra-atacó con otra pregunta, mientras veía cómo Riddle tomaba la galleta y la empujaba contra su boca con lentitud.

Tentador.

Justo en ese momento, no lo despreciaba, y la música comenzó a sonar siguiendo la programación de Floyd se había instaurado. Fue todo fríamente calculado para extender su mano y atrapar la mirada confundida del pelirrojo.

-¿Bailas, o debo pedirte prestado? -Preguntó el más alto, tomando su mano antes de que el más bajo pudiera negarse.

Y accedió tan rápido, que Floyd tuvo que simular su sorpresa.

"Oh, ¿hoy sí me quieres, pececito?" pensó, mientras Riddle bajaba la mirada hacia sus pies, como si quisiera conseguir coordinación.

Si el brillo en los ojos del nacido en agosto era distinto, tal como el menor lo había notado, entonces quizás necesitaría ser más claro con las señales que le estaba dando a su compañero.

Riddle no lo conocía en lo absoluto, pero ahí parecía, hipnotizado como si de una presa se tratase, atraído por la luz que se le cruzaba en frente.

No sobreviviría entre tantos depredadores, pero Floyd estaba dispuesto a cuidarlo. Si atraerlo a él con trampas era la forma en la que conseguiría un poco de su atención entonces...

"Adelante" instó una voz interna, mientras su mano rodeaba la cintura del pelirrojo de ojos platinados, que se estremeció ante ese toque y lo miró con el ceño fruncido.

-No invadas mi espacio personal. -Le dijo, y sin embargo, no lo apartó de forma abrupta, como si repentinamente lo aceptara.

Floyd no podía decir que estaba totalmente confundido debajo de esas luces amarillas, violeta y rosadas que decoraban todo. La música de salón mientras Epel trataba de bailar con Jack, que parecía tener dominio de la situación, era realmente relajante.

El chico tritón sabía que ese tipo de ambiente era peligroso. Quería llevarse a Riddle lejos, muy lejos, y entonces perderse al ritmo del "tick tack" desordenado del reloj.

Quería que sólo lo mirara a él, porque la vista de un pececito dorado buscando a su depredador en medio de todo el océano de gente era definitivamente lo más encantador que había tenido el placer de admirar.

Y deseaba con todas sus fuerzas, escuchar a Riddle suplicar con sus palabras una muestra de cariño, aunque fuera ínfima.

Ese sentimiento de anhelo, ¿sólo él lo tenía? ese sentimiento de posesión ¿no podía sólo irse? el amor de Riddle parecía inestable.

En realidad, hablar de amor era demasiado idealista. Se entretenía con él, sólo eso.

Cuando sus pensamientos volvieron al muchacho frente a él, Riddle lo miraba con curiosidad. Floyd, con una sonrisa, y ayudado con las luces de baja intensidad, se inclinó ligeramente hacia su rostro, y sonrió.

-¿Qué tienes? tu mirada dice...

-¿Uh? ¿qué dice mi cara? -Preguntó Riddle-, como digas una estupidez, te juro...

-¿Que quieres que te bese? es una pena, pececito, estamos en público~.

Espero la reprimenda de Riddle, que había prometido brindar si decía alguna tontería. Nunca llegó. Lo que lo confundió aún más.

"¡Ah! ¡no puede simplemente hacer este tipo de cosas, que hacen que quiera apretarlo fuertemente!" se quejó internamente Floyd, mientras veía al pelirrojo con un tic en el ojo tratando de aguantar la vergüenza. Si sólo fueran menos complicados, si sólo el más bajo no fuera tan terco, si sólo...

-Ah. -Maculló Riddle-, supongo que hablaremos de eso luego.

... Si sólo olvidara sus temores, ¿sería todo tan tedioso?

Las acciones de Riddle, lentas pero decisivas, contrastaban con las de Floyd, veloces y poco significativas para el resto.

Pero Riddle lo miraba como si tuviera todas las respuestas del mundo.

-Supongo que estás listo para decir cuánto me amas.

El líder de Heartslabyul lo miró con enfado.

-No abuses de tu suerte, Leech. Puedo irme cuando lo desee también.

Pese a que dijo eso, las luces amarillas continuaron sobre su rostro toda la noche.