6. Cambio de rumbo

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Prometo que acababa de llegar, seguí el ki de Vegeta para venir-se excusó el saiyajin. Bulma le había reprochado ya varias veces por aparecerse de esa forma-Como ustedes iban en la escalera aparecí ahí y me caí-dijo, tenía un chichón en la cabeza dado que había impactado en el suelo con esa parte de su cuerpo.

¿Qué diablos quieres?-preguntó Vegeta, le irritaba que el saiyajin estuviera allí. Al parecer no lo había visto besar a la peliazul, si es que lo que decía era cierto.

Solo venía a ver cómo estaban-dijo Goku rascándose la cabeza con nerviosismo-Quería ver si se estaban llevando bien ya que ahora conviven a diario, además también quería visitar a Bulma-se excusó. Realmente había acudido para ver si ya estaban juntos, sabía que no en mucho tiempo Trunks debería ser concebido.

Iba a ir a darme un baño-dijo Bulma con cansancio por tener que hacer de anfitriona a su amigo-¿Quieres que te sirva algo de comer?-preguntó con toda la amabilidad que pudo reunir. Le había fastidiado un poco que hubiera arruinado su acercamiento al principe saiyajin.

Creo que los dos necesitan un baño-dijo Goku al verlos a ambos. Observó que Bulma usaba ropa de trabajo mientras que Vegeta estaba con equipo de entrenamiento-Quizás vine en un mal momento, podría venir otro día que no estén ocupados-se excusó, enfrentarse a los dos lo ponía nervioso. Quizás si se quedaba más tiempo allí podría perjudicar la futura existencia del muchacho de cabello lila.

¿Ya te vas? Pero si acabas de llegar -dijo Bulma a modo de reproche -Nunca vienes-cuestionó nuevamente. El saiyajin solía acudir a ella solo cuando necesitaba alguna cosa.

Bueno, podría quedarme a comer algo. Aunque debo volver pronto, me escapé de Milk para venir-dijo sonriente, Bulma sabía que a su esposa no le agradaba que fuera muy seguido a la corporación cápsula.

Vegeta, tu adelántate, yo te prepararé un café para cuando bajes- dijo la peliazul con una expresión tranquila al saiyajin. Bulma se fue rumbo a la cocina y le indicó a Goku que la siguiera con la mirada.

Vegeta simplemente se dispuso a terminar de subir las escaleras rumbo a la habitación. No sabía si estaba furioso o agradecido de que el saiyajin los hubiera interrumpido. Realmente había disfrutado de aquel contacto con la mujer, no podía racionalizar cuando la tenía entre sus brazos.

Ella olía demasiado bien, incluso con manchas de aceite y con aquella ropa holgada que usaba para trabajar se veía increíble. Era completamente irresistible, nunca podía evitar que ambos estuvieran cerca. Las circunstancias parecían atraerlos irremediablemente.

Llegó a su habitación para poder tomar una ducha, estornudó en cuanto entró en ella. No había sido muy acertado de su parte permanecer en el ambiente frío con la ropa ligera que se encontraba usando. La baja temperatura comenzaba a inundar los rincones de la corporación.

Entró a ducharse intentando procesar lo que había pasado. Sentía que estaba acostumbrándose a probar el sabor de los labios de la peliazul y aquello lo asustaba. No era solamente una sensación placentera la que lo hacía querer volver con ella, sentía algo más que no entendía demasiado de qué trataba. No creía haber experimentado algo igual antes.

Mientras tanto, en un planeta algo lejano a la tierra, un alienígena de tez blanca y fisonomía escuálida estaba postrado frente a una corte. El mismo estaba encadenado al suelo sin posibilidad de moverse. No parecía poseer una gran fuerza. Había muchas personas allí que parecían ser habitantes de aquel planeta, aparentaba ser una especie de juicio.

Aquella aglomeración de gente se encontraba en un distinguido edificio, parecía elegante, casi como si fuera parte de un palacio. El color rojizo predominaba en su decoración.

Cambios del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora