XVIII. Renunciar A Las Oportunidades

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No, no era un primer beso, ambas estaban conscientes de ello. Aún el sabor ácido de la bebida estaba presente. Era un beso acelerado el cual habían llevado a la memoria como la primera vez, casi inexperto y torpe. El entusiasmo de Kara era palpable en él, pues había sido ella quien lo había iniciado, quien marcaba el ritmo y quien había eliminado las distancias para atreverse a ello. Sí, era así como lo recordaban, cediendo a lo deseado como la primera noche de Jazz.

La mano de Lena se deslizó hacia el rostro de Kara, con calma acarició su mejilla y como una señal de entendimiento, el beso se hizo calmado, suave como si se tratase del primero, una caricia pausada. Existió algo más en él, el ritmo lento de sus lenguas danzando y conociéndose realmente. Sus mentes nubladas y perdidas a su alrededor, sí su respiración comenzaba a desestabilizarse estaba bien, no era lo importante en el momento, sino las sensaciones evidentes que estaban en el aire. La ojiazul dejó de ajustarse al abrigo de Lena, y sus manos se dirigieron también a su rostro dibujando con la punta de sus dedos la mandíbula de la ojiverde, haciéndose aún más real

Kara sonrió, aún entre los labios de Lena -ese debió ser el primero -dijo conectando uno casto

Lena rió con suavidad y limpio las leves manchas de carmín que había dejado en los labios de la ojiazul -llevo deseándolo desde hace tiempo

-¿Besarme?

-por supuesto ¿A qué más podría referirme? -preguntó divertida tiñéndose enseguida de seriedad-. No quería hacer esto incómodo entre ambas, pero al diablo con eso...

-si lo piensas bien, las cosas siempre han sido incómodas entre ambas -Kara ajustó sus anteojos aún sin alejarse tratando de aligerar la situación

-supongo que esto lo hará aún más incómodo -el comentario pareció divertido para ambas

-puedo vivir con eso -puntualizó Kara volviendo a besarla de manera fugaz

-Kara ¿Esto cambia las cosas para ti? No es que esté buscando una relación justo ahora pero...

La ojiazul se alejó para poder mirarle directamente -Lena, aún si lo deseara, renuncié a las relaciones románticas desde hace tiempo, no podría...

-Kara, hablas como una mujer de cuarenta años en cuya casa solo le espera un par de gatos -frunció el ceño-. Tienes todo a tu favor, eres joven, talentosa, hermosa y...

-alguien con narcolepsia, eso puede brindar ciertos desencantos ¿Sabes?

-eso es una tontería

-es real, dormitar durante citas o siquiera explicar lo que tengo puede ser incómodo para los demás, bostezar durante el sexo termina por sellar lo que ahora estoy diciendo

-quizá tus citas son demasiado aburridas para mantenerte despierta, no te he visto bostezar ni una sola vez

-¿Esto es una cita?

-no, puede asemejarse un poco, si dijera que lo es no cambiaría el hecho de que no has bostezado, ahora, creo que el sexo puede explicarse de la misma manera

-me dormí cuando lo intentamos...

-no, no cuenta, ni siquiera habíamos comenzado y habías ingerido alcohol, según sé, eso puede intensificar el sueño –interfirió en seguida

-te has informado -señaló Kara con una sonrisa

-realmente lo hice después de tu partida aquella vez que me lo confesaste -Lena sonrió de igual manera ante el recuerdo dramático-. Ahora, sí ambas no buscamos una relación, creo que podemos sobrellevarlo ¿No es así?

-al parecer -la incertidumbre apareció, trazó con el índice el círculo del borde de su vaso con medio jugo-. ¿Qué significa en realidad?

No podía siquiera imaginar lo próximo, todo parecía ser incierto para Lena, quien la última situación le había llevado a un extraño punto, donde su intachable camino al éxito tambaleaba así como en el aspecto familiar, y ahora estaba en Winnie's bar, besándola, a su escenógrafa quien había anunciado el deseo que nada cambiara entre ellas. Y sí la ojiverde fuera sincera aquello pareció conveniente. Sí la idea de una relación estaba alejada con anterioridad ahora estaba más palpable, tenía demasiado que solucionar para precipitarse a una situación amorosa donde todo parece complicarse siempre, y es que eso era lo ocurrido para ella: los hombres intimidados por su éxito pidiendo un tiempo para su relación, celos y la determinada situación donde todo se reducía a las demostraciones públicas para mantener apariencia de que ella no era la frívola celebridad. Después aquello fue abandonado, dejó de importarle aquella fachada donde tenía que depender de una relación para parecer que tenía aquellos sentimientos descartados en las notas amarillistas que habían comenzado tener peso. Pero nada de eso le importaba ahora

My Pretty Sleeper [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora