꧁Capitulo 21꧂

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La casa de Camila era del tamaño justo perfecto para ellos, al principio pensó que era mucho pues solo eran ellos dos, sin embargo ahora no lo parece.

Están trabajando en lo que seria el cuarto del bebe, Carolina la estaba ayudando en todo el proceso y ahora solo le daban algunos retoques que necesitan antes de que venga el bebe.

Su madre le había dicho que estarían con ella un mes antes de que naciera su nieto, y Camila anhelaba que llegara ese día, habían sido cinco años desde que no veía a sus padres, al menos no como quería. Porque a pesar que casa mes iba para ver asuntos de la empresa solo era para eso pero todo eso paso cuando estaba esperando a su bebe y desde los tres meses ya no iba al menos Dan la ayudaba de ves en cuando.

Últimamente Camila se cansaba y al menos para ella  pensaba que durante el embarazo era normal así que no le daba importancia aunque sabia que debía cuidarse. La maternidad no era fácil.

Otra cosa que también pasaba era la compañía que le hacia la madre de Sebastián porque si ella ayudaba en en cuarto del bebé o al menos a traerle cosas que le servirían a el. A pesar de todo Vanessa quería a su nieto y al igual que su hijo y la familia de su nuera lo esperaban con ansias.

-Es bueno que Sebastián haya hecho su parte desde antes.- Mencionó la madre de Sebastián.- lo sabes no?.

Pregunto esta al ver el desconcierto de Camila.

-No te lo ha dicho.- decirle que exactamente.- Sebastián saldrá de viaje dos semanas.

Camila no sabia nada sobre eso y eso le causó un retortijón es su pancita, inmediatamente puso su mano encima de esta acariciando la; como si con eso la tranquilizara.

Carolina se había ido y Vanessa se quedaba siempre era así al menos desde el florecimiento de su embarazo temía Sebastián que pasara algo así que siempre procuraba tenerla con alguien en casa.

-No no sabía, supongo que me lo dirá antes que se valla.- y no dijo nada más porque eso era conversación de ella y Sebastián y de nadie más.

Y así fue, Vanessa dejo la casa de Camila al anochecer justo cuando llegó Sebastián.

Su mujer no lo recibió como normalmente lo hacía; suponiendo que ni bajo para recibirlo, cinco años de matrimonio y ya sabía que su mujer estaba disgustada e incluso molesta por algo, y temió que su madre la haya hecho mención de lo que tenia planeado hacer durante las siguientes semanas.

Y no porque lo quería ocultar si no que el debía decírselo y no otras voces de su alrededor.

Sebastián debía  decirle que esas dos ultimas semanas iba a estar fuera de casa; lejos de su mujer y aunque no era conveniente debía hacerlo así que durante la cena se preparo para decirle lástima que antes su madre le había hecho mención de eso a ella.

Su madre siempre siendo tan inoportuna son cosas que no cambian.

Camila se cambiaba la ropa llena de pringas de pintura, mientras veía como su esposo la evaluaba completa, sabía que le gustaba verla en esa faceta donde nada la cubría tal vez así el podía verla sin reparo, y podía tocarla sin ninguna interrupción pero lo que mas le gustaba era pasar la mano, y besar en donde crecía su bebe adoraba como se movía en su contacto revisando la piel de su madre. Sin duda seria un niño muy hermoso.

Se acercó lentamente para no forzarla a nada, sabia que los sentimientos se ponían muy intenso en la etapa de maternidad, algunas veces la encontraba alegre y otras simplemente parecía sacarlo todo con lagrimas y en algún punto a Sebastián le preocupaba pues parecía ver lo que ella sentía verdaderamente.

Ella no hacia mención después pero todo eran recordando lo que había vivido de niña. Dolía así era, el lo había sentido no del mismo modo pero si.

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