XXXV. Los Evidentes Actos

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"Alex no ha hablado durante una semana ¿Sabes?" Señaló Samantha durante su almuerzo, donde se había entretenido en una corta conversación con su mejor amiga, pues Lena había cedido a un descanso de no más de quince minutos

Lena no respondió, ni siquiera podía hablar del tema por ser lo suficientemente incómodo así que lo ignoró -quizá tenga algún problema en el trabajo, dale un poco de espacio, Sam, y sobre todo no la abrumes con preguntas -se aseguró

"ella sabe que puede decirme todo, pero supongo que tienes un tanto de razón" en un suspiro dio aquel tema por cerrado "¿Algún plan para las fechas?"

-Kara irá en Navidad a Midvale, quiere que le acompañe, supongo que le dirá a Eliza sobre nosotras -contó animada

"¿Dejaras el teatro?"

-es navidad, Sam, además le prometí que me mantendría cuerda respecto al teatro

"Increíble" no profundizó puesto que simplemente estaba feliz por su amiga "será agradable, siempre vamos a Midvale en estas épocas del año, y aunque amo Nueva York, prefiero las calles tranquilas de Midvale, te encantará"

Sería diferente, sus navidades eran inciertas. En ocasiones los Luthor aparecían en Nueva York para celebrarla, y en otras instancias viajaba a algún lugar de Europa o aparecía en la casa de los Spheer, haciendo que la familia de alguna forma creyera que en verdad tenían una relación. Pero este año sería diferente, Kara había aparecido en su vida, y con ello había traído la calidez y la añoranza de que permanecieran en compañía.

Dos días antes del viaje se había entretenido entre compras navideñas, enviaría algunas por correo hacia sus padres y otras la llevaría consigo hasta Midvale. Le fue difícil despegarse un poco de Tribeca, pero había hecho una promesa y ella siempre las cumplía.

Empezó a acostumbrarse a la acción de Kara, quien aparecía en la construcción del teatro con algún almuerzo entre sus manos, se marchaba con rapidez hacia la galería o casa para seguir con alguna pintura. Eran rápidas las visitas pero de alguna manera la cautivaban. Lena al finalizar el día se encaminaba a Yards o a Greenwich Village, antes deteniéndose en algún restaurante para así disfrutar la cena con Kara Danvers.

Las noches se giraban después de la cena hacia alguna película ya fuera en el piso de Kara o en el penthause de Lena. Parecían entretenidas en el televisor para ceder a caricias inocentes que se convertían en algún tipo de juego entre ambas para después culminar en diferentes maneras de amarse. Eso era, una relación que comenzaba los cimientos estables, y Lena lo supo, aquello comenzaba a fortalecerse

Los fines eras poco planeados, los sábados por la noche recurrían en Brooklyn, entre bares de Jazz, algún club de cine clásico o parques con artistas callejeros. También entre caminatas a distancia sobre las calles iluminadas, eso era lo que Kara Danvers adoraba, aquellas conversaciones extensas entre ambas.

Los domingos se teñían de cualquier situación: en la casa de Arias-Danvers en donde Jack Spheer se les unía momentáneamente. En ocasiones solo era estar frente a la televisión, en otras ocasiones Lena se entretenía en la cocina horneando galletas, un pasatiempo que pudo conocerle Kara, era encantador verla con el delantal y con el rodillo de repostería en mano.

Conocer a Lena y sus pequeños detalles fue lo mejor. Kara conoció sobre las decenas de tapetes tejidos, su gusto por la literatura contemporánea, su repentino gusto de viajar en metro, conoció aquella colección de autos a escala, y aquella costumbre de dormir con calcetines gruesos, Lena ordenaba alfabéticamente todo; desde sus tarjetas de crédito hasta las películas, libros o discos de acetato. Esa era Lena Luthor, aquella mujer que había aparecido en ese bar de Jazz

My Pretty Sleeper [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora