★Verde; Átomos Dispersos: reconozco que el invierno no ha podido ser mejor★

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La mañana después de ese baile se sintió extraña. Como si la ligereza en los pies de Riddle significaran una resolución, cuando en realidad Floyd sólo había mencionado ese contacto casi fantasmal en ese baile que se sentía sacado de un sueño, que por cierto, tuvo que dejar antes que el resto, cuando la noche acabó para Heartslabyul.

Si era sincero, no se sentía bien con la situación. Pero al menos había dado hincapié a todo ¡y no había huido! definitivamente sería capaz de enfrentarlo.

Durante sus horas de estudio autónomo, decidió salir al jardín de rosas. Cada muro verde le hacía sentir protegido, con un relajo intrínseco que no sentía desde hace mucho, cuando la confianza en sí mismo y en sus acciones no parecía ser juzgada por nadie.

Le gustaba esa sensación de lo conocido. De las hojas llenando sus sentidos, del entendimiento de la paz que tenía mientras repasaba algo de la clase de historia mágica, en lo que trataba de memorizar ese hechizo que parecía complicado, pero que tenía un patrón que ya había conseguido descifrar...

No podía concentrarse en lo absoluto. Las cosas habían cambiado desde ese día donde el laberinto de rosas había sido su refugio cuando sintió confusión, miedo, dudas, cosas que en su momento le habían causado terror e inseguridad. Cosas que creyó dejar en el pasado, que revivieron porque algo en su vida se desmoronaba una vez más.

Pero Floyd, de forma implícita, le prometía paciencia acompañada de bromas molestas y palabras que siempre lo harían enfurecer.

Si era sincero consigo mismo, no sabía cómo es que se sentía tan tranquilo en ese momento, aunque fuera con la distracción en su máximo nivel. 

La sensación fantasmagórica de tener a Floyd cerca de él, bailando y haciéndolo distraer en todo momento; los recuerdos de los pasteles que el más alto llevaba a su dormitorio con el afán de hacerlo quedar en deuda con él, y todo se volvería un círculo vicioso del que no sabe cómo ingresó, pero del que parecía querer salir.

Tenía que reconocerlo, aunque se sentía un poco decepcionado de él mismo porque ¿no era casi imposible que se gustaran? ¿por qué de repente todo era tan distinto entre ellos, que parecía dar señales de un avance con nombre distinto al de amistad?

Estaba cansado de esa volatilidad de su propia persona.

Era una buena época, aunque quisiera negarlo porque ¡diablos! la presencia de Floyd era molesta, insoportable, intolerable, la mayoría del tiempo estaba enfadado con el muchacho más alto porque simplemente su existencia lo convertía en alguien irascible, entonces ¿por qué...?

-Mnh, en el laberinto de flores, Floyd-senpai. —Escuchó de la voz de Deuce, tranquila pero segura—, si estudia historia de la magia, debes ir a la izquierda. Si es alquimia, a la derecha. —Indicó con naturalidad, sacándole una sonrisa a Riddle.

Spade conocía su rutina, porque vivía en Heartslabyul, ¿qué había de Floyd? porque el pelirrojo sabía que Deuce no le dio su horario esa tarde.

-¿Izquierda entonces, no? —Preguntó sin esperar respuesta—, ¡gracias, pequeña Caballa! ahora piérdete, no necesito que alguien más que las paredes oigan nuestra charla~. —Dijo con un tono poco intimidante, que sin embargo decía todo.

Riddle tragó pesado en lo que cerraba su libro, y despejaba la banca en la que estaba sentado, donde los libros se apilaban uno encima de otro, y respiró profundo.

"Interrumpió mi tiempo de estudio..." pensó el más bajo, observando cómo la presencia del menor se asomaba por el desvío que conducía a su banca favorita "supongo que tendré que reprenderlo" continuó su pensamiento, mientras sentía cómo Floyd tomaba asiento a su lado.

-Hey~ estoy aburrido, ¿ahora sí podemos hablar? 

El pelirrojo cruzó sus brazos por sobre su pecho, y exhaló pesadamente para dar a conocer su disgusto.

-Claro, podemos hablar, dado que le pediste a Spade que se fuera y no me dejarás estudiar, ¿crees que el sitio es el apropiado para que resolvamos el problema de esta relación extraña que llevamos? —Lanzó de forma abrupta, sintiendo que un dolor de cabeza se formaba en él por el estrés que le causaba la espontaneidad de Floyd.

Definitivamente no entendía por qué su cuerpo tenía que reaccionar de formas tan patéticas frente al muchacho más alto que parecía procesar las palabras de Riddle lentamente, tratando de encontrarles un sentido.

-No lo sé, ¿hay alguna regla sobre los besos en el jardín de rosas? si es así, tal vez debamos ir a tu habitación.

Riddle sintió que los colores subían a su rostro.

-¡Tú!

-¡Yo! —Respondió Floyd—, deja de darle vueltas, pececito. Ya me estoy cansando~.

Pese a que le dijo eso, el pelirrojo pudo sentir cómo el hombro de Floyd se acomodaba cerca suyo, y le permitía recostarse allí, donde había paz. 

Donde las hojas verdes eran testigos de cómo el de ojos platinados mordía su labio inferior, inhalaba profundamente, y cerraba sus ojos tratando de reducir el calor en su rostro.

-Mnh. Bueno, ¿qué quieres saber, Leech? seamos sinceros. También estoy cansado. Pero si dices algo estúpido, lo que sea que resulte de esto se irá al traste, ¿entiendes?

Floyd se carcajeó ante eso.

-Oh, pececito, creí que sabías que soy más listo que eso~.

[Twisted Wonderland] Como el sol (Floyddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora