Orgulloso de Seungwan.

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Los días a mediados de diciembre eran mucho más fríos y solitarios en casa de la castaña.
Había terminado de estudiar para su último examen y así cerrar su trimestre.
Agotada por tener que repetir incontables veces sus apuntes y resolver la guía que ella misma había hecho la estresaron, pues en cierto punto solo leía sin entender y hacía los ejercicios sin ser consciente de ello.

- ¡agh! ¡no entiendo nada!.

Botó su lapicero junto con sus lentes y se levantó de su escritorio de cuarto para saltar hacía su cama.
Sus pies aún tocaban el suelo y sus brazos estaban estirados.
Comenzó a cerrar sus ojos con cansancio cuando unos golpes en su puerta la hicieron gruñir.

- ¿Seungwan? ¿Estás ahí?.

Era su hermano. Con pesadez se levantó y abrió la puerta.

- ¿qué paso?.

- perdón por molestarte... pero necesito que me prestes tú guitarra. - dijo el chico con una sonrisa.

- ¿guitarra?.

- es que estaba en la bodega de afuera buscando algún instrumento y encontré tú guitarra, ya sabes... la que te regaló el abuelo.

- ¿qué?.

........

Pdo.

Había pasado una semana desde que el abuelo Son fue internado en el hospital.
Durante esos días Wendy se había hecho cargo del invernadero. Y aunque solo había visto a distancia todo el cuidado que este le hacía a sus plantas la castaña decidió imitarlo.

- por favor no te mueras, el abuelo vendrá pronto.

La niña solía hablarles con tristeza, pues fue testigo de las veces que el mayor lo hacía con ellas.
Jamás imaginó que hacerse cargo de una planta fuera tan difícil. Algunas ya se habían marchitado, dejándola triste por no sentirse capaz de poder cuidarlas en ausencia del señor que las amaba.

Mientras intentaba plantar un pequeño cactus, se pincho uno de sus dedos con una espina ocasionando que soltará la maseta de barro rompiéndose al instante.
Chupo su dedo al ver una gota de sangre, se agacho y comenzó a recorger los restos del objeto roto.
Cuando busco el último pezado su mirada paro en el árbol que su abuelo había tratado de enderezar.
Lo miro y con preocupación se acerco a este, pues el palo que le habían puesto se había desviado y por ende, el tronco del árbol también.
Intento remediarlo pero al tratar de colocarlo como lo había visto de su abuelo, terminó por quebrar el tronco del arbolito.
Se mantuvo inmóvil viendo lo que había hecho, poco a poco sus ojos comenzaron a humedecerse.

- ¿Wendy?.

La voz lejana de su nana la asustó. De inmediato se frotó los ojos para eliminar las lágrimas que estaban asomándose en sus ojos.

- ¡Wendy! Vámonos ya, tu padre ya fue a trabajar y tu madre salió.

La castaña salió rápidamente del invernadero para seguir a la mujer que la  ayudo a ir al hospital para poder visitar al señor Son, ya que sus padres siempre le negaban la visita.

- ¿Lista pequeña?. - pregunto el chófer Jeff con una sonrisa, sin embargo esta paso de largo y se subió a la camioneta que la llevaría al lugar en donde estaba su abuelo.

Cuando llego al hospital espero a que la mujer que la cuidaba preguntará sobre la habitación en donde yacía el mayor. Cuando por fin tuvo la información, corrió escuchando algunas llamadas de atención.

Abrió la puerta de la habitación asignada y el corazón se le rompió al ver a la única persona de su familia que la había hecho sentir querida; postrado en una camilla completamente entubado.
Se acerco lentamente hacía él, reteniendo una vez más sus lágrimas porque sabía que si su abuelo la viera llorando ya la estuviera regañando.
Le tomó la mano y habló con un nudo en la garganta.

Siempre fuiste Tú |Wenrene|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora