꧁CAPITULO 11꧂

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-Te vez hermosa, mi amor.- le dijo su madre quien se encontraba sentada en una de los asientos de la Boutique.- Aun no puedo creer que te vayas a casar.

-Ni yo, aun cuando despierto sigo preguntándome que en menos de dos semanas estaré ante el altar.- y era cierto, habían noches en las que no pegaba un ojo por pensar en su boda; luego venia el miedo, la angustia porque algo pasara después venía a su mente lo hermoso que seria y lo feliz que estaría después de eso.

-Me dijo tu padre que piensas pasar tu luna de miel en Francia.- se sentía mal por sus padres porque ellos quería que fueran a otro lugar todo eso paso a segundo plano cuando Cami les dijo a donde irían finalmente.- Aun puedes cambiar de opción.

-Mama ya hablamos sobre esto.- su madre no estaba tan contenta por lo que hacía Camila, fue después cuando terminaron de hablar, esta le escucho decir a Sebastián sus razones para ir a Francia.

Quería que su futura y no tan lejana suegra la conociera y ¿porque no? también poder hacer que esa mujer la aceptara como su nuera.

En su opinión su hija no necesitaba ninguna aprobación para ser la elección correcta de esposa, de ningún hombre y no porque fuera su hija; esto era aparte, Eleanor veía en su hija algo que siempre ella llevaba y era que cualquier cosa que quisiera ella lo obtendría; Así que la aprobación y la locura que tenía en mente Camila era algo erróneo.

Una esposa no nace siendo perfecta, ni correcta; aprende a hacerlo.

Cuando llego a la oficina ese día Camila recibió una noticia, sorpresa había alguien que estaba interesado en ser parte de un proyecto nuevo. Era un mensaje que le llego apenas encendió el monitor y como cada mañana las leyó.

Camila Leblanc

Me dirijo a usted para pedirle que me otorgue una audiencia, estoy interesado en poder ser parte del proyecto.

D.H

D.H que significaba, ni siquiera especificaba su nombre como podía estar segura que era confiable, finalmente Camila mando a revisar de donde mandaban los correos fue tanta su sorpresa ver que eran de una empresa secundaria a la de su prometido, eso quería decir que eran empresas amigas, empresas que pertenecían al apellido Leblanc pero el dueño del correo no llevaba ese apellido, tenía uno diferente. Camila tenía la impresión de que era un empleado que sería enviado para hablar con ella, a su parecer todo era muy turbio y extraño; En el mundo de los negocios siempre asiste el dueño o el segundo al mando. Decidida contesto al mensaje, aceptando una reunión en unas horas, al momento de mandarlo le llego uno nuevo.
Muchas Gracias. Camila.
Al lugar llegó un poco después de lo acordado, cuando atravesó la puerta del lugar diviso que era uno de esos muy tranquilos, perfecto para hablar a ella llegó una señorita que le indicó por dónde ir.

-El señor la está esperando.- le dijo después de llegar una puerta que daba entrada a un espacio privado.

-Gracias.-Él estaba parado mirando hacia las afueras de los cristales que daban un panorama completo de un jardín del lugar cuando volteo a verla nunca se imaginó que lo volvería ver y menos en esa situación.

-¿Tu?- aquel hombre que se acercó para ofrecerle sus abrigo aquella noche de la fiesta estaba frente a ella, los mismos rasgos varoniles se acentuaron más, esa mirada seria y atrayente hacia ella.

Dan Hiller

Ese es su nombre, edad de 26 años, exitoso empresario que llevaba a cargo una de las más importantes empresas, era como buscar una aguja en el pajal porque su reputación estaba casi intacta, casi no aparecía nada de él, ni que decir de su vida privada.

-Señorita Bécquer.- de perfil era muy guapo, su cabello negro, su piel casi blanca lo hacían lucir más joven a la edad que tenía.- Mucho gusto, Dan Hiller

-No sé si siento lo mismo, pero me da gusto conocerlo.- Dan sonrió ante eso. Camila era muy a pesar de verse las más fuerte era muy tierna sin darse cuenta.

Durante su conversación Camila se dio cuenta que el no expresaba de mas, sus gestos eran tan leves que parecía que no mostraban nada en cambio Dan desde ese día sintió algo por ella, no fue hasta que se enteró que su hermano estaba comprometido con ella y como siempre hacia; tuvo que poner un muro que evitaba a toda costa sentir demasiado por ella, pero al menos admirarla no estaba prohibido como era de suponerse su hermano tampoco le había dicho o hablado de él, si no Camila lo hubiera reconocido.

No era asunto de él que su hermano no le haya contado aun, lo entendía las razones eran justas pero también iba a comprender a Camila cuando ella se enterara Camila aun no sabía que aquel hombre sentado frente a ella era muy futuramente su cuñado.

Dan era uno de los hijos del señor Leblanc, y su prometido era su hermanastro de él, hermanos del mismo padre pero no de la misma madre.

-De acuerdo, le are llegar el documento para su firma del contrato.- una de las cosas que admiraba de Sebastián era la fuerza que tenía para conseguir lo que quería a costa de todo, eso no era para él, nunca ha sido para él; Pero ahora que su vida ya no le pertenece a su familia y que ya no era necesario depender de ello, era libre, sin embargo después de que su padre murió y ante esto le dejo como herencia una parte de él, sentía que estaba atado a darle el gusto a el hermano de dejarle todo.

Dan Hiller era un caballero y por ninguna cosa dejaba de serlo por más que por moría cometerlo y Camila era una de las cosas que a Dan le daba miedo pues por ella estaría a cometer lo que sea a cambio de verla bien.

-Bien, fue un placer haber podido hablar con usted.-

-Yo tengo muchas dudas.- sabía que lo preguntaría, Dan lo veía cada vez que la encontraba mirándolo calculando todos sus movimientos.

-No era normal sentir que al encontrarte de nuevo al tipo que además de no conocer te haya dado su abrigo, diciéndote que muy pronto sabrías de él.

-No quería causar mala impresión es solo que la vi sola y quise ayudarla.- Camila pudo ver que reflejaba en su mirada la verdad.- Le pido disculpas si la asuste.

Camila sonrió.- Bien, Ya no tiene por qué tratarme de usted, ya nos conocemos y creo que ahora que nos veamos más seguido por lo...- Camila lo veía y sentía que lo conocía de algún lado pero no encontraba en dónde.

-Debo llamarla solamente Camila, si está de acuerdo con eso.

Después de todo Dan ya no podía hacer nada, sus sentimientos estaban presentes y por más que lo intentara ella estaba próxima a contraer matrimonio, Camila estaba feliz. ¿Qué más podía hacer?

La tempestad muchas veces no avisa otro si, de igual manera y como cualquier otra persona se guardaría y dejaría que pasara y no por ser cobarde porque en sus ojos veía una felicidad y para él estaba bien, no competiría con su hermano.


         Eve.P.B.


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