𝑈𝑛 𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑃𝑒𝑐𝑢𝑙𝑖𝑎𝑟.

Doce.

—Entonces, quien será. —dice Claire triste, que ternura me da esta niña.

—¿Qué tal Enoch? —contestó Fiona. «Hay que inocentes son aún, creen que Enoch va a jugar con ellas».

—¿Por qué no jugamos nosotras solas?  —les digo.

Así paso un rato, cuando en ese momento paso Jake, junto a Enoch que iban al último cuarto, en donde Olive se puso delante de ellos y se escucho que discutian, esta misma llegó al cuarto y salió Fiona.

—Enoch, deja en paz a Víctor, sabes que Bronwyn se altera mucho. —fue lo que dijo y se fue corriendo. Luego Miss Peregrine nos mandó a bajar para dar un paseo.

Todos esperamos a Jake y Enoch en la entrada, cuando Jake llega agitado.

—¿Enoch esta contigo? Ya nos vamos de paseo. —dice la Señorita Peregrine, Jake niega con la cabeza.— _____, puedes ir a buscar a Enoch.

¿Y a mi por qué? ¿Por qué no manda a Olive o a Emma? Ya que ellas se llevan bien con él.

—Si Señorita Peregrine. —Subo la escalera en busca del Bipolar llamado Enoch O'Connor, entró en un cuarto y veo un cuerpo que reconozco como Víctor, por las fotos que nos mostraba el abuelo.

—¿Qué miras? —habló la voz de Enoch, detras de mi.

—Ah, te estaba buscando, la Señorita Peregrine dijo que nos vamos de paseo. —digo algo seria.

—Que Alegría —expresa sarcástico. —.Que amabilidad de tu parte, por lo menos no soy cruel con las palabras con otras personas —me dice con dolor.

—Yo sólo dije la verdad, porque quieres ser siempre el centro de atención Enoch, todas tenemos nuestros problemas.

— _____. —Me interrumpe.

—No, escuchame. —Me tapo la boca y me dio vuelta.

—_____. —dice.

—¿Si?  —Respondo confundida y nerviosa.

—¿Sabes cuál es tu peculiaridad? — Me mira intrigado.

—Yo no creo que tenga una peculiaridad.

Todos los frascos entaban moviéndose en nuestra dirección con un toque de "Electricidad", crenado fricción de los cuerpos y se estrellan por todos lados, sólo me quedé parada por la impresión, siento como me agarran de mi cintura.

—No te quedes allí, tienes que cubrirte —dijo Enoch abrasandome en una esquina, con su otra mano me cubre mi cabeza y la de el reposa en mi cuello, sin pensarlo me abrazo de Enoch.