꧁CAPÍTULO 9꧂

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Camila siempre había sido fiel a lo que sentía, de un momento a otro su vida se vio opacada por la tristeza de no tener a su padre cerca, pero poco a poco fue sobrellevándolo al menos eso era lo que se hacía creer; sin embargo el ritmo que tomaba su vida ahora es muy diferente a lo que había pensado.

Hace un año en Nueva York se dijo que su objetivo principal era llegar a la altura y a un puesto que sería suyo por obviedad de buena manera, ahora con esas semanas lo único que podía pensar era lo que pasaría al día siguiente. Mañana se cumplirían cinco meses de estar juntos Sebastián y ella, y por lo tanto no tenía planeado nadan ni siquiera un regalo; pero para hacerse sincera no era tan necesario hacer una revolución por solo cinco meses, le daba un poco de pánico que lo celebraran cada día como si fuera el ultimo y al final solo fuera eso un noviazgo.

Los cinco meses que habían pasado fueron como agua filtrándose en la tierra, se fueron así de rápido y decir que el tiempo que comparte con Sebastián era lo peor sería una vil mentira. Sebastián era tan guapo, serio pero cuando estaba con ella demostraba todo lo contrario -eso sí solo con ella- cenaban, salían juntos y a veces se quedaba con él a dormir en su departamento o en la de ella pero siempre cuidando la privacidad de cada uno a veces estar con la misma persona siempre agobiaba, pero su relación iba bien.

Era de noche estaba en su departamento, sola tomando un baño en la tina, Sebastián no estaba se había ido a Francia a ver algunos asuntos de su empresa por lo tanto era viernes en casa sin hacer nada más que dormir.

Quería saludar a Sebastián puesto que todo el día de ayer y hoy no se habían hablado ni mandado un mensaje, así que tomo el celular y marcó a su número le impresionó la rapidez en que tomó su llamada, pero a ella le sorprendió más al saber que la voz de una mujer la recibía.

-Ciao, ¿chi parla?- al principio pensó que era un error el numero pero no, porque lo verifico y si efectivamente ese era el número de Sebastián- Ciao?

-Ehn... lo siento este es el número de Sebastián- Camila había estudiado Italiano en la universidad pero no lo aprendió, pero tampoco era difícil saber qué había preguntado quién hablaba.

-Lo siento no sabía que hablaba español- dijo la mujer a otro lado de la línea.- Si este es el número de Sebastián ¿Quién es usted?

-Eso no importa, solo olvide que llame, adiós.- y colgó.

¿Quién era esa mujer y porque contestaba las llamadas de Sebastián? acaso la engañaba, era acaso que mañana volvería con la noticia de que ya no estaban más juntos, ni siquiera podía evitar las miles de escenas que haría Sebastián para humillarle sin saberlo, el agua de la tina se sentía fría, todas las ganas por disfrutar su fin de semana se habían esfumado ahora solo quería encerrarse bajo sus sábanas y si era necesario llorar por la tristeza de recibir ese golpe.

Se vio interrumpida por el sonido de su celular, al mirar la pantalla se dio cuenta que era su amiga Fani, así que contestó.

-¿Si?- dijo casi inaudible.

- ¡Hey! Cami? ¿Qué tienes?- pregunto Fani, hace mucho que no se veían así que llamar a su amiga y oírla así no era muy buena idea y menos por lo que le iba a proponer.- Sigues allí

-sí, estoy bien.

-Segura, no te escucho muy convencida paso algo.- era mejor olvidar el tema ya mañana seria lo que fuera,- Bueno deja eso atrás y ven a bailar conmigo.

Dijo emocionada Fani, hace mucho que no salía un bar o a esas discotecas en donde iban los adolescentes y jóvenes, hace mucho que no se divertía.

-Fani, ahora no, puede ser en otra ocasión.- pidió saliendo de la tina.

-Hay Cami, si no es ahora ¿cuándo? estoy en la ciudad y tal vez en una semana me vaya y eso si es que no lo adelantan.- dijo Fani.- Dale si además vas a divertirte, vamos a tomar unos tragos y ya.

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