XXVI. Las Ideas Vendrán Al Verte Dormir

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Lento; casi como una caricia simplemente, tentador y desbordante, como si intentara que el ritmo no necesitara pausarse para así buscar recuperar la respiración, guiándose entre las comisuras de sus labios, conociendo cada detalle de ellos en un roce tentador. Intenso; jadeante, con sus lenguas mezclándose, húmedo y certero, tirando ocasionalmente del labio inferior, mientras las respiraciones descolocadas se mezclan entre sí, provocándose la una a la otra, mientras el sentimiento crece deseando aún más que solo eso

Lena la sostuvo entre sus brazos, no había palabras en ese instante más que las diferentes maneras de besarse que habían experimentado sobre ese sofá blanquecino. Casi desconectadas del tiempo mientras ambas sonreían entre los labios de la otra, y las miradas en complicidad que podían decir demasiado.

Había tiempo de hablar después, de eso estaban seguras, ¿pero por qué detener aquel momento?

Ella no había podido ajustar sus pensamientos debidamente, las palabras de Lena aún resonaban en su mente y su sonrisa pareció insistir en su interior por algún tiempo, sí, todo parecía un buen sueño, un increíble sueño, y ella sabía mucho sobre ellos.

En un instante Kara retrocedió, y un bostezo decoró el momento, se llevó las manos al rostro avergonzada por interrumpir aquel momento, pero lo sabía, había pasado demasiado tiempo, antes de llegar a Yards y el que habían ocupado en hablar y besarse. Lena le sonrió enternecida retirando sus manos de su rostro, Kara pudo descubrir ese tipo de sonrisa en ella y le pareció encantadora

-ven aquí -la ojiverde extendió sus manos y Kara tomó aquello, recostó su cabeza sobre las piernas de Lena, quedando demasiado cómoda sobre ellas mientras memorizaba aquel gesto

-¿prometes que estarás aquí cuando despierte? -cuestionó la ojiazul mirándola desde su posición

-¿irme? Aquí vivo, tonta -respondió Lena poniendo los ojos en blanco con gracia

Kara figuró una pistola con sus dedos y la llevó a su sien fingiendo dispararse -me refiero, así, como estamos en este momento, que seas tú lo primero que vea al despertar, a eso me refiero –explicó como si aquello fuera obvio

-Brooklyn, aquí estaré, lo prometo -respondió sorprendiéndose de sí misma por la profundidad que había utilizado

-en realidad soy de Midvale –la felicidad de Kara insistió

-Kara, solo duerme -respondió Lena divertida retirándole las gafas

Y Kara Danvers se desconectó del mundo, durmiendo profundamente en medio del enorme salón, en ese sitio donde jamás contempló que sucedería

No era difícil hablar de sentimientos para Lena Luthor, ella siempre decía lo que pensaba y podía expresarlo perfectamente en su rostro. Nunca le importó la idea de sellar aquello para convertirlo en sentimientos encerrados, mientras tendría que hablar de ello en el diván de algún psicólogo, no. Aunque sus sentimientos siempre fueron algún tipo de molestia, fastidio, orgullo e indiferencia, todo aquello formaba parte de lo que regularmente sentía hacia las situaciones o personas. Con excepción a lo que le apasionaba: el teatro, sus mejores amigos, su padre o su madre. Ella hubiera añadido a esa lista a Lex pero sabía perfectamente que no podía permitirse mentir después de lo que el hombre hizo. Aun así, en ese instante no hubo los sentimientos desagradables ni nada de ello, y sí, consideró el hecho de que Kara Danvers había entrado a ese pequeño círculo de sentimientos más que agradables desde hace un tiempo. En ese bar de Jazz en específico, donde pudo quedar cautivada por la mirada distraída, la sonrisa radiante, la conversación que fluyó y las manos salpicadas de óleo

Suspiró, llevó su mano a la cabellera rubia mientras se entretenía en el rostro descansado de ella. Tan apacible y encantador, podía mirarla dormir por los próximos meses, negó

My Pretty Sleeper [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora